En Casa Rosada definen la decisión como "histórica". Por primera vez se obliga a una compañía a desinvertir por considerar que su negocio principal generaba un perjuicio manifiesto para comerciantes y consumidores. Es el caso de Prisma, la empresa que emite en forma exclusiva la tarjeta Visa en la Argentina. Por una resolución del ministerio de la Producción que se publica hoy, los 14 bancos accionistas deberán vender el 100% de su participación en la empresa, dejando lugar a que otros jugadores del mercado puedan entrar al negocio. El plan de desinversión, que consta de 11 páginas, fue consensuado entre los bancos y el propio Gobierno.
Se trata de una operación millonaria, que según algunos especialistas superará holgadamente los USD 2.000 millones. Sin embargo, las entidades tendrán tiempo para vender y podrían hacerlo en forma parcial (el 51%) en una primera etapa. Ni el gobierno ni los bancos divulgarán los plazos, ya que jugaría en contra del valor de la compañía. Prisma, además de la emisión de la tarjeta Visa, tiene muchos otros negocios: Banelco, Pago Mis Cuentas, Monedero y Todo Pago (la billetera digital), entre los más relevantes.
Solo un banco local podrá ser parte del consorcio comprador de Prisma. Las 14 entidades que son dueñas del negocio deberán vender el 100%
La causa se había iniciado hace poco más de un año, cuando la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, a cargo de Esteban Greco, denunció a Prisma por abusar de su posición dominante en el mercado. Además de sugerir la necesidad de que los bancos se desprendan del negocio, instó al Banco Central y a la secretaría de Comercio para que llevaran adelante medidas que promuevan una mayor competencia del mercado y bajen los costos.
Entre las decisiones tomadas por el Gobierno, se nombrará un auditor externo que irá monitoreando todo el proceso de venta hasta que culmine la transacción, lo que podría demorar en total 2 o hasta 3 años. Por otra parte, también se dispuso que en el grupo comprador de Prisma solo puede figurar un banco que opere en la Argentina. El objetivo en este caso es justamente promover la competencia.
El Gobierno promueve más competencia en el mercado de tarjetas, disminución de costos y una baja de las tasas de interés
Uno de los objetivos principales del Gobierno es que haya múltiples jugadores en el negocio de "adquirencia", es decir que muchas compañías estén autorizadas a emitir y procesar tarjetas, como también las terminales de pago (POS).
"Es la primera vez –explicaron desde Producción- en la historia argentina en que una investigación por presuntas conductas anti competitivas deriva en una desinversión". La resolución es firmada por el ministro del área, Francisco Cabrera, y quien estuvo a cargo del proceso que derivó en el acuerdo fue el secretario de Comercio, Miguel Braun.
"La resolución prohíbe a Prisma que comercialice otra marca de tarjeta de crédito hasta que haya otra empresa en el mercado que comercialice la marca Visa. Y la obliga a prestar servicios (como procesamiento de tarjetas de crédito) en forma no discriminatoria a posibles competidores".
En los últimos meses se fueron tomando distintas medidas para dotar al mercado de mayor competencia, aún antes de esta resolución. Algunas de las medidas fueron las siguientes:
. Reducción gradual de los aranceles que deben pagar los comercios que cobran con tarjetas de crédito y débito.
. Disminución de la tasa de transferencia, es decir lo que cobran los bancos por las operaciones que se realizan con tarjeta. La medida apunta a que haya más jugadores relacionados con el negocio del procesamiento y que no sea exclusivamente para las entidades.
. En las últimas semanas también se desreguló el negocio de descuento de cupones de tarjetas para las operaciones de venta en cuotas. Mientras que Prisma descontaba obligatoriamente a los comercios que vendían bajo esta modalidad a una tasa del 44%, ahora las compañías tienen libertad para elegir dónde vender esos cupones. Bancos como el Provincia lo hacen a una tasa del 26% y el Nación lo hará a un rendimiento aún menor.