"La locura es la forma de expresar aquello que los sanos no se atreven ni siquiera a sugerir."
¡Muy buenos días, ovejas de Peronia!, espero que hayan descansado durante el domingo así nuevamente puedan ser taxadas por el voraz Estado Argento, ése que necesita comer de ustedes con más impuestos; pero cuidado: quizá esta realidad fiscal que sufrimos sea sólo una construcción imaginaria del rebaño.
CAMBIO = AUDACIA. CAMBIO SIN AUDACIA = ILUSIÓN
La alucinación fiscal de Sherman. Nos contaban en un pasado no tan lejano que los argentinos padecíamos de "sensación de inseguridad" aun cuando, percibíamos cotidianamente hechos evidentes de violencia ante la ausencia sistemática del Estado en algo tan crucial como la seguridad pública. Y siguiendo con esta lógica de la "sensaciones virtuales" me pregunté en estos días si en materia de impuestos el equivocado no seré yo y si entonces, la presión fiscal que percibo sea sólo una construcción de mi turbia imaginación que refleje la "ilusión tributaria" de la quinta clase social de Peronia, ese sufrido rebaño de ovejas esquiladas que no sabe hacer kilombo pero que sí aprendió a soportarlo, padeciendo y financiando piKetes aun cuando prometieron que culminarían y que sólo sabe agachar la cabeza obedientemente para generar la poca riqueza blanca que banca al resto. Quizá entonces, la quinta clase no sea sólo la más "boluda" de las cinco, quizá también por tanto pagar impuestos, se haya convertido en la más paranoica, al punto tal de percibir una realidad que simplemente no existe.
Sólo es confusión de las ovejas. Dicen por ahí que en Argentina se paga "poco impuesto" y por lo tanto, ovejas de quinta clase, estén preparadas porque el Estado Argento planea ir por mucho más creando incluso uno nuevo: el de la herencia. La forma "políticamente correcta" de vendernos este desquicio es decirte: hay mucho trabajo en groncho y como no podemos corregirlo en el corto plazo, vamos entonces por vos que vivís en blanco, total, sos una oveja y nunca hacés kilombo. Quizá entonces, el drama fiscal que padecemos los argentinos de la quinta clase no sea un problema de economistas, ante nuestra imposibilidad de comprender una realidad tan obvia para el resto, nuestro destino debería probablemente ser el Borda. Tal vez sólo en nuestra bizarra imaginación ganen siempre los malos a los que hoy el Principado Medieval de Peronia premia, incluso, con un blanqueo. Quizá como autocrítica, no sólo seamos la quinta clase que más paga sino también la que menos comprende, after all, sólo somos las ovejas del Principado. Tal vez estos esclavos fiscales, aquellos pocos de los que vive el corruptísimo Estado Argentino, ni siquiera tengan la capacidad suficiente de darse cuenta que en Peronia hay poca presión fiscal, poco gasto, poco déficit y poca deuda. Rebaño: tranquilo, porque lo nuestro sólo es una "alucinación tributaria".
El exonerante y conveniente relato de la restricción social. En este permanente juego de ilusiones me pregunto si Cambiemos no terminará siendo una mera "ilusión de Cambio". Parecería que el oficialismo se acostumbró a utilizar la restricción social como excusa permanente y entonces, en vez de corregir el status-quo, lo estaría exacerbando. Parecería evidente que en Peronia, en vez de gastar de menos, decidimos sobre la marcha gastar de más. Nuestro problema es el gasto, siempre lo fue y si no lo corregimos, nada podrá funcionar.
El establishment de Peronia podría esforzarse en reducir gasto superfluo pero no se atreve a hacerlo. Nos tomamos un año entero por ejemplo, para dejar de financiar Fútbol para Todos, inaceptable para una nación que no tiene escuelas, ni hospitales, ni seguridad y a la que a la vez, el Estado le exige firmemente más impuestos. Quizá y sólo quizá, todo esté cambiando y solo nosotros, las ovejas alucinantes, no tengamos la capacidad suficiente de darnos cuenta, quizá y sólo quizá el rebaño esquilado haya construido una ficción en donde el Estado Argento imaginariamente te taxa de más, te gasta de más, te endeuda de más y te protege de menos. Tal vez, el Estado protector nos tenga que iluminar cognitivamente indicándonos que, así como Keynes creó el concepto de ilusión monetaria nosotros, las ovejas de quinta, en nuestra limitada capacidad reflexiva, inventamos el concepto de ilusión fiscal, una realidad que vive exclusivamente en nuestra crispada imaginación.
Quizá en la ilusión del oficialismo exista una sociedad que pasivamente volverá a votarlos a pesar de un impuestazo
¿Pero si el que vive en una ilusión es el gobierno? El problema es que, al ser la quinta clase tan limitada y carente de lucidez, no comprenda los beneficios de gastar de más, de endeudarse en exceso y de apostar todo a un crecimiento que podría no darse y por lo tanto, decida desenamorarse y dejar de votar a un movimiento que podría sólo ser "ilusión de cambio". No hay nada peor que querer tapar el sol con la mano, Argentina fue "defaulteada" fiscalmente y no existe una transformación mágica del desfalco al crecimiento. Pero lo paradójico de todo esto es que quizá, haya sido el gobierno y no nosotros, las ovejas de quinta, el que pulula en su propio relato ficticio. Quizá peligrosamente en su propia imaginación viva satisfecha y sin frustración la porción de la sociedad que los votó honestamente y les concedió el mandato de cambio. Quizá en la ilusión del oficialismo exista una sociedad que pasivamente volverá a votarlos a pesar de un impuestazo. Respetuosamente les pido, salgan de la probeta que crearon, anímense a cambiar, para eso los votamos y los vamos a bancar; a pesar de la restricción social hay espacio para la corrección, y el riesgo de no hacerlo es que la cruel realidad convierta a Cambiemos, en nada más que una alucinación.
¿"Sensación" de ordinariez? Fantasmas de Peronia: si aceptaron sin chistar la ilusión del kirchnerismo por doce años no tienen autoridad moral para criticar ningún léxico. La libertad de expresión es un ejercicio sumamente transgresor y detrás de la aparente ordinariez de una palabra puede estar el verdadero mensaje de un artículo entero. Los fantasmas de petulante doble moral, exaltan la filosofía de lo "políticamente correcto", aun cuando lo subyacente a dicha "perfección", apeste. Y a esos mismos fantasmas les recuerdo que en los 90 presenciaron "sin ofenderse" el nacimiento del default más enorme en la historia de emergentes y que durante la déKada derramada convalidaron con su silencio cómplice un despilfarro fiscal histórico haciéndose los "desentendidos" cuando el Estado mentía sobre pobreza, inflación y criminalidad. Incluso hoy 2016, toleran "sin ofenderse" que nos cuenten que un fiscal "se suicida", observando además pasivamente cómo un señor omnipotente vestido todo de blanco se saca fotos con cuanto político sospechado de corrupción esté disponible. ¡Pero eso sí!, no vaya a ser cosa que lean "boludo" en una de mis notas porque ahí se pudre todo, al zombie del ataúd le salta el facho de adentro en un claro ejemplo de falsa moral oxidada y ¿saben qué, fantasmas?, lo que verdaderamente les molesta no es el léxico de mis artículos, sino la cruel y representativa sinceridad esgrimida en los mismos.
El sutil engaño detrás de lo "políticamente correcto". Se puede ser mucho más insultante y ordinario cuando del lado de lo "políticamente correcto" te quieren vender una realidad que atenta contra la sinceridad más básica. No es causal que en la sociedad de hoy los "políticamente incorrectos" sean rechazados frente a un establishment que persiste desde el "manual de lo correcto" en defender lo indefendible. Lo que debería irritarnos y motivarnos a la vez es el "sutil engaño" detrás de lo "aparentemente correcto" y no "la cruel pero sincera verdad" que paradójicamente resulte, de lo "incorrecto". A las obedientes ovejas del rebaño: somos los responsables de que este incipiente proceso de cambio sea sólo una efímera ilusión o algo verdaderamente trascendente; llegó el tiempo de ser todos "políticamente incorrectos" o en criollo, simplemente sinceros, aunque dicha sinceridad caiga mal y cueste. Está en nosotros, las ovejas, contra-atacar y rebelarnos a este hipócrita status-quo del cual toda la clase política de Peronia es responsable y que sencillamente, apesta. NO HAY CAMBIO POSIBLE SIN AUDACIA. Chau, hasta la próxima y sigo esperando.
(*) Germán Fermo. Ph.D. in Economics, UCLA, Máster en Economía CEMA. Actualmente se desempeña como como Head de Estrategia de Argenfunds, Director de MacroFinance y como Director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.