Los templos representan, para distintas religiones, un espacio de comunión y espiritualidad. Dentro de sus muros, sus visitantes se sienten como en casa, y logran alcanzar una paz que sólo se puede encontrar en este tipo de lugares. Y las mezquitas son para la religión islámica los centros de culto por excelencia, lugares a donde se llega a orar, en un peregrinaje de reflexión y espiritualidad personal.
Cem Nizamoglu, editor en Muslim Heritage, de la Fundación para la Ciencia, Tecnología y Civilización, explicó que "hay muchísimas mezquitas en el mundo, cada una con diseño propio. Sin embargo, para que se destaquen por sobre las otras, una necesita ser única y poseer detalles irrepetibles". Éste es el caso de Shah Cheragh, una mezquita y mausoleo iraní que sorprende con su belleza.
Shah Cheragh es un monumento funerario y mezquita ubicado en la ciudad de Shiraz, en Irán, donde se encuentran las tumbas de Amir Ahmad y su hermano Mir Muhammad, que tomaron refugio en esta ciudad cuando eran perseguidos por su religión. Sus lugares de descanso eterno, primero simples mausoleos, se convirtieron en un centro de peregrinaje durante el siglo XIV, cuando la reina Tashi Khatun erigió una mezquita en el sitio y una escuela teológica.
Luego de la restauración del lugar, ordenó que las tumbas sean recubiertas con millones de pedazos de vidrios de colores que hoy continúan brillando a la luz, y magnificando con creces la belleza arquitectónica del edificio. Hoy es una de las mezquitas más asombrosas del planeta y un sitio de veneración como ningún otro.
La amplia mezquita linda con dos minaretes que la flanquean, y es dominada por un domo ubicado en el ala oeste. Los altos aleros son sostenidos por ocho columnas octogonales conectadas por un muro de mármol verde, con diseños tallados en madera. Una inmensa puerta marca la entrada, chapada en oro y con finalizaciones esmaltadas. Los peregrinos besan esta puerta al ingresar al lugar.
Ya en el interior, el enorme domo y sus miles de apliques cristalinos proveen un espectáculo como ningún otro. Esta mezquita, donde la contemplación y la oración llenan cada rincón, alcanza su máxima expresión gracias al increíble efecto de luces y colores. Tanto fieles como turistas no pueden evitar sentirse maravillados dentro de ella.
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