El Fondo Monetario Internacional (FMI) no oculta el escenario positivo que ve de la Argentina hacia delante. En sus escritos y a través de sus economistas, ya anticipó un repunte de la economía para los dos próximos años y una inflación que continuará disminuyendo.
Sin embargo, los datos de crecimiento y de suba de precios que proyecta el FMI para 2017 (y para el año que viene) no coinciden con las estimaciones que hace el Gobierno. El organismo presidido por Christine Lagarde ratificó un crecimiento del 2,2% para la economía en 2017, contra el 3% que proyecta el último Monitor de la Economía Real, el informe de uso interno que se prepara todos los meses desde el Ministerio de Producción; y así dio muestra de seguir de cerca la economía mes a mes.
Hacia fuera, ese porcentaje se mantiene firme en las declaraciones públicas de los funcionarios. Hacia dentro, algunos comenzaron a dudar de la cifra durante el último mes, más en línea con un crecimiento del 2,8% que surge del promedio de consultoras y bancos privados.
El porcentaje no es una novedad en sí porque ya se conoció hace tres meses. Ahora el informe se publica en la antesala de la Asamblea de Primavera del FMI y del Banco Mundial en Washington, hacia donde viajarán esta noche Nicolás Dujovne (Hacienda), Luis Caputo (Finanzas) y Federico Sturzenegger (BCRA).
Inflación que no cumple la meta
La inflación también está en la agenda de la última edición de Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés). Para el organismo, la meta que estimó el BCRA en la banda del 12 al 17% no se cumplirá y la inflación será del 21,6% cuando se considera de diciembre a diciembre, lo que supone un nivel mayor al 20,5% que pronosticaba antes. Por su parte, será del 25,6% en el promedio anual.
La inflación recién bajaría a un 18,7% para 2018, con lo cual tampoco se cumpliría con la meta de inflación con estas proyecciones.
Una vez más, este escenario se mantiene con respecto a enero de este año, cuando se había estimado que el índice de inflación estaría "levemente" por encima de las metas que se estableció el Banco Central. Con todo, es probable que este último informe no tome en cuenta algunas decisiones de las últimas semanas, que marcan la coyuntura argentina.
La suba de tasas del Central no sólo generará una contención en la suba de la inflación para cumplir con la meta, sino que también comprometerá al crecimiento estimado por el gobierno de Mauricio Macri. En el ámbito local, la consultora Bein & Asociados bajó su previsión de crecimiento del 3,4% al 2,9% para 2017, y la inflación desde 21 a 20,4 por ciento.
Más allá de las proyecciones que realicen tanto consultoras como bancos privados, cuánto crecerá la economía argentina es una discusión que se da más a nivel nacional que entre los inversores. Hoy, por ejemplo, Wall Street tiene la vista puesta en el cumplimiento de la meta para bajar el déficit fiscal y en el nivel de deuda que toman los gobiernos provinciales y municipales.
Como había sucedido en enero, las causas del crecimiento económico para el FMI no cambiaron: "La actividad tiene visos de expandirse en 2,2% en 2017 gracias al aumento del consumo y la inversión pública". Para el año que viene, el crecimiento está estimado en un 2,3% con una recuperación tanto de la inversión privada como de las exportaciones.
El crecimiento de la economía de Brasil (aunque será débil) resulta clave para la Argentina. La economía vecina y principal socio de la Argentina salió del 2016 con una recesión del 3,6%, y el FMI pronostica un crecimiento del 0,2 por ciento para este año. El Banco Central del país vecino no coincide con el número del FMI.
El Índice de Actividad Económica del Banco Central de Brasil subió un 1,31% en febrero frente a enero, marcando así la tasa más acelerada desde enero de 2010. En sus proyecciones, crecerá un 0,4 por ciento.
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