La contaminación es un fenómeno cada vez más presente en el mundo. El exceso de tráfico, con el consecuente uso de carburantes, sumado a diferentes métodos para obtener energía o los desechos de las propias industrias, generan que el aire esté más sucio, lo que pone en riesgo la salud. En zonas de alta aglomeración de personas, en ciudades muy pobladas, el nivel se incrementa aún más.
La situación se repite en muchas lugares del mundo. Uno de ellos es Taiwán. En la localidad asiática se produce más de 250 millones de toneladas de CO2, según las últimas estadísticas de la Agencia Internacional de Energía, correspondientes al 2014. En el distrito XinYin de Taipéi -la capital de Taiwán- parece que esto puede, aunque lentamente, empezar a cambiar.
Considerando los preocupantes números, para intentar combatir la polución, el arquitecto Vincent Callebaut pensó y está llevando a cabo un edificio que tiene como toque distintivo una suntuosa cantidad de árboles, que además de darle una hermosa visibilidad al complejo, le otorga la capacidad de reducir el exceso de dióxido de carbono, al "alimentarse" del mismo. El rascacielo, según explicó el propio creador, se "comerá" la contaminación.
El inmueble deslumbrará con un elegante diseño helicoidal que en las paredes interiores, exteriores y los suelos de sus 42 apartamentos de lujo albergará unos 23.000 árboles y arbustos -una cantidad equivalente a la presente en todo el Central Park en Nueva York-, que dan una forma de un jardín vertical. La torre alcanzará los 92 metros y estará finalizada para mediados de septiembre tras más de tres años de construcción.
Las plantas podrán absorber 130 toneladas de dióxido de carbono por año, el equivalente de lo que emiten 27 autos. Entre otras contribuciones al medio ambiente, integrará además un sistema de reciclado de agua de lluvia, ascensores de bajo consumo eléctrico, placas solares y un sistema que permitirá ahorrar energía dependiendo el clima.
También ostentará características que les brindarán a los visitantes un hospedaje de primera categoría: en los 20 pisos del inmueble se resaltarán los suelos acristalados e instalaciones interiores como un gran gimnasio, una piscina cubierta o el parking subterráneo de varios niveles, con cuatro novedosos ascensores de alta velocidad, así como un ascensor especial para el auto.
Cada condominio incluirá una sala de estar, comedor, sala de estar, cocina, y varias habitaciones con armarios. De 42.335.34 metros cuadrados, estilo doble hélice y un giro de 90 grados desde la base hasta la parte más alta, fue inspirada en una cadena ADN. A pesar de que no se cargará todo el smog en Taiwán, la hermosa torre significará un pequeño paso hacia un futuro más sostenible.
El arquitecto califica el proyecto como un gran salto contra el calentamiento global. "La torre presenta un concepto pionero de eco-construcción residencial sostenible que ayudará a reducir la huella de carbono de sus habitantes", sostuvo esperanzado.
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