La evolución del gasto público fue presentada como un éxito por parte del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. De hecho, registró la menor variación interanual del año, con un incremento inferior al 20%. Pero el resultado fiscal arrojó otros datos no tan favorables.
La más impactante pasa por el incremento de los intereses de la deuda pública. Hasta julio este rubro acumuló una suba de 78% en términos interanuales, con lo cual empieza a tener un peso creciente para el Estado.
En lo que va del año ya se pagaron intereses por $125.000 millones, equivalente a casi 1,3% del PBI. Y para fin de año esa cifra ascenderá a unos $200.000 millones, es decir 2 puntos del Producto.
El Gobierno está consiguiendo resultados por el lado de la baja de subsidios, al incrementar las tarifas. Pero ese impacto favorable en las cuentas públicas termina eclipsado por la necesidad de pagar más intereses.
El objetivo que persiguen los ministerios de Hacienda y el de Finanzas -a cargo de Luis "Toto" Caputo- es estabilizar el nivel de deuda pública en términos del PBI, que debería ubicarse en no más allá del 32% para el 2020. Este nivel solo incluye aquella deuda que se encuentra en manos de acreedores privados, no la que tienen organismos públicos como ANSES, el BCRA o el Nación, por ejemplo.
En caso de que esa política sea exitosa, producto de una reducción del gasto primario, entonces también dejarán de crecer los intereses. Se busca de esta forma que el incremento de esa factura no se termine transformando en una bola de nieve para las arcas públicas.
Los intereses de la deuda ya representan el mismo monto que el gasto en infraestructura. En 2017 se pagarán $200.000 millones
Un análisis publicado por Nadín Argañaraz, director del Instituto de Análisis de la Realidad Fiscal (Iaraf), destaca que esta evolución impide mostrar una mejora en el resultado fiscal que tanto busca el Gobierno: "Teniendo en cuenta el gasto primario y los intereses de deuda, el gasto total creció en el período un 4,7% en términos reales. Al superar al crecimiento de los ingresos totales, se observa un aumento real del déficit fiscal del 13% en los primeros siete meses del año". Solo en julio, los intereses trepan 230% contra igual mes del año anterior.
El gran esfuerzo de Hacienda está concentrado en lograr una reducción del déficit fiscal primario, es decir sin incluír los intereses de la deuda. Para este año no debe superar el 4,2% del PBI, una meta cumplible, pero debe bajar hasta 3,2% el año próximo. En la medida en que ese objetivo se alcance exitosamente, se volvería menos necesaria la emisión de deuda para financiar el rojo fiscal. Y por lo tanto los intereses también habrían encontrado un techo.
El déficit fiscal y los menores aportes del Central al Tesoro provocan un aumento en el endeudamiento del Gobierno y, por ende, mayor pago de intereses.
El análisis de las consultoras
Nadín Argañaraz explicó a Infobae que el gran salto en el pago de los intereses es producto de "un sinceramiento, producto de la política que viene aplicando el Gobierno, que sustituyó al Banco Central como financista del déficit. Por lo tanto la única opción es colocar más deuda en los mercados". De hecho, los adelantos transitorios que el Central le realice al Tesoro bajarán a $150.000 millones este año y en el 2018 la cifra sería aún menor.
Ecolatina también se concentró en los números fiscales y la conclusión es que el déficit total (incluyendo rojo primario y financiero) terminará en los mismos niveles del año pasado, es decir 6% del PBI. Y a eso hay que agregarle otro punto de las provincias.
A pesar del creciente peso de los intereses, una parte corresponde a pagos intra-sector público. Según los cálculos de Miguel Zielonka, de Econviews, "para el 2018 el pago de intereses llegará a 2,4% del PBI. Pero neteado de los pagos entre organismos públicos, en realidad la cifra baja a 1,7% del PBI".
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