El optimismo por el repunte de las ventas de los autos cero kilómetro aún no se tradujo en mayor estabilidad para los trabajadores del sector automotriz. Con un alza de 50,5% interanual de la producción en enero por el empuje de las exportaciones, las automotrices continúan aplicando suspensiones de personal que afectan a la estabilidad y los salarios de los obreros.
La crisis de Brasil, que se remonta desde el mandato de la destituida mandataria Dilma Roussef, y el desplome de la demanda local a raíz de la recesión económica siguen siendo los argumentos que utilizan los empresarios para no utilizar la plantilla laboral al 100 por ciento.
Esta semana, se supo que General Motors suspenderá a unos 350 empleados de su planta de General Alvear, cerca de Rosario, por un período de nueve meses. El gremio confirmó que está en tratativas con la compañía para que los suspendidos cobren el 80 por ciento del salario durante esos nueve meses y que dejen de trabajar a partir del próximo lunes.
"En principio iban a ser 400 despidos, pero logramos un acuerdo para que se transformen en suspensiones por nueve meses y achicar esa cifra a 350 trabajadores", agregó Marcelo Barros, secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines (Smata) Rosario. En total, la firma emplea 2.300 personas.
Según explicó el dirigente gremial, el volumen de la producción empezó a caer cuando se discontinuó el año pasado la fabricación de las unidades Chevrolet Classic y Agile. En su reemplazo, se hizo una inversión de de 750 millones de dólares para ensamblar el modelo Cruze II.
A partir de ese momento, la planta santafesina pasó a fabricar de 17 autos a 15 por hora. "Si bajaba a 13, quedaba un solo turno y nosotros luchamos para que al menos queden dos", precisó Barros.
El flamante modelo se trata del mismo automóvil que desató la furia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando protestó porque ingresaban desde México esas unidades a su país sin pagar ningún tipo de arancel. "¡Fabríquenlo en Estados Unidos o paguen un alto impuesto en la frontera!", advirtió el mandatario norteamericano.
La línea de montaje del Chevrolet Cruze II fue presentada el año pasado por el presidente Mauricio Macri y el gobernador Miguel Lifschitz, quienes destacaron la inversión como un ejemplo de la innovación.
"Este es el país con el que sueño, que pone el marcha el motor del auto que está listo para arrancar", había dicho entonces Macri, en un acto junto a los operarios. Hoy, la planta de producción toma medidas de ajuste sobre el personal a raíz del achicamiento de la demanda.
Por su lado, la alemana Volkswagen también suspenderá a 600 trabajadores en su planta de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, por 30 días. Los empleados supieron de la noticia el jueves pasado, cuando cientos de efectivos de Gendarmería y policías bonaerenses realizaron un operativo en la fábrica para evitar una posible ocupación de parte de los obreros.
"Nosotros vamos a perder mucho de poder adquisitivo, como el pago de comedor y de viáticos. No sabemos que es lo que vamos a cobrar, queremos volver a trabajar", contó Juan Carlos Amado, delegado gremial de Wolkswagen. "Los compañeros tienen miedo, la labor del sindicato del jueves fue terrible, estaban vigilando que no haya ningún problema en la empresa, tal vez creían que íbamos a tomar la planta", planteó en diálogo con radio 10.
A través de un comunicado, la empresa explicó que ante la crítica situación "mantiene un diálogo fluido con todos los sectores involucrados, para desarrollar e implementar en conjunto toda herramienta que fuera necesaria, siempre cuidando el bienestar de sus empleados".
En 2015, la empresa había iniciado un programa de reestructuración de sus plantas en el que se puso a disposición un plan de retiros voluntarios y un programa de jubilaciones anticipadas para su dotación de General Pacheco, acompañado de un esquema de suspensiones rotativas.
"La fábrica está en condiciones de tomarnos a todos, la producción está a full y las camionetas se están vendiendo mucho. Desde adentro de la fábrica nos dicen que están con el mismo ritmo de producción, pero con 600 compañeros menos", afirmó Amado.
Las nuevas suspensiones se suman a las que ya estaba llevando adelante FIAT, que tomó esa misma medida sobre sus 2 mil operarios al menos dos días por semana. En Renault, por su parte, está vigente una "parada técnica" hasta el 13 de marzo y por eso otorgó vacaciones a casi la totalidad de sus 1300 trabajadores.
Un repunte que no alcanza
Aunque el mercado local no tiene la capacidad de absorver el total de la producción automotriz, la inestabilidad en el mercado laboral del sector se mantiene a pesar de que se registró en estos meses un aumento en la cantidad de los vehículos fabricados y patentados.
En enero, la producción nacional de vehículos fue de 26.762 unidades, un 33,2% menos respecto de diciembre anterior pero un 50,5% más por sobre el desempeño del mismo mes del año pasado. El alza se produjo principalmente por la tracción de las exportaciones, que implicó un 150,9% más respecto del volumen registrado en enero de 2016, de acuerdo a las cifras de la Asociación de Fábrica de Automotores (Adefa).
En ventas mayoristas, el sector comercializó a la red de concesionarios 52.841 unidades, volumen que se ubicó 26,6 % por debajo del mes anterior, y avanzó 6,7 % en su comparación con el desempeño de enero del año pasado.
En la cadena de comercialización, cabe señalar que los autos nacionales vendidos al circuito minorista ascendieron a 281.659, con un avance del 0,5 por ciento frente a los 280.221 de 2015, mientras que la venta de importados a la red de concesionarios subió en 2015 a 439.752, un 43,3 por ciento.
En materia de patentamientos, en febrero hubo un ascenso a 57.205 unidades (19,1%), mientras que en febrero de 2016 se habían patentado 48.014 unidades, según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara).
La tendencia había arrancado en enero, con un incremento interanual de patentamientos del 64,7 por ciento. Con estos datos, el acumulado del primer bimestre del año alcanzó las 152.379 unidades vendidas, un 44,1% más que los dos primeros meses de 2016 en los que se habían registrado 105.785 unidades.
"Luego de un mes excepcional como fue el pasado enero estábamos expectantes para ver si la tendencia hacia arriba se mantenía y las cifras muestran que, aun con algunos días hábiles menos, obtuvimos casi un 20% de incremento interanual. Esperemos que se prolongue esta demanda así finalizamos un primer trimestre que esté entre los mejores de nuestra actividad", afirmó Dante Álvarez, presidente de Acara.
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Entre las novedades, hubo un cambio en el perfil de las ventas. En este sentido, el primer puesto volvió a ser ocupado en febrero por el Volkswagen Gol, del que se patentaron 2796 unidades. Con esa cifra, desplazó de la cima del ranking a la Toyota Hilux – un producto destinado al segmento de ingresos altos-, con la venta de 2436 unidades. En tercer lugar, quedó el Renault Nuevo Sandero, que vendió 2292 autos a estrenar.
Con todo, el Gobierno aún está lejos del objetivo de que se produzcan un millón de vehículos. En 2016, la industria automotriz produjo poco más de la mitad, 550.000 unidades. Ese número cayó comparativamente con respecto hace tres años, cuando se fabricaban cerca de 750 mil automotores y la economía de Brasil – principal mercado de exportación argentino- aun no pasaba por su peor momento.
"Yo lo escucho al presidente (Mauricio) Macri decir que se va a fabricar un millón de autos y no sé quién los va hacer. A lo mejor, los trae de China", ironizó Marcelo Barros.