Los clásicos problemas no resueltos en la Argentina llevaron a un sostenido retraso en su participación en la economía mundial, desde puestos de liderazgo a comienzos del siglo XX hasta por debajo del puesto 50 en la actualidad, con países que amenazan con provocar un mayor alejamiento en los próximos años, por el ritmo con el que vienen. A esto se suma una reforma laboral en el mayor socio del Mercosur que con su extrema flexibilidad, según críticos del lado sindical y de fuerzas de izquierda, y acorde con los nuevos tiempos, según analistas avezados de la realidad internacional, podría provocar una desvío de inversiones extranjeras hacia Brasil.
Los cambios instrumentados en Brasil con el respaldo de fuerzas sindicales que se considera no tienen el poder de los 6.400 gremios en la Argentina, pero que saben que el nuevo régimen contribuirá a fomentar la inversión y el empleo, vienen a sumar más desventajas para las empresas locales con vocación y capacidad instalada para la exportación, como las que provocan la presión impositiva, las cargas laborales, la deficiencia en la infraestructura y el siempre latente "atraso cambiario", más allá del repunte del dólar en los últimos días.
Así se desprende de la consulta que hizo Infobae entre destacados expertos y asesores de empresas en temas de legislación del trabajo y conflictividad laboral, como Julián de Diego, Juan Luis Bour, Carlos Etchezarretta, Javier Lindenboim; y economistas de la talla de Martín Redrado, Dante Sica y Luis Secco.
Julián de Diego fue contundente: "La reforma laboral que comenzó a implementar Brasil va a provocar mayores desvíos de inversiones que podrían estar destinadas a la Argentina, porque los impuestos al trabajo son 30% menores (en Chile 50%); en el sueldo promedio estamos 30% arriba de Brasil y 40% de Chile, en valores en dólares; y en condiciones de trabajo Chile y Colombia vienen haciendo reformas laborales que aumentaron las ventajas con la Argentina . Con esta reforma Brasil introdujo flexibilizaciones enormes, mientras que hacerlas en la Argentina exige hoy pasar por acuerdos con los sindicatos muy fuertes".
En ese punto, De Diego observó que "si bien en Brasil los sindicatos no son poderosos, tienen mayor alineamiento con el Gobierno, porque creen que un acuerdo contribuirá a impulsar las inversiones, y con ello la creación de empleos".
De ahí que resaltó el abogado laboralista "la Argentina tiene que encarar las tres reformas laboral, impositiva y previsional y la ley de inversiones, porque aún desde el resto del mundo miran al país con mucho riesgo. Por eso no llegan las inversiones: preocupan la inflación; las elecciones; el costo de radicarse y los obstáculos administrativos y burocráticos que hay, como se ve en los casos de las habilitaciones de los frigoríficos que tienen oportunidades, pero no se les da una rápida respuesta. Se ve que la política fiscal no es compatible con la monetaria, cambiaria y productiva, no alcanza con el discurso".
Julián de Diego: “La Argentina tiene que encarar las tres reformas laboral, impositiva y previsional y la ley de inversiones”
Juan Luis Bour, economista director de FIEL, resaltó que una de las consecuencias directas de la reforma laboral en Brasil es que "está aumentando la brecha con una Argentina con legislación laboral muy atrasada, porque a partir de Chile y Brasil, también en la región se hicieron reformas, y vienen con años de políticas cambiarias flexibles, por eso estamos en desventaja con México, Perú, Colombia, y también con otros países más chicos de la región, que se suman a las reformas que previamente encararon naciones altamente desarrolladas en Europa: Alemania lo hizo en los 90 y ahora también Francia, propone cambios sustanciales; mientras que en la Argentina se estuvo tornando más rígida".
No solo eso, Bour también se inquietó porque al nuevo escenario de disputa por la atracción de inversiones productivas, para impulsar el crecimiento y la creación de empleos, "se agrega el atraso cambiario". De ahí que estimó que "se va a agudizar el freno de las inversiones, y se va a mirar más a los vecinos".
Otra cuestión que consideró el economista director de FIEL es que esto pone en agenda un tema, que aparece cada 20 años, pero siempre en forma parcial, como fue la nueva Ley de Riesgos del Trabajo. Se pondrá en el tapete la revisión más amplia, que el Gobierno intentó con acuerdos sectoriales que toca a casos particulares que están en crisis, pero no a todos. Cuando cierra una empresa de 20 empleados nadie se entera, pero sí aparece en los diarios cuando lo hace una empresa grande".
Juan Luis Bour: “Está aumentando la brecha con una Argentina con legislación laboral muy atrasada, porque además de Chile, primero, y Brasil, ahora, también en la región se hicieron reformas, y vienen con años de políticas cambiarias flexibles, por eso estamos en desventaja con México, Perú, Colombia”
Carlos Etchezarreta, consultor de empresas y asesor de cámaras empresarias en legislación laboral, se mostró más cauto en estimar las consecuencias de la reforma laboral en Brasi. "Es difícil apreciarlo, porque el sistema es bastante distinto, así como las características de la población activa; la discusión colectiva de salarios, por región, o barrio, no por actividad; tenían un sistema de despidos por capitalización, pero en la Argentina no pudo funcionar, por la alta inflación".
Mientras que sobre el flujo de inversiones productivas, Etchezarretta evaluó que "en la Argentina dependen más del marco interno, que no es muy favorable, y que muchos esperan el resultado de las elecciones, porque determinará el grado de debilidad o de fortaleza del Gobierno. Hay otros aspectos técnicos que tienen más peso, como la presión tributaria, la competitividad cambiaria, la productividad laboral".
Carlos Etchezarretta: “En la Argentina la llegada de inversiones extranjeras dependen más del marco interno, que no es muy favorable, y del resultado de las elecciones, porque determinará el grado de debilidad o de fortaleza del Gobierno”
Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios de Población Empleo y Desarrollo (Ceped, de la UBA), observó que "en Brasil el sector empresario logró un triunfo en toda la línea, desfavoreciendo al factor del trabajo, aunque lo llevará a aumentar la producción. Es posible que si la medida fue presionada por empresas extranjeras, puede llevar a desplazar inversiones, pero en realidad puede llevar a ser utilizada por empresarios argentinos para impulsar al Gobierno a que acelere reformas laborales para no quedar desfasados".
Javier Lindenboim: “La reforma laboral en Brasil puede llevar a ser utilizada por empresarios argentinos para impulsar al Gobierno a que acelere los cambios en la legislación del trabajo para no quedar desfasados”
Además, sostuvo el economista, que "las preocupaciones de la realidad del mercado laboral, sobre productividad, distribución del ingreso y creación de empleos, se fundamentan más en cuestiones internas que externas, que han llevado a diferencias crecientes con el resto de la región en términos de crecimiento y de pobreza".
El análisis de los economistas
Martín Redrado, director de Fundación Capital, dice: "No veo la reforma de la legislación laboral en Brasil como un tema inmediato, porque las inversiones miran la ecuación riesgo-rentabilidad. Brasil está mejor en lo económico, pero peor en lo político, esto lo va a resolver, pero le va a llevar tiempo, por eso la Argentina debe trabajar aceleradamente en la mejora de la competitividad, con baja de impuestos, sobre todo al trabajo, pero también al transporte".
Agregó Redrado que "desde el punto de vista internacional la Argentina despierta más preguntas positivas que Brasil, a partir del buen trabajo de la cancillería que posibilitó una presencia presidencial externa muy activa, pero falta rentabilidad, donde hay viene la minería, las energías renovables".
Martín Redrado: “Desde el punto de vista internacional la Argentina despierta más preguntas positivas que Brasil”
Además, el ex presidente del Banco Central destacó que "el proceso de llegadas de inversiones a Brasil por ahora será lento por efecto de la falta de resolución de la transición política hasta que cambie de Gobierno, en 2018. Por eso la Argentina tiene que aprovechar este tiempo para impulsar las reformas pendientes en lo impositivo, laboral y de alcance de la solvencia fiscal".
Dante Sica, director de la Consultora Abeceb, también se mostró cauto en evaluar los efectos inmediatos de la reforma laboral en Brasil, pese a que resaltó que en ese país "lo peor ya pasó; se está comenzando a recuperar la actividad económica; las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina, en 2018, y eso le permitirá contar con un poder legitimado por los votos, con una nueva alianza política; y tres o cuatro grandes reformas ya hechas, como el congelamiento del gasto federal en términos reales por 20 años dispuesto a través de una enmienda constitucional; y la reforma previsional, porque igual que en la Argentina es un gasto que representa el 50% del total, pero con el agravante que la población activa se jubilaba con a los 55 años y 15 de aportes; y ahora se elevaron a 65 y 30 años, para asegurar la sustentabilidad fiscal. También cuenta con un mercado mucho más grande y dispuesto a abrirse. En ese contexto, claramente los inversores son tentados con mayores ventajas que no son solo cambiarias, sino con un costo laboral menor y mayor flexibilidad."
Frente a esa realidad, Sica consideró que "La argentina debe hacer reformas que no requieren que sean iguales a las de Brasil, pero que contribuyan a flexibilizar la relación laboral. Hoy, pese a tener salarios más altos, se compensa con mayor productividad, con lo que le permite achicar esa brecha".
Dante Sica: “La creciente brecha de competitividad con Brasil es una señal de alarma, especialmente para la industria y los servicios que deberán competir por inversiones frente a un vecino más grande y barato”
Según un estudio de la consultora Abeceb, la Argentina ya acumula un rezago competitivo con su vecino producto, en gran medida, de la diferencia existente en términos de costos laborales, tanto aquellos vinculados al salario como otros que no (ausentismo, vacaciones). Este diferencial se ampliaría con la nueva reforma, principalmente en sectores transables y mano de obra intensivos. Por ejemplo, cita el estudio, el costo de indemnización en la Argentina es 2,5 veces más caro que el de Brasil. Este costo en promedio equivale a 23,1 semanas de salarios en la Argentina, mientras que en Brasil totaliza 8,9 semanas, de acuerdo a los datos relevados por el Doing Business del Banco Mundial.
"En el marco de la apertura gradual de la economía argentina, esta creciente brecha de competitividad con Brasil es una señal de alarma, especialmente para la industria y los servicios que deberán competir por inversiones frente a un vecino más grande y barato", advirtió la consultora.
Luis Secco estimó que "el paso que está dando Brasil, va en camino de lo que están haciendo otros países, vinculados con el cambio tecnológico y el cambio en el método de producción que se ha acelerado en los últimos años, mientras que en la Argentina persisten convenios de trabajo que datan de más de 40 años. Por eso la Argentina necesita actualizar su legislación laboral a lo que es el mundo actual, no sólo para contemplar los nuevos modelos productivos, sino también las nuevas generaciones".
Y agregó el consultor de empresas: "Si ya había desventajas, que no sólo tienen que ver con la coyuntura cambiaria, de que estamos relativamente caros, también se acumulan diferencias estructurales, en particular en lo que respecta a todo el sector industrial, con la reforma laboral en Brasil se van a agudizar, y por tanto se verá más perjudicada la relación del intercambio bilateral".
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