El dólar cerró marzo en declive y en su valor más bajo del año, a $15,63 en el promedio de venta al público, según informó el Banco Central. En el primer trimestre del año la divisa de EEUU retrocedió 3,1%, desde los $16,13 de diciembre de 2016, en contraste con una inflación que, si bien se moderó, acumuló más de 6% entre enero y marzo.
De hecho, el dólar sumó un incremento de 57,7% desde el 16 de diciembre de 2015, cuando promedió $9,91 al público en el último día de vigencia de los controles de capitales dispuestos durante el gobierno de Cristina Kirchner.
Entre diciembre de 2015 hasta febrero de 2017 la inflación acumulada fue de 52,7%, según la Dirección de Estadística y Censos del Gobierno de la Ciudad. Si en marzo se confirmaran las previsiones de estudios privados de un 2% de inflación, el incremento de precios acumulado en los últimos 16 meses sería de 55,6 por ciento.
Con esta tendencia, el efecto de mayor competitividad cambiaria de la economía producido por aquel salto inicial del dólar en la gestión de Mauricio Macri está hoy prácticamente extinguido y absorbido en su totalidad por la inflación. O dicho de otra forma, hoy la economía adolece del mismo atraso cambiario legado por el kirchnerismo y su repudiado "cepo" al dólar.
Cabe recordar que el 1° de marzo del año pasado el dólar minorista llegó a venderse a $16,07 en promedio, mientras que su valor récord histórico fue de $16,37 el 4 de enero de este año.
Gustavo Reyes, del IERAL Fundación Mediterránea, explicó que en 2016, producto de la liberación del mercado de cambios, la regularización de la deuda y el regreso al mercado de deuda "aumentó la demanda de dólares de la economía, a USD 96.400 millones desde los USD 76.900 millones contabilizados en 2015. Pero la oferta de divisas se incrementó más que proporcionalmente, de USD 71.900 millones en 2015 a USD 110.100 millones en 2016, permitiendo la recomposición de las reservas del Banco Central".
"Con el actual mix de políticas, gradualista en lo fiscal y de tasas de interés positivas en lo monetario, será difícil que el tipo de cambio se constituya en un instrumento de competitividad", apuntó Reyes.
A contramano de la inflación, el dólar descendió a su precio más bajo del año
El desplome en el precio de la divisa norteamericana respondió a la serie de emisiones de deuda pública y privada del primer trimestre del año, unos USD 13.000 millones, que sobreabastecieron la plaza cambiaria, en conjunto con los ingresos del blanqueo fiscal y las liquidaciones de exportaciones del agro, como principales factores.
Un reporte de Research for Traders subrayó que el monto de colocaciones de deuda en los mercados internacionales del primer trimestre de 2017 "es mayor respecto del mismo período de años atrás en total, a excepción de aquellos en el que se realizó el Plan Brady, el megacanje de deuda, la reestructuración de 2005 y 2010 y los holdouts".
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"A partir del año 2016 la nueva administración contrajo cerca de cuarenta mil millones de dólares de deuda a nivel nacional y varias provincias imitaron esa conducta. Un gran porcentaje de ese endeudamiento fue para cerrar el conflicto con los holdouts y salir definitivamente del default, pero el resto fue para financiar el déficit fiscal y recomponer las menguadas reservas del Banco Central", señaló Federico De Cristo, de la Universidad Austral.
Por ese motivo, los analistas financieros coinciden en que mientras persista un abultado déficit de las cuentas públicas, continuará el acelerado ritmo de emisiones de deuda en el exterior (pues éstas, a diferencia de las colocaciones en el mercado doméstico, no son inflacionarias) y, por el mismo motivo, el atraso del precio del dólar respecto de la inflación.
"De seguir con este ritmo de endeudamiento para financiar el exceso de gasto público, Argentina corre el riesgo de deteriorar sus indicadores de deuda y generar desconfianza en los inversores. Esta desconfianza o mayor percepción de riesgo de default puede llevar a un aumento del costo de la deuda y a menor disponibilidad de financiamiento, lo que podría exponer al país a una crisis de balanza de pagos que resultaría en devaluación, inflación, caída de actividad y aumento del desempleo", advirtió De Cristo.