Si se miraba un año atrás, el clima dio un giro. Y no fue por el sol del último día de agosto que celebró el presidente de la Unión Industrial Argenitna (UIA), Miguel Acevedo, porque resultó clave para que la celebración del Día de la Industria en Pilar facilitara la llegada de más de 800 empresarios y políticos al Parque Industrial.
En un enorme galpón de acero dentro de un predio de 920 hectáreas, donde por día entran unos 30.000 operarios, los número uno de las principales compañías del país ya no hablaban de recesión, del tipo de cambio y del temor a una apertura indiscriminada de la economía.
Los industriales comienzan a sentir la recuperación que indican los datos oficiales del Indec -el sector creció 5,9% en julio-, y en un clima sin quejas, esa visión está en un momento de alineación casi perfecta con la del Gobierno, con la reforma tributaria como tema estrella en cada pequeño grupo que se juntaba a conversar.
El presidente Mauricio Macri llegó al predio 10 minutos después de las 12 con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Euguenia Vidal, y se encontró en la primera fila con figuras que no suelen aparecer en público. Allí estaba el presidente y CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca, que escuchaba atentamente cuando Macri les "pidió inversiones por confianza, no por obligación". Al magnate al frente de Techint se lo vio animado hablando con Luis Miguel Etchevehere, de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Todos comentaban la gran convocatoria de empresarios, en la primera vez que Macri asistía a este evento como presidente: el año pasado se estaba subiendo a un avión por la gira a China y Qatar. No faltaron Cristiano Rattazzo (Fiat Chrysler) -quien luego de un mes de vacaciones por Europa, conversó animado con Laura Alonso, de la Oficina Anticorrupción-, Gustavo Weiss (Cámara Argentina de la Construcción) Jaime Campos (AEA), José Urtubey (Celulosa), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio) y Juan Curuchet (Banco Provincia).
Los economistas Martín Redrado y Bernardo Kosacoff también dijeron presente. Todos se reunieron a la celebración de un sector que se comienza a recuperar, pero que tiene grandes desafíos para llegar a un crecimiento sostenible. El mismo dilema de la Argentina toda.
El primero en medir el clima del ambiente fue el ministro de Producción, Francisco Cabrera, que realizó un repaso de lo que se hizo en los últimos 16 meses, con "medidas difíciles" como bajar a cero el arancel de computadoras y una realidad que aún repite en casi todos los eventos: la economía argentina es la tercer más cerrada del mundo a nivel comercial, después de Sudán y Nigeria.
Y luego, llegó el momento de la frase que cosechó más halagos entre los empresarios: "No hay industrias inviables en la Argentina". Esa afirmación es necesaria cuando hay sectores más rezagados en la recuperación, como textil y calzado, pero que ya empiezan a dar algunas señales por parte del consumo. Y aún con el desafío mayor de que la recuperación se exprese en mayor empleo.
De la competitividad a los juicios laborales
Si hubieran colocado un aplausómetro en el predio, Vidal era la ganadora de la jornada. Habló antes de Macri y se extendió por más de 20 minutos ante una audiencia que la escuchaba con atención desde que comenzó con datos concretos de suba en la faena de carne y producción de galletitas hasta la afirmación de que la presión tributaria de Buenos Aires es "muy alta", y que los trámites hacen que invertir sea una odisea.
El costo argentino y la necesidad de un precio competitivo de la energía fue la agenda de temas que subrayó Acevedo, con el eje en la competitividad. "Nos une una agenda conjunta, trascendente e importante. Hay que bajar la litigiosidad y la industria del juicio", aseguró el presidente de la UIA, quien comentaba en los pasillos que el día anterior, sus dos secretarias "no daban a basto" confirmando invitados.
La perlita de la jornada fue el reclamo de Macri ni bien se dirigió al atril. El mandatario había escuchado los discursos sentado en un banco alto en el que se movía mucho, incómodo tras la operación de su rodilla derecha. "Eligieron justo este banquito con mi rodilla", disparó con buen humor, lo que desato las risas del público.
Macri anticipó que el Gobierno está en conversación con empresarios de la carne tras los seis acuerdos sectoriales que ya se firmaron, y no sólo apuntó a la litigiosidad como Acevedo, sino que prometió una vez más luchar contra las mafias de los juicios laborales, que "alejan al crecimiento y al futuro de los argentinos".
Y en clara respuesta a Acevedo, prometió solucionar de forma paulatina los "problemas de competitividad", que serán claves para que todos los sectores estén listos cuando el Gobierno decida abrir más la economía. Tras el evento, Macri y Vidal se fueron directo a la inauguración de una nueva Central Térmica de Pampa Energía, del empresario Marcelo Mindlin, que abastecerá de energía a 50.000 hogares.
El anuncio de inversiones y aperturas de nuevas fábricas fue uno de los temas centrales de la jornada, con próximos anuncios de empresas como Loma Negra, TN & Platex y Samsung que llaman a jefatura de Gabinete al presidente para la apertura y corte de cinta.
Justo hace un año, en la misma celebración, reinaban las preocupaciones por el comercio con China. Entre los empresarios industriales, el temor a una apertura indiscriminada parece haber quedado en el pasado y ahora le creen al Gobierno cuando dice que la apertura se hará de forma inteligente, cuidando a los sectores que lo necesitan. Un clima cordial previo a las elecciones que marca un nuevo tiempo entre el Gobierno y los empresarios.