Pese a que la tasa de inflación se fue acelerando desde enero de 2016 a igual mes del corriente año de un ritmo anualizado de 30% a 37%, según el consenso de las mediciones privadas, los ingresos nominales por ventas en los supermercados se desaceleraron –pasaron de crecer 27,6% a 21,2%–; mientras que en el caso de los grandes centros de compras el aumento de la facturación se mantuvo en 22,8 por ciento.
Y dado que las promociones y ofertas en el primer mes del año se mantuvieron activas, tanto las directas ofrecidas por las cadenas comerciales como las que ofrecen los bancos emisores de tarjetas de compra, crédito y débito (cuenta sueldos o de jubilados y pensionados), se estima que la contracción real de las operaciones, esto es en términos de cantidad de productos demandados por el conjunto de la población, se contrajo entre 10% y 11%, muy superior a la baja que habría experimentado el consumo agregado.
La contracción real de ventas en los grandes centros se estima que declinó entre 10% y 11% en los últimos doce meses
Según pudo constatar Infobae en fuentes de la industria de la alimentación, semejante contracción de las ventas de productos en los grandes centros fue contrarrestada con un crecimiento cercano a tasas de dos dígitos en los comercios de proximidad y, en menor medida, en los canales mayoristas habilitados al público general.
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Los datos del Indec dieron cuenta de que la variación de los ingresos por ventas de los supermercados fue notablemente homogénea en todo el país, con las excepciones de las provincias del Centro y del Oeste, donde apenas aumentaron 12% en valores nominales; mientras que el mejor desempeño se observó en Neuquén, donde se anotó una suba del 28 por ciento.
Por rubro en supermercados, los menores incrementos de ingresos se registraron en carnes, 11%; y en artículos de limpieza y perfumería, 16,2 por ciento.
En tanto en los centros de compras, el mayor ingreso por venta se concentró en las líneas de diversión y esparcimiento 47,1%; juguetería 41%; y patio de comidas 37%. Los más rezagados fueron ropa, accesorios e indumentaria, entre 14% y 18%; y también librería y papelería 20,7 por ciento.