Se sabe que los dos primeros meses del año son atípicos, porque las empresas suelen alternar las paradas técnicas de plantas para mantenimiento profundo, y también para concentrar las licencias por vacaciones del personal, según la perspectiva de la demanda interna y externa, y los productos disponibles en depósitos para entrega.
De ahí que los expertos recomiendan tomar los datos de este período con cautela y "bimestralizarlos" para hacer las comparaciones interanuales, porque de lo contrario las variaciones pueden ser interpretadas de modo erróneo.
La medición que hizo el estudio de la consultora Orlando Ferreres y Asociados arrojó para enero sendas caídas en las comparaciones con el mes anterior, en ese caso en valores corregidos por estacionalidad, de 2,7%; como interanual 6,4%, que parecieran no responder de modo preponderante a cuestiones técnicas de programación de la actividad por el conjunto de las manufacturas; y si a cuestiones de debilidad de los mercados.
Es que en un un lustro ininterrumpido de receso, al que no fue ajeno el primer año del Gobierno de Cambiemos, las empresas tuvieron amplio margen para ejecutar los siempre necesarios programas de mantenimiento de las instalaciones y prepararse para responder sin interrupciones frente a cualquier señal de cambio del ciclo de los negocios.
Tras un lustro de sostenido receso las manufacturas tuvieron amplio margen para ejecutar los programas de mantenimiento y quedar listas por responder a cualquier señal de tonificación de la demanda
Según los economistas de la consultora Orlando Ferreres, un factor determinante en la baja del 18,4% de la producción de alimentos, fue que "en el arranque de 2016, con niveles extraordinarios para la producción de aceites y demás productos vinculados al sector agrícola por efecto de la
normalización del mercado cambiario", dejó una base muy alta de comparación que no pudo ser alcanzada.
Pero ese no fue el caso de "la fuerte baja en la industria metálicas básica, condicionada por un panorama internacional particularmente negativo": cayó 10,6 por ciento.
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"Esos movimientos fueron parcialmente compensados por la brusca suba interanual en la producción de automóviles, que también obedece a una base de comparación poco representativa. Si bien habrá que esperar al cierre del primer trimestre para hacer un análisis con mayor propiedad, creemos que en 2017 observaremos una recuperación en la actividad industrial, en un escenario de recomposición del poder adquisitivo del salario y una política macroeconómica menos disruptiva", explicaron los economistas del estudio privado.
Lo cierto es que el primer mes del año cerró con un resultado ampliamente negativo cotejado con el de un año antes, habida cuenta de que sobre 12 grandes ramas de actividad 8 acusaron contracciones desde un piso de 2% hasta un extremo de 26,5%; mientras que entre las cuatro restante, el repunte se ubicó entre un modesto 1,7% para los materiales para construcción y un relevante aumento de 11,4% en maquinaria y equipo y 13,6% en productos plásticos, principalmente para la rama terminal automotriz y autopartista.