Con la economía estancada sólo el sector público fue el sostén del empleo

A partir de 2012 se crearon cuatro empleos estatales por cada puesto generado en la actividad privada. Sin las contrataciones del Estado el desempleo superaría el 10% de la población activa

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La creación de puestos de trabajo en el sector público como dique de contención para el desempleo no fue una estrategia exclusiva del segundo mandato de Cristina Kirchner, sino que también caracterizó el primer año de gobierno de Mauricio Macri.

El estancamiento de la economía argentina a partir de la instauración del "cepo" cambiario en el último bimestre de 2011, y en coincidencia con el triunfo electoral del Frente para la Victoria en las elecciones de octubre de aquel año, tuvo además de las restricciones al dólar otros rasgos sobresalientes, como la paralización de las inversiones y la anémica creación de puestos de trabajo en el sector privado.

Por eso, el aumento de la plantilla de empleados, tanto en la administración pública nacional como en provincias y municipios, evitó un salto dramático de los índices de desocupación en los últimos cinco años.

Un informe de IDESA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino), en base a datos del Ministerio de Trabajo, detectó que en el lustro 2012-2016 "los empleados registrados en el sector privado aumentaron en 120 mil personas sobre un total de 6 millones de trabajadores en esta condición", mientras que "los empleados públicos en los tres niveles de gobierno aumentaron en 483 mil personas entre un total de 3 millones de empleados estatales".

Sin las contrataciones del Estado a partir de 2012 el desempleo se hubiera disparado por encima del 10%

Según datos del IERAL de la Fundación Mediterránea, en base a la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, la población activa de la Argentina asciende a unos 20.015.000 habitantes, un 46% de la población total. De ese número, un 8,5% (1.701.000 personas), está desempleado, es decir que busca trabajo, pero no lo encuentra.

Si a ese número de desocupados se le añadiera el casi medio millón de empleados que se sumaron al sector público en los últimos cinco años, el número de desocupados en la Argentina superaría 2,1 millones, es decir, quedaría por encima del 10% de la población activa. Dicha tasa de dos dígitos hubiera significado volver a los niveles del tercer trimestre de 2006.

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Así se generaron cuatro empleados públicos por cada nuevo empleado en el sector privado registrado. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la tasa de desocupación se ubicó en 8,5% de la población activa en el tercer trimestre de 2016, aunque no se pudo realizar una comparación estadística con años anteriores debido a que las cifras oficiales no pudieron ser homologadas por la actual dirección del ente que conduce Jorge Todesca, luego la manipulación de datos de la gestión anterior.

Un estudio del Centro de Economía Política de la Argentina (CEPA) apuntó que al seguir el derrotero del empleo estatal a partir de la asunción de Macri, "desde diciembre de 2015 hasta marzo de 2016, el sector público expulsa a aproximadamente 70 mil trabajadores. Esa dinámica se modifica desde abril en adelante, conjugándose despidos en menor cuantía e incorporación de personal, llegándose en la actualidad a superar la cantidad de trabajadores existentes en diciembre de 2015".

Fuente: IDESA, en base a datos del Ministerio de Trabajo.
Fuente: IDESA, en base a datos del Ministerio de Trabajo.

La llegada de Cambiemos al Gobierno no sólo no hubo una reducción de la plantilla estatal, si no que aumentó en términos netos el empleo público. La continuidad del déficit fiscal en términos de PBI similar a la de 2015 reafirma estas cifras. IDESA refirió que "el gasto en personal absorbe una porción muy importante de los presupuestos estatales: representa el 14% en el presupuesto nacional y el 65% en promedio en los presupuestos provinciales y municipales".

IDESA, la institución que dirige Jorge Colina, argumentó que "no hay conciencia de que incorporar gente que no se necesita al Estado es tan dañino como cobrar sobreprecios en la obra pública. Peor aún, es frecuente que la laxitud en la contratación y la gestión de los empleados públicos sean asociadas con la sensibilidad social".

Lejos de algún recorte en la dotación de personal en el sector público en un año electoral como 2017, el Ministerio de Modernización anunció este mes que se impulsará un plan para capacitar a los empleados estatales, con un presupuesto de 60 millones de pesos.

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El plan tiene previsto entrenar a los empleados en nuevas tecnologías y para ello se establecerán convenios con universidades públicas y privadas, además de una plataforma virtual de alcance nacional. Los cursos serán tanto para los empleados de nivel básico como para quienes tienen puestos de mayor jerarquía y contempla al personal de Presidencia, ministerios, AFIP, PAMI y el INCAA.

"En este desorden generado por las contrataciones indiscriminadas, los planes de capacitación no sólo que no aportarán soluciones sino que agravarán el problema ya que promoverán que el gasto público siga aumentando sin mejorar el desempeño", consideró el estudio de IDESA.

La debilidad de la actividad económica, que no registra tasas de crecimiento sustanciales desde el bienio 2010/2011, es un condicionante muy fuerte para la expansión del empleo y también para la mejora del salario real. Un reporte de Invecq Consultora Económica explicó que "siempre es deseable que los salarios reales crezcan, pero es necesario entender que solo es posible que lo hagan cuando la economía se expande. Con esta premisa no es para nada sorprendente que desde el año 2011 los salarios reales suban un año y caigan en otro. El PBI del 2016 es un 1,4% menor al del 2011 y en términos per cápita está casi un 6% por debajo".

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