El Banco Central vendió USD 305 millones, pero no evitó otro valor récord del dólar

Después de 13 meses la autoridad monetaria volvió a ofertar divisas en la plaza cambiaria. Y como entonces, no detuvo la escalada del precio. Cerró a 18,01 pesos

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El Banco Central estima que
El Banco Central estima que hay un atraso cambiario del orden del 5% respecto del 17 de diciembre de 2015

Cuando la mayoría de los operadores en el mercado cambios lo esperaba apareció la autoridad monetaria, bajo la atenta mirada de su presidente, Federico Sturzenegger, vendiendo dólares en una plaza que acumula 45 días con clara posición tomadora que provocó un salto del dólar en poco más del 15%, superior en poco más a tres puntos porcentuales a la variación desde el inicio del año.

A través del la difusión del comunicado con la variación de la posición de Reservas Internacionales que finalizaron en USD 47.096 millones, con una disminución de USD 375 millones respecto al día anterior, el Banco Central informó que "tuvo una participación vendedora por USD 305 millones (contracción de la base monetaria por $5.419,8 millones)".

Fue la mayor oferta destinada a atenuar la carrera alcista del dólar desde el 30 de junio de 2016, cuando en un contexto en la que el mercado estaba alterado por las compensaciones de las operaciones de venta a futuro durante la gestión de Alejandro Vanoli al frente de la entidad, vendió USD 530 millones; y como ahora, la autoridad monetaria no logró detener la escalada de la divisa en 16 centavos, al récord de $18,01 por unidad.

"El 70% de los negocios se concentró en la última hora de operaciones con escasa liquidez de divisas, como había ocurrido en febrero de 2016 cuando pese a que se había consolidado la unificación bancaria la plaza estaba presionada por las operaciones de futuro", aseguran desde el ente monetario. Pero destacan las fuentes autorizadas que "no es el objetivo cambiar la tendencia del precio de la divisa, sino el de impedir una estampida de la cotización con pocos negocios".

Y como ocurre usualmente, estas acciones de regulación del mercado de cambios se hicieron a través de los bancos oficiales, pero ahora con la posición de la propia autoridad monetaria, fenómeno que no se veía desde fines de junio del año anterior.

La intervención se hizo a través de los bancos oficiales con la posición de divisas de la autoridad monetaria

Si bien desde el 10 de diciembre de 2015 en la Argentina rige un régimen de flotación libre del tipo de cambio de pesos por dólares, es usual que la la autoridad monetaria intervenga para suavizar la tendencia, cuando el precio sube o baja de modo muy marcado, y en particular cuando es producto de una clara evidencia de falta o sobrante de divisas, respecto del movimiento habitual. Sin embargo, eso no fue lo que sucedió en los últimos 45 días. Sólo cuando la cotización se disparó, Federico Sturzenegger decidió actuar.

Cabe destacar que la oferta de dólares se alimenta de la liquidación de divisas de los exportadores, como del ingreso de dólares al mercado por el blanqueo, como ocurrió en el primer trimestre, y la entrada de divisas por la colocación de deuda externa, principalmente del sector público que es el que se ha mostrado más activo por la necesidad de financiar un abultado déficit fiscal total de alrededor de 6% del PBI.

Del lado de la demanda, se destacan las compras de los importadores; el pago de deuda externa pública y privada, y para gastos de pasajes y turismo en el exterior.

También influyeron en la variación de las reservas el resultado positivo de la valuación de las divisas frente al dólar, los títulos externos y otros instrumentos financieros en  USD 26 millones; mientras que en sentido inverso gravitaron los pagos a Organismos Internacionales por USD 59 millones y un pago por operaciones cursadas a través del sistema Sistema Multilateral por USD 9 millones.

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El recorrido de la divisa

Desde que se inició el actual ciclo alcista del dólar en el mercado interno, el 15 de mayo, con muy esporádicas interrupciones, acumuló un aumento de poco más de dos pesos por unidad, equivalente a 14,5%. Esa suba fue mayor a la registrada desde el inicio del año: 11,7 por ciento.

Desde que se inició el ciclo alcista el 15 de mayo el tipo de cambio de pesos por dólar subió 14,5 por ciento

En el primer caso excedió la inflación del período en más de 10 puntos porcentuales, pero en el segundo mantiene un rezago de más de dos puntos porcentuales, estimando en un 2% para el corriente mes el alza promedio de los precios al consumidor.

En comparación con el cierre de junio, la divisa subió 10,2% y en un mes 14,3%, también muy arriba de la inflación.

Por el contrario, respecto del nivel de un año antes la cotización avanzó 17,8%, inferior al 22% que acusará la tasa del índice de precios al consumidor hasta el cierre de julio si este mes termina con un salto de 2 por ciento.

Desde el 10 de diciembre de 2015 el dólar subió 83%, comparado con el valor artificial de $9,84; y apenas 19,4% respecto de $14,77 que operaba entonces el contado con liqui

Mientras que desde el punto de partida del actual Gobierno, el 10 de diciembre de 2015, el dólar se incrementó 83%, desde un valor artificial heredado de $9,84, dado que entonces para el mercado (el contado con liqui) se ubicaba en $14,77. Cotejado con ese valor avanzó 19,4%. En el primer caso excedió a la inflación acumulada del 65% en un 15%; pero en el segundo persiste un rezago de más del 27 por ciento.

Características de la flotación cambiaria

La historia del mercado de cambios en la Argentina muestra el claro predominio de la paridad fija, la más recordada fue la de la convertibilidad 1 a 1, entre abril de 1991  y el 31 de diciembre de 2001; y la "flotación administrada", por sobre la flotación plena, o con mínima intervención.

Los menos avezados compran cuando sube el dólar y venden cuando baja

De ahí que es común que pese a la vocación dolarizadora de los agentes económicos, aún no hay una clara gimnasia sobre su funcionamiento: cuando sube se potencia el alza, porque quien tiene que vender se repliega, a la espera de un valor más alto, mientras que la demanda se precipita, porque teme que luego le resulte más caro. Ahi es donde usualmente entran los menos avezados.

A la inversa, cuando baja, los vendedores se apuran para liquidar sus operaciones, porque piensan que una demora los puede afectar, y por el contrario los compradores espera que el dólar alcance un valor piso. Nuevamente, los menos experimentados salen a vender, porque temen perder, sobre todo si las tasas de interés son atractivas para pasarse a pesos.

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