Sorprende la inflación de mayo, que rozaría el 1,5%: ¿1% en junio?

Ayudó la desaceleración en precios de alimentos en la segunda quincena. Más margen para que el Central baje la tasas el mes próximo.

Guardar
¿El Gobierno logró contener los precios? (NA)
¿El Gobierno logró contener los precios? (NA)

Cuando todavía faltan dos días para que cierre el mes, las estimaciones de la inflación del mes entusiasman al Gobierno. Tanto los datos de consultores privados como los que maneja el INDEC apuntan a una fuerte desaceleración luego de tres meses de elevados índices. Según los últimos números, el índice se ubicaría en 1,6% e incluso no se descarta que la carga de datos de la última semana lo lleve finalmente a niveles de 1,5%.

Según los registros, hubo caída en los precios de alimentos en la segunda parte del mes. Aunque es prematuro sacar conclusiones, sería una respuesta de los supermercados para mejorar los niveles de una demanda que sigue floja.

Se trata de una noticia que alivia al Banco Central, luego de tres meses de elevados números. Entre febrero y abril la inflación promedio se ubicó en el 2,5%, bastante por arriba de lo que esperaba el titular del BCRA, Federico Sturzenegger. Aquel salto lo obligó a subir la tasa de referencia de 24,75% a 26,25% anual, impactando también en la tasa de LEBAC que superó el 25%.

De todas formas está por verse cuál fue finalmente la inflación "núcleo", es decir aquellos precios que no están regulados por decisiones del Gobierno. Es probable que se ubique algo por encima de la inflación general, porque aún a pesar de la desaceleración de la segunda quincena el rubro "alimentos y bebidas" igual mostraría un incremento de 2% este mes.

Las proyecciones para junio son aún más auspiciosas. Con mucho menos arrastre del mes previo, gana peso la proyección que había efectuado el economista Miguel Bein de un valor del 1% para junio. Luce factible, teniendo en cuenta que el mes próximo no hay aumentos tarifarios previstos, no hay aumentos en otro tipo de servicios y se trata de un mes de baja estacionalidad. En julio ya se complicaría, porque hay un aumento previsto de la medicina prepaga y las vacaciones de invierno impulsan los precios de esparcimiento y turismo, por lo que el piso volvería a estar más cerca de niveles del 1,5%.

Pero más allá de estos cálculos finos, está claro que por lo menos para lo que es 2017 lo peor en materia inflacionaria ya habría quedado atrás. Sobre todo si el tipo de cambio no se va a mover demasiado en los últimos meses. Igual, se espera que para la previa electoral –especialmente desde julio o agosto- la divisa presente más volatilidad por la decisión de los inversores de salir a cubrirse de un contexto con mayor incertidumbre.

Por otra parte, se estima que el Central se manejará con mucha cautela a pesar del primer dato positivo en materia de inflación. El propio Sturzenegger tuvo que reconocer que se equivocó cuando impulsó una fuerte baja de tasas de interés entre noviembre y enero, entusiasmado por la baja de la inflación del segundo semestre de 2016. Luego se vio obligado a volver sobre sus pasos. La conclusión salta a la vista: es preferible mantener tasas de interés algo más elevadas que bajarlas abruptamente para luego tener que volver a subirlas.

Con el nivel de inflación de mayo, el acumulado de los últimos 12 meses se ubicará en niveles cercanos al 24%, una reducción sustancial respecto a los valores de 37% que hubo a principios de 2017. Esto se debe a que se van reemplazando los elevados valores que se registraron en el primer semestre del año pasado por niveles más bajos este año.

"Si la meta sigue siendo la banda de 12% y 17% para la inflación del 2017, entonces el Central no debería bajar nunca las tasas, al menos hasta que las expectativas no confluyan hasta esos niveles", explica uno de los economistas más importantes de una entidad local. El consenso de las consultoras y analistas privados es que el piso para este año no baja del 20%. Sin embargo, está claro que el BCRA también tiene fuertes presiones políticas para reducir un poco las tasas y de paso no alentar inversiones en pesos que aprovechan las fuertes ganancias en moneda dura, ante un tipo de cambio muy estable.

Guardar