Con el cierre del road show en Nueva York, el Gobierno se alista para efectuar la mayor colocación de deuda desde que emitió bonos por USD 16.500 millones al salir del default en abril. El piso ya fue estipulado en USD 7.000 millones entre los títulos en dólares y en moneda local, pero la cifra sería superior ante la fuerte demanda.
A estas divisas se suman los USD 6.000 millones comprometidos por un grupo de bancos internacionales y las colocaciones de empresas como Pampa Energía y Genera (ambas del sector eléctrico) que sumaron otros USD 1.000 millones en los últimos días. Pronto se sumarán varias provincias que se quedaron en las gateras en el último bimestre de 2016 y aprovecharán la nueva ventana de los mercados para financiarse.
Una suma rápida arroja no menos de USD 15.000 millones que entrarán al mercado local en las próximas jornadas. Sin embargo, semejante lluvia de dólares no debería tener un impacto relevante en el tipo de cambio. Sucede que la mayor parte del dinero en realidad sólo estará de paso y volverá a salir tan rápido como entró.
Esta verdadera "puerta giratoria" por la que ingresan los dólares no debería ser motivo de alerta, aunque sí es un llamado de atención. Las colocaciones que efectúa el Gobierno en esta primera etapa del año no tienen otro objetivo que cubrir vencimientos de deuda de los próximos meses. En abril vencen USD 7.000 millones de Bonar 2017, y en julio USD 2.500 millones del Club de París. Por lo tanto, se trata de hacer un "roll over" de estos vencimientos. En vez de pagar con reservas como hacía el kirchnerismo, ahora se apela a nuevas colocaciones. La buena noticia en este caso es que no hay un aumento neto de la deuda. Este año además se produce un fuerte salto en el pago de intereses por la deuda emitida, el más alto desde la década de 1990: suman USD 9.500 millones, casi 2% del PBI.
Las reservas del BCRA pueden tener un salto importante, pero también transitorio
Luego aparecen los dólares del sector privado y de las provincias. Buena parte de esos fondos entran en el mercado local y se cambian a pesos. Pero no es el Banco Central el que compra las divisas sino que existe fuerte demanda por parte del sector privado. Y aquí es donde aparecen los problemas. Observando el comportamiento del mercado cambiario en 2016, puede proyectarse que la demanda de dólares para ahorro por parte del público estarán en torno a USD 12.000 millones anuales. Las compras de divisas por mes se mantienen parejas en USD 1.000 millones, más allá del excepcional salto observado en diciembre.
Pero hay más demanda para esos dólares, especialmente de quienes viajan al exterior. El turismo provocó la salida de más de USD 8.000 millones a lo largo del 2016. Y las condiciones cambiarías no se modificarán demasiado este año, por lo que cabe esperar que salga otro tanto.
Aunque puede resultar una definición antipática, y no del todo ajustada a la realidad, esta fuga de capitales compensa en buena parte los dólares que seguirán entrando por el canal financiero.
La incógnita siguiente es si el Banco Central tendrá o no aumento de reservas a lo largo de 2017. Los analistas económicos coinciden en que sí, pero que será mucho menor a los USD 13.000 millones que aumentaron el año pasado, hasta rozar los 40.000 millones de dólares.
El motivo es que la decisión de Federico Sturzenegger es emitir lo menos posible vía compra de divisas en el mercado. Si no aumenta sensiblemente la demanda de moneda local, los pesos emitidos deben ser luego reabsorbidos a través de Lebac o pases pasivos, generando un doble costo: lo que paga el Tesoro al colocar bonos y lo que luego debe pagar el Central con altas tasas de interés para que no haya un crecimiento exagerado de los pesos en circulación. La lucha contra la inflación es la prioridad de la política monetaria en este 2017.
De corto plazo, sin embargo, es posible que las reservas tengan un salto importante, pero sería transitorio. Los dólares que pueda depositar el Tesoro en las cuentas del BCRA tendrán rápidamente aplicación.
Más allá del canal financiero, quedan dos fuentes de ingreso de divisas que brillan por su ausencia. Uno es el ingreso de dólares comerciales, pero este año la balanza se mantendría prácticamente equilibrada. Habrá más divisas por la cosecha récord, pero también más importaciones por la mejora del nivel de actividad. Y la otra vía es el ingreso de inversión directa, pero que también viene en cámara lenta.