Hace exactamente trece meses que el Banco Central no vendía dólares. La última vez había sido el 30 de junio de 2016, cuando se colocaron USD 530 millones para contener a la divisa. La intervención del viernes resultó una señal clara para el mercado: el Gobierno está dispuesto a desprenderse de reservas a $ 18. Fueron USD 305 millones, pero en lunes serán más en caso de que la cotización arranque con tendencia alcista.
Este mensaje contundente recién trascendió a última hora de la tarde, varias horas después del cierre de la rueda. El motivo es que el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, vendió las divisas a través de los tres principales bancos oficiales (Nación, Provincia y Ciudad) en vez de hacerlo por cuenta propia. Los inversores creyeron que esa salida coordinada que se dio una hora antes del cierre de la rueda era más de lo mismo, es decir algunos dólares de la provincia de Buenos Aires, otro tanto de YPF y algo más de organismos públicos para contener la demanda de divisas. Fue la fórmula que no había funcionado a lo largo de la semana.
Con el Central en juego, será mucho más riesgoso apostar a nuevas subas del tipo de cambio
"No sabían que habíamos salido a jugar con las reservas. Pero ahora ya lo saben", le explicó a Infobae una alta fuente del equipo económico tras la intervención oficial. La apertura del mercado mañana será muy relevante. Si el mensaje es contundente como espera el Gobierno, la lógica es que la demanda de dólares se retraiga y que al mismo tiempo aparezca la oferta de privados. Pero si eso no sucede habrá más "carne" para poner en el asador. Toda la que sea necesaria para marcar un techo en los $ 18 como mínimo hasta las PASO.
El Central hace un trabajo de doble pinza. Al dejar correr al dólar y al mismo tiempo subir la tasa de las Lebac hasta el 26,5%, busca incentivar a los inversores a pasarse a pesos. Es decir revertir el fuerte proceso de dolarización de carteras de las últimas semanas para volver a la vieja "bicicleta" financiera, que no es otra cosa que posicionarse en activos en moneda local. "En los últimos días no hubo una sola persona dispuesta a desprenderse de dólares para pasar a pesos", indicó un reconocido cambista. Con la certeza de que el tipo de cambio quedará quieto o incluso con alguna posibilidad de cotizar a la baja, el negocio de pasarse a moneda local vuelve a ganar atractivo, aunque habrá que tener estómago para hacerlo a pocos días de una votación clave.
Es probable que la señal del viernes consiga ponerle un techo al dólar a $ 18. Pero es mucho más difícil revertir el proceso de fuga de capitales que no se frenó en lo que va de la gestión de Mauricio Macri.
La venta de dólares por parte del Central no sólo procura limitar la suba de la cotización. Al mismo tiempo absorbió 5.400 millones de pesos, ahorrándose la colocación de las Lebac a elevadas tasas.
¿Por qué se definió la estrategia de intervención a este nivel y no antes? Básicamente hay una serie de motivos que se tuvieron en cuenta en la Casa Rosada, en conjunto con el ministerio de Finanzas y el Central:
A estos valores, el dólar ya equiparó el aumento de la inflación en lo que va de 2017, cercano al 14% contando también julio. Por lo tanto, se consiguió que el tipo de cambio en términos reales no continuara atrasándose.
El peligro de un traslado a precios a partir de estos niveles crece sustancialmente. Hasta estos niveles no se habría detectado este fenómeno, pero la velocidad de la suba de la divisa podría impactar en sectores que tienen alto componente de insumos importados. Por lo tanto, dejar que la divisa se siga apreciando ya se volvía peligroso.
El crecimiento del mercado de créditos hipotecarios, uno de los "caballitos de batalla" del Gobierno en este 2017, se empezó a ver resentido por el aumento del dólar. Mucha gente que estaba tramitando la compra tuvo que pedirle más crédito al banco o se vio obligada a pedirle a un familiar. Aún cuando los bancos se muestran flexibles, incurrir en un endeudamiento mayor por el ajuste cambiario deja mucha gente fuera del mercado. El salto tan abrupto del dólar en las últimas semanas dejó mal parado a muchos potenciales deudores y también amenaza con frenar la esperanza de mucha gente de transformarse de inquilino a propietario.
Pero el factor más importante de la intervención es frenar lo que dentro del equipo económico empezaron a ver con preocupación: una incipiente corrida cambiaria, que se notó con más fuerza el jueves y viernes último. Este fenómeno estuvo caracterizado por un importante aumento en el volumen de demanda de divisas tanto de grandes empresas como del público. Pero al mismo tiempo por la ausencia casi total de oferta de dólares por parte de los exportadores. Es cierto que existe un grado de incertidumbre electoral que implica la candidatura de Cristina Kirchner y la posibilidad de una "vuelta al pasado". Pero en realidad lo que se había generado después de cinco semanas consecutivas de suba del tipo de cambio era una apuesta de salir a comprar porque el precio seguiría aumentando. Y del lado de la oferta nadie quiere vender para esperar un valor más alto. Este doble efecto amenaza con generar una suerte de "espiralización" en el valor de la divisa. Durante toda la semana hubo fuertes críticas de los operadores de cambio al Gobierno por permitir que se intensificara este fenómeno.
La reaparición después de más de un año del BCRA debería desalentar nuevas subas del tipo de cambio. Y hay más de un 80% de chance de que lo logre sin mayores sobresaltos. Sin embargo, no está para nada claro que se vaya a suavizar y mucho menos revertir el proceso de fuga de capitales que nunca desapareció desde que asumió el Gobierno de Mauricio Macri. Ni siquiera el exitoso blanqueo logró revertir este fenómeno: la mayor parte del dinero que se sinceró sigue fuera de la Argentina.
Ahora todo está en manos del resultado electoral. La suerte del Gobierno en las PASO y la posición en la que quede Cristina en la provincia de Buenos Aires son los factores decisivos para atenuar la búsqueda de refugio en el dólar o a incrementarla luego de las PASO. Por las dudas, el mensaje de distintos interlocutores oficiales a los bancos de inversión ya se va adaptando a los nuevos tiempos: "Nos va a ir muy bien, pero si no nos va bien en la provincia de Buenos Aires, igual el kirchnerismo no tiene ninguna chance de volver al poder en 2019".