Por lo general, la postura del Central ante un determinado acontecimiento cambiario suele ser su comportamiento en el mercado. Si sale a intervenir ante una suba o baja exagerada de la divisa demuestra que le preocupa que llegue a determinados niveles. Pero ahora surgió una nueva manera de expresar su punto de vista: las redes sociales.
Uno de sus directores, Francisco "Paco" Gismondi, un economista que viene del Banco Ciudad, utilizó a través de Twitter el hashtag "gataflorismocambiario" para referirse a quienes se alarman porque el dólar superó los $17 en la jornada de ayer. "Si sube el dólar hay traslado a precios. Si baja provoca atraso cambiario y le pega a los exportadores y si se queda estable actúa como ancla contra la inflación y promueve la bicicleta financiera", es el resumen de lo expresado por el funcionario en apenas 140 caracteres. Cada una de esas afirmaciones además fue acompañada de un sugestivo "ñañaña".
El Gobierno tiene un gran poder de fuego para salir a contener la suba de la divisa, si es que quisiera utilizarlo
Fue la única voz oficial que se refirió al movimiento cambiario de los últimos días. La divisa subió por sexto día consecutivo ayer. El aumento arrancó luego de conocerse que Cristina Kirchner competirá en las PASO como candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires. Por supuesto que no se puede establecer una relación de causa y efecto lineal, pero está claro que la mayor incertidumbre relacionada al panorama electoral tuvo su impacto en el precio de la divisa.
Pero más allá de la particularidad, la expresión de Gismondi revela que el Central está muy lejos de preocuparse por la suba del tipo de cambio de las últimas jornadas. De hecho, el propio titular de la institución, Federico Sturzenegger, había reconocido en un encuentro privado con un grupo de economistas que empezaba a preocuparse por el atraso del tipo de cambio y su efecto en la competitividad.
Claro que ahora que la divisa tomó cierto impulso aparecen las advertencias por el traslado a precios. Una prueba es la suba del combustible, que terminó siendo mayor a la prevista por la suba de la divisa en las últimas jornadas de junio. Y si la suba termina siendo un poco más importante el peligro es que rápidamente impacte por ejemplo en los precios de los alimentos.
Desde el Gobierno, sin embargo, resaltan que la suba del dólar en lo que va del año no es ni la mitad de la inflación acumulada en los primeros seis meses (alrededor del 12,5%). El objetivo sería que la divisa no le pierda pisada a los precios para evitar un encarecimiento artificial de la Argentina en moneda dura.
Por otra parte, el "poder de fuego" que tiene el Gobierno para salir a ponerle algún freno a la divisa es enorme. Sólo el Tesoro posee USD 10.000 millones depositados en el BCRA, que están contabilizados como reservas. Bastaría con vender una mínima porción de esos dólares en el mercado para volver a planchar el precio.