Los tres enemigos de la convergencia inflacionaria del BCRA en 2017

Por Germán Fermo

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(Adrián Escandar)
(Adrián Escandar)

CROWDING OUT FISCAL: ¿Alguien le estará diciendo al Gobierno que seguir subiendo impuestos es un GRAVÍSIMO ERROR? Así resulta IMPOSIBLE PRODUCIR. Percibo mucho "economista PRO" con tibieza en decirle a este gobierno que la está errando y mal. Si esto mismo lo hubiese hecho el kirchnerismo, los que hoy callan condescendientemente, estarían incinerándolos. Hay una sola puerta o volaremos por el aire en los próximos años: ¡BAJEN GASTO, URGE HACERLO! y más aún en este nuevo "mundo Trump" de tasas más altas. Más GASTO y Más IMPUESTOS: una amplia mayoría de quienes votamos a Cambiemos esperaba EXACTAMENTE LO CONTRARIO. Cambiemos = PROMESA INCUMPLIDA.

El Central tendrá tres enemigos de caras al 2017 que desafiarán la contundencia de la política monetaria en su lucha inflacionaria. Primero, la señal que desde el Estado dan ciertos actores que se perciben como "mejor informados", al observar, por ejemplo, a un poder Legislativo intentando aumentar sus dietas sobre el 40% y a fiscos provinciales y municipales actualizando costos impositivos por sobre el 30 por ciento. La ciudadanía observa y se pregunta: ¿y a mí me quieren convencer que la inflación será del 17%? Segundo, dominancia fiscal: En un país con tanta experiencia inflacionaria y fiscalmente deficitaria, observar a un Estado que bate récords de déficit debilita la señal monetaria orquestada desde el BCRA. Tercero, la political economy de la monetary policy: ante la persistente ausencia de brotes verdes no me sorprendería que desde arriba (y no será Néstor) le pidan al BCRA un "sacrificio monetario" para jugar con Curva de Phillips (intercambio entre mayor inflación y menor desempleo) y tirarle de esta forma un centrito al diezmado Ministerio de Hacienda.

Marche curso de economía básica para la Klase política argenta. Parecería que el oficialismo necesita un brusco giro en materia económica; hacer la plancha indefinidamente apelando a la fe, esperanza y brotes verdes, no funciona y se está notando por todos lados. Por ejemplo, en nuestra deficitaria Peronia, 20 millones de ciudadanos viven del Estado y sólo 8 millones trabajan en el sector privado para mantenerlos, hasta no resolver semejante dilema, ninguna discusión en economía tendrá demasiado sentido. Los políticos todos hablan de gasto como si fuese un problema de segundo orden; a ver si soy claro: es el único problema a resolver, sin él nada funcionará, aspecto que la coyuntura y la historia argentina se encarga de demostrarnos con elocuencia cotidiana. Todo político debería antes de asumir estar obligado a tomar cursos básicos de macro y microeconomía, así evitamos tonteras tales como anunciar impuesto a la renta financiera y ley de alquileres en pleno proceso de blanqueo, dos ataques al ahorro privado justo antes de encerrarnos a todos en la única pecera del blanqueo y "para siempre": al blanqueador le decís que invierta en economía real y en el medio, intentás enchufarle una ley de alquileres, sencillamente, BRILLANTE la PERONIA INTELECTUAL. En este contexto complicado a nivel macro, ciertas mediciones indican que han aumentado las expectativas inflacionarias y los últimos números de déficit récord son severamente preocupantes. Quizá, la principal conclusión de este año es que hacer la plancha fue más costoso que corregir demostrándonos una vez más que nada que hagas en economía funcionará si se gasta más de lo que se genera. Nuestras miserias todas, comienzan y terminan en el gasto público y déficit fiscal que el mismo genera. Y finalmente, estamos cerrando un año en donde recesionamos más de lo anunciado y desinflamos menos de lo esperado, circunstancia que probablemente esté aumentando la ansiedad de un Ministerio de Hacienda que necesita mostrar buenos resultados en breve.

Hacer la plancha indefinidamente apelando a la fe, esperanza y brotes verdes no funciona

Del shock fiscal a un gradualismo con el signo al revés. El proceso de cambio de "Cambiemos" se ha ido desdibujando rumbo a un populismo atenuado, con el correr del tiempo me convencí lo difícil que hubiera sido implementar una política de shock fiscal pero al menos seria tranquilizante observar a un gobierno mover en la dirección correcta. Hace tiempo ya que el keynesianismo se apoderó del oficialismo con una efímera excepción todavía: el BCRA. Parecería que la prometida reducción gradual del déficit mutó al aumento del mismo en un sorprendente cambio de dirección. Y en este entorno, observamos la gestión de un BCRA que ha sido excelente en 2016. Sin embargo, el contexto macro y político del 2017 será probablemente una prueba de fuego para la independencia del BCRA. La excelente labor del BCRA corre el riesgo de quedar atrapada en la lógica keynesiana que domina el pensamiento "progre" de este gobierno. Se terminó el tiempo para el ajuste y por obligación electoral se viene la historia del rebote. Tengo la sensación de que el mercado subestima la velocidad a la que el BCRA bajaría tasas en los próximos meses y, al hacerlo, sobrestima el ritmo al que la inflación seguiría desacelerándose en el futuro cercano. Si este fuese el caso, tendría sentido posicionarse en instrumentos con CER de duration media, cosa que ya ha venido ocurriendo tal como anticipé meses atrás.

Noto que algunos economistas dan un peso importante a las expectativas inflacionarias contenidas en las REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA). En lo personal, las considero una muestra sesgada y poco representativa del agregado. Muchos se preguntan por qué todavía la economía no reacciona y quizá la respuesta sea más sencilla de lo que algunos postulan: los 12 años de kirchnerismo han dañado a la estructura economica argentina muy por encima de lo que este gobierno comprendía al iniciar su gestión, independientemente de sus propios errores, que han sido muchos. Actualmente, parecería que el Gobierno tiene un sólo objetivo en mente: borrar de los argentinos la idea de ajuste e instaurar la noción de que lo peor ya pasó, y a fuerza de obra pública, blanqueo, deuda y shock de consumo -y por sobre todo, mucha fe y esperanza- generar un rebote de la economía en el corto plazo para verse lo mejor posible en las legislativas del año próximo. A pesar de que el BCRA patalea ante el requerimiento, no me parece ilógico imaginarlo bajando tasas más agresivamente de lo que el mercado espera y con ello coordinándose con un Ministerio de Hacienda que intenta una reactivación electoralmente urgente, con sustancial injerencia de la obra pública, sin un plan integral todavía y, por sobre todo, sin demasiados resultados, cuando ya se fue el primer año. De caras a fin de año y entrando en 2017 entonces, imagino a un BCRA activando la Curva de Phillips, uniéndose a desgano a la pata keynesiana de Hacienda y licuando parcialmente sus objetivos de inflación para contribuir a un rebote económico que a esta altura se tornó urgente. En este contexto, no me sorprendería que nos encaminemos a tasa real negativa en futuro cercano. ¿Long-CER parte media 2017?

 

(*) Germán Fermo. Ph.D. in Economics, UCLA, Máster en Economía CEMA. Es director de MacroFinance y director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.

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