Hasta no hace mucho tiempo, México era autosuficiente en el consumo de alimentos. Pero en la actualidad, revela una fuerte dependencia en tres de granos fundamentales de la cadena agroalimentaria. El 90% de los productos del complejo sojero que necesita viene del exterior. Y alrededor del 35% del maíz y del 55% del trigo es importado.
Las compras de maíz suman aproximadamente 13 millones de toneladas (la mayor parte es maíz amarillo). Las de trigo llegan a cerca de 6 millones de toneladas y las de soja, a casi 4 millones de toneladas. Solamente, en estos tres productos se reúne el 50% de las importaciones agropecuarias totales.
El caso de la soja es revelador. México es el cuarto importador más importante a nivel mundial, después de China, la UE y Japón. Sus importaciones equivalen a casi el 5% de la soja que se comercializa en el mundo.
Sólo el maíz representa una cuarta parte de las importaciones agropecuarias totales. Este producto es comercializado, en el marco de los acuerdo del Tratado de Libre Comercio (NAFTA, por sus siglas en inglés), casi en su totalidad desde EEUU. Alarmante concentración en su abastecimiento… ¿no?
La mitad de las importaciones agropecuarias de México son productos que Argentina puede abastecer: maíz, trigo y soja
La oportunidad para nuestro país es clara. Del total de importaciones, correspondientes al complejo sojero, al trigo y al maíz, cerca de la mitad es adquirida en EEUU.
La admnistración Trump se ha abocado, hasta la fecha, a desbalancear la estructura de las relaciones internacionales a través de un trasnochado mercantilismo. Los países aliados perciben, con el paso del tiempo, que el nacionalismo económico de Trump amenaza fragmentar el sistema de comercio internacional. Y lo hacen con toda razón. Por ejemplo, el 23 de enero pasado, EEUU anunció su retiro definitivo del tratado Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), con lo cual se hace virtualmente imposible su entrada en vigencia. Y así, abre las puertas a China para que aumente su influencia en el Sudeste Asiático. No sólo eso. Ha comenzado, también, una guerra comercial con México, nada menos que su vecino territorial, con provocaciones de toda índole.
Cuando EEUU moja la oreja de México, Argentina queda posicionada como país amigo. Vale destacar las recientes palabras del secretario de Agricultura de México, José Calzada: "La Argentina fue el primer país que levantó la mano cuando comenzaron los ataques de Estados Unidos". ¡Bingo!
El potencial de crecimiento en nuestras exportaciones es enorme. El año pasado México importó casi 13 millones de toneladas de maíz amarillo, de las que 12,75 millones salieron de EEUU. Se trata de algo así como 2.500 millones de dólares.
La oportunidad de crecimiento de las exportaciones argentinas a México es enorme
Respecto a la Argentina, este país adquiere anualmente tan sólo alrededor de 100 toneladas de maíz amarillo. Ciertamente, un volumen ridículamente pequeño. La oportunidad que se presenta resulta extraordinaria.
La soja no se queda atrás. Más del 90% de sus necesidades viene del exterior. Una política de incentivo para nuestro país, quizás, sea adelantar la reducción de las alícuotas correspondientes a los derechos de exportación del complejo de la soja.
Así el cuadro, habrá que trabajar sobre la logística y el transporte y sobre aquellos aspectos ligados a la competitividad.
(*) Manuel Alvarado Ledesma es economista. Profesor de la UCEMA.