A pocos días de que termine el año, el Gobierno nacional decidió hacer un cambio en el impuesto a los autos de alta gama, luego de que en julio no se aplicara ningún cambio sobre este gravamen.
Desde el 1 de enero de 2017, el mínimo no imponible pasa de $350.00 a $380.000 para que se aplique la alícuota del 10%, mientras que la alícuota del 20% se mantiene para los autos que superen los $800.000, según confirmaron fuentes del ministerio de Producción a Infobae. Para el primer caso, la suba del piso es del 8% en el valor en pesos argentinos, mientras que las tasas se mantienen.
"Estamos sorprendidos", aseguraron fuentes de la industria automotriz, quienes no esperaban un cambio (aunque sea mínimo) en este gravamen. La medida que abarca a marcas como Audi, BMW y Mercedes Benz saldrá publicada en el Boletín Oficial y se volverá a revisar dentro de seis meses, en julio del año que viene.
Según la Asociación de Concesionarios de la República Argentina (ACARA), los autos aumentaron un 31% en promedio en 2016. Entonces, ¿por qué el Gobierno sólo decidió subir el piso un 8,57 por ciento? Según supo Infobae, el objetivo fue basarse en la inflación futura del Prespuesto. "La inflación del año que viene estará entre un 12 y 17%, por eso se aplica este porcentaje mirando hacia delante", aseguraron desde la secretaría de Industria.
El mínimo que pasó de $350.000 a $380.000 se cambió porque con la inflación el piso queda desactualizado y el impuesto empieza a golpear a los vehículos medianos de fabricación nacional.
La versión más económica del Citroën C4 Lounge no estará alcanzada por el impuesto según los últimos datos del mercado, mientras que el Ford Focus III Titanium – que se fabrica en la planta de Pacheco- estaría en el límite en su versión más económica. El Peugeot 408 Feline, que se comenzó a producir en el centro industrial de la marca francesa en El Palomar, sí pagaría el gravamen.
La HR-V de Honda, que se fabrica en Campana, también quedaría alcanzada por este impuesto a los autos de lujo pese a la actualización.
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A contramano, ya hay pocos autos por encima de los $800.000 que se fabriquen en el país, y por eso según el Gobierno, no se actualizó la segunda base. La Toyota Hilux, el vehículo que más se vendió en unidades en el año y en su versión más cara supera este valor, está afuera de este gravamen por ser un utilitario.
La gestión macrista había establecido en enero de este año un cambio en las tasas del impuesto. La alícuota más baja había caído de 30 a 10% y la más alta, de 50 a 20 por ciento, y también se había realizado una actualización en la base del tributo.
Este impuesto se subió desde el 2014, luego de que se aprobara un proyecto en el Congreso que se convirtió en ley justo hace tres años. La alícuota no sólo incluye a los autos, sino también a bienes suntuarios como motos, embarcaciones y aviones. En ese momento, más de 25 marcas eran alcanzadas por el impuesto, 120 modelos con 370 variantes.
En noviembre de 2014, el impuesto alcanzó a modelos de clase media por la inflación y la devaluación, como el Renault Fluence, el modelo full del Focus de Ford y el Citroën C4.
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