Martín Redrado: "Al Gobierno le falta una visión sistémica y eso le genera desgaste e incertidumbre"

Al ex presidente del Banco Central le inquieta el desalineamiento entre la tasa de inflacíón y la de variación de la paridad cambiaria

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Martín Redrado no es amigo de ponerle una nota a la gestión de Gobierno en sus primeros 15 meses (Adrián Escandar)
Martín Redrado no es amigo de ponerle una nota a la gestión de Gobierno en sus primeros 15 meses (Adrián Escandar)

Los economistas profesionales comenzaron 2017 con más trabajo del que habían presupuestado, porque las consultas de empresarios e inversores son muchas y las respuestas muchas veces se fundamentan más en expresiones de buenos deseos, o no, que en datos concretos que anticipen un mejor clima de negocios, al menos de modo generalizado.

Pese a que persiste una alta tasa de inflación y elevado déficit fiscal que conspiran contra la creación de un marco saludable para los negocios, la economía parece haber pasado a segundo plano en las acciones del Gobierno, por el aumento del voltaje de la protesta sindical y el lanzamiento temprano de la campaña política para las elecciones de medio término.

Más aún porque las expectativas de cambio que había prometido el Gobierno no se cumplieron en plenitud, fenómeno que se atribuye a que no explicó desde el primer día la gravedad de la situación crítica que recibió, con "agotamiento de los stocks", como dicen los economistas, porque "no se le dijo al gran público qué significaba recibir un país sin reservas y su impacto inflacionario" (NdR: efecto de las operaciones de venta de dólares a futuro), y porque "faltó un enfoque macroeconómico", dijo a Infobae el ex presidente del Banco Central de la República Argentina, Martín Redrado.

– La salida de las crisis de la hiperinflación de 1989-90; y de la financiera y política del 2001 llevó casi dos años, ¿por qué cree que ahora se le cuestiona al Gobierno la falta de resultados, cuando apenas transitó 15 meses desde que asumió?

– En primer lugar porque a fines de 2015 no había una crisis terminal como en aquellas oportunidades. Pero fundamentalmente, porque el Gobierno no explicó al público desde el primer día la gravedad de la situación. No era terminal, pero sí crítica, con el agotamiento de todos los stocks gastados en el pasado y qué significaba recibir un Banco Central sin reservas; y también porque le faltó un enfoque macroeconómico para atacar los problemas de modo sistémico. Se hizo un abordaje de equilibrios externos parciales, pero hubo un error conceptual de creer que todos los precios de la economía estaban ajustados al tipo de cambio paralelo, cuando se sabe que un 50% de la producción nacional depende de insumos importados que se pagaban a un precio atrasado, en particular en alimentos. Esa falta de visión sistémica genera un desgaste e incertidumbre, que a mi juicio es innecesario.

– El Gobierno aseguró desde el primer día que, al menos en el plano de la economía y finanzas, "es el mejor de la historia". ¿Comparte esa apreciación?

– Hay un conjunto de profesionales muy bien formados de primer nivel, y con indudable honestidad intelectual y humana. El Presidente ha elegido la partición del Ministerio de Economía, y cada uno tiene el organigrama que quiere. Pero, pareciera que lo ha marcado mucho haber tenido un Carlos Bianchi en su presidencia en Boca y no quiere que se repita en su equipo de Gobierno. Sí se nota que le falta una mesa de macroeconomía, que puede estar en cualquier lado, como ocurre en los EEUU, es decir se necesita un lugar de debate de los temas macroeconómicos: el consumo, la inversión y el comercio exterior, todos juntos y cómo interactúan entre sí. Federico Sturzenegger, Nicolás Dujovne, son muy buenos macroeconomistas, pero no hay una mesa de discusión del comportamiento de todas las variables.

Redrado dijo que “no hay que dejar sólo al Banco Central en la política para derrotar la inflación” (Adrián Escandar)
Redrado dijo que “no hay que dejar sólo al Banco Central en la política para derrotar la inflación” (Adrián Escandar)
Martín Redrado: “El  Gobierno necesita un lugar de debate de los temas macroeconómicos: el consumo, la inversión y el comercio exterior, todos juntos y cómo interactúan entre sí”

– ¿Cómo ve la política monetaria del Banco Central para bajar la inflación?

– Rescato de la política de Federico Sturzenegger que le ha vuelto a dar institucionalidad al Banco Central, al marcar su independencia de la Tesorería; además de tener mucha actividad e innovación para inducir al uso de los nuevos medios de pago, dado que es muy importante tender a la formalización de la economía. Pero hay que trabajar también en las realidades, es decir no puede ser sólo una tarea de la autoridad monetaria.

– ¿Y con respecto al uso de la tasa de interés, para disciplinar la inflación?

–  No hay que dejar sólo al Banco Central en la tarea de derrotar la inflación. Pensar que se puede lograr con el uso de un sólo instrumento, como la tasa de interés, no responde a la realidad de la Argentina, porque el crédito en la Argentina tiene muy baja profundidad, apenas un 14% del PBI, es decir no tiene un canal de transmisión fuerte, sino que es débil. De ahí que si la política de ingresos y la fiscal no acompañan, no hay que sobreactuar en el uso de la tasa de interés para bajar la inflación.

– Habló de la política fiscal, ¿qué le sugiere la decisión de financiar el déficit con endeudamiento externo?

– Mi mayor advertencia macroeconómica es que el financiamiento del déficit fiscal con endeudamiento llevado por altas tasas de interés puede llevar a gente a que entre plata por dos o tres meses, haga una diferencia con el tipo de cambio planchado, y pegue la vuelta. Sobre todo porque hoy la Argentina tiene acceso al mercado internacional para captar todos los fondos que necesita, y por tanto la perspectiva de tener un tipo de cambio estancado está dada por las expectativas de atraer capitales de corto plazo. En el mundo, los principales administradores de flujos de capitales están preparados tanto para recibirlos y controlar los efectos de la apreciación de la moneda nacional, porque todos los bienes se vuelven caros. Por eso también hay que estar preparado para el momento en que esos fondos deciden salir. Veo que el Gobierno sólo está preparado para recibir capitales financieros.

“El financiamiento del déficit fiscal con endeudamiento llevado por altas tasas de interés puede llevar a gente a que entre plata por dos o tres meses, haga una diferencia con el tipo de cambio planchado, y pegue la vuelta”

– ¿En ese punto cuál es su preocupación?

La combinación del paso a paso, del financiamiento del déficit fiscal con endeudamiento externo está generando un desalineamiento cambiario, porque mientras la tasa de inflación se encamina a más del 23%, y la tasa de devaluación la Fundación Capital proyecta que no va a exceder el 14%, con lo que los costos en dólares de la producción nacional va en aumento, eso es sin duda un tema preocupante, y por tanto no es sostenible.

La perspectiva de las finanzas públicas

– En un país que arrastra un déficit fiscal elevado, del 7% del PBI, no se advierten señales claras de cómo se va a bajarlo, más allá del efecto esperado del aumento de la actividad. Con Alfonso Prat-Gay no se vio nada en esa dirección, ¿con Nicolás Dujovne percibe algún cambio?

– A todos los ministros hay que darles tiempo, además Nicolás Dujovne viene del sector privado. Lo importante es que ha dado un sendero y con metas trimestrales. Antes se presentaban pautas anuales que parecían muy voluntaristas, sin plantearse un sistema de evaluación de rendimientos, de resultados. Para los primeros tres trimestres los objetivos son relajados, con lo que la prueba de fuego estará dada en el último trimestre, porque para alcanzar la meta del 3,3% del PBI el Gobierno tendrá que mostrar realidades más contundentes. Este año el blanqueo le está dando un aire muy importante, pero no lo tendrá el próximo.

Redrado “Las inversiones no vienen por amistad, sino por rentabilidad y certidumbre” (Adrián Escandar)
Redrado “Las inversiones no vienen por amistad, sino por rentabilidad y certidumbre” (Adrián Escandar)

– ¿Le parece una buena iniciativa plantear muy anticipadamente la necesidad de sendas reformas tributarias y laboral para mejorar la competitividad de la producción nacional? Primero lo hizo el Presidente en junio de 2016 y ahora el ministro Dujovne habla de un cambio para 2018.

– Sin duda no. Primero es necesario que se piense para adentro, y que se lo explicite cuando se tenga algo concreto. Hay que buscar consensos con expertos y consejos profesionales, porque si no, se habla de que se eliminará Ingresos Brutos a las provincias, que se creará un Impuesto a las Ventas, luego que no es así; se sabe  que el peor enemigo para la inversión es la incertidumbre, sobre todo si se está planteando a un año vista. Por eso se debería estar seguro de los carriles que van a tener las reformas tributaria y laboral, las cuales van a llevar bastante discusión legislativa, porque en un horizonte que todavía está nublado genera más incertidumbre.

“Se debería estar seguro de los carriles que van a tener las reformas tributaria y laboral, que van a llevar bastante discusión legislativa, porque en un horizonte que todavía está nublado genera más incertidumbre”

– ¿Cree que por eso se frenó el paso de los anuncios de inversiones por más de USD 60.000 millones en el último año, hasta 2019, al inicio de su ejecución?

– Creo que en parte es por eso, porque nadie invierte en proyectos productivos en un contexto de incertidumbre; pero fundamentalmente también porque falta rentabilidad y falta un horizonte también. Hoy seguimos en el país del día a día. Hoy todavía la macroeconomía no permite ver a dos o tres años. Hoy le va bien al campo porque hubo claras mejoras con la unificación cambiaria y la eliminación de la mayor parte de las retenciones. Acá no hay inversiones por amistad, sino cuando hay certidumbre, posibilidades de generar rentabilidad cuando se saben los riesgos que se corren; y una macroeconomía estable, y también las señales para adelante, y no cuando puede cambiar con modificación de los costos impositivos, que va a alterar la rentabilidad final.

Los pronósticos de Martín Redrado para este año

– PBI: aumento de 3,1%, con rebote selectivo: el equipo de la Fundación Capital proyecta 5% de crecimiento, o más, para el agro, junto con los sectores financiero y de las telecomunicaciones; 2,5% a 3% en alimentos; y 0% o recesión en los sectores textil, calzado y metalmecánico.

– Consumo: Privado, 2,2%, y Sector público, 4%.

– Inversión: 4,9%; con 4,7% construcción y 5,1% equipo durable de producción.

– Comercio exterior. Exportaciones, 7,5%, e importaciones, 6%.

-Inflación: Es una variable en permanente revisión, estaba en 22,5% al cierre de 2016 y ahora, por el movimiento que hemos advertido en los precios "núcleo" la subimos a 23,5%, frente a una meta techo del Banco Central del 17 por ciento.

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