"La buena noticia fue que ayer se suspendiera en el Senado la sanción del proyecto de Ganancias que salió de Diputados, porque creo que toda la discusión está reflejando una discusión fundamentalmente política sobre un tema de las más difíciles a tratar en la economía, como que es la reforma tributaria", dijo el economista, profesor plenario de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella y miembro del Comité Latino Americano de Asuntos Financieros (CLAAF), en una entrevista exclusiva con Infobae, antes de participar de una jornada con economistas del continente.
-¿Qué le pareció el proyecto tardío que presentó el oficialismo?
-No estaba mal, pero tampoco era demasiado ambicioso, sino bastante limitado que tenía esencialmente el problema que cuando uno empieza a abrir la parte de los nuevos impuestos, la pregunta que surge es adónde termina. Por eso la pregunta era por qué no hacer un análisis más intenso y lograr consensos con anterioridad.
-¿Y al proyecto de la oposición, como lo ve?
– Es claramente malo para la economía y hubiera puesto al Presidente en una posición de tener que vetar, como mínimo parcialmente.
– ¿La iniciativa es mala por las alternativas de financiamiento de los recursos que se dejan de percibir para nación y provincias que arrastran un elevado déficit fiscal?
-Ciertamente. Fue un proyecto que pone marcha atrás y que generó incertidumbre tributaria, en un país que está con la actividad económica que le cuesta arrancar, que necesita inversiones, no se puede dar una señal de que el Congreso hace lo que quiere, se reinstalan impuestos que se habían eliminado hace menos de un año. Y además, tenía una pobreza técnica importante, como pensar en un impuesto a la renta financiera. Por eso hoy estamos mejor que ayer, pero de todas maneras la Argentina tiene un desafío fiscal muy grande.
Pablo Guidotti: La reforma tributaria que aprobó Diputados generó incertidumbre. En un país que está con la actividad que le cuesta arrancar y que necesita inversiones: no se puede dar una señal de que el Congreso reinstala impuestos que se habían eliminado hace menos de un año
Necesidad de una política de austeridad inteligente
-Usted que fue secretario de Hacienda de la Nación, durante el gobierno de Carlos Menem, que como ahora recibió un alto déficit fiscal, cree que se puede bajar el gasto público, para reducir el rojo de las finanzas públicas?
-La situación es muy compleja, porque si se compara con la situación que me tocó vivir hace 20 años, el gasto público es el doble en términos del PBI. Pero en términos de composición es parecida, con rubros inflexibles como pensiones; salarios; transferencias a provincias; pero en algún momento la sociedad deberá dar el debate, porque el país necesita inversiones, y un gasto público entre nación, provincias y municipios que asciende a 50% del PBI, y que no brinda bien los servicios básicos que uno espera que el estado provea, no resulta atractivo. Y debe transformarse en algo productivo para la economía en general. En ese sentido, hay una discusión internacional, liderado por el economista uruguayo Ernesto Talvi en la Brookings Global Institutions, de alentar un proceso de "austeridad inteligente" que en muchos países de América latina se está siguiendo, como Brasil, que trate de hacer productivo el gasto. Hoy es muy común entre los políticos de hablar del gasto en educación, no de los efectos que produce. Pero la gente quiere resultados, por eso hay que evaluar la calidad del gasto.
-¿Por qué cree que la economía no crece?
-Baja productividad, más alta carga tributaria es la receta perfecta para no crecer.
“Baja productividad más alta carga tributaria es la receta perfecta para no crecer”
-¿Qué evaluación hace del primer año de Gobierno de Cambiemos?
– En lo económico, y en general, hubo un cambio de imagen muy positiva, que en el mundo es muy reconocida, también porque veníamos de un Gobierno muy malo. Pero se fijó metas muy ambiciosas, pese a que no tenía las bases técnicas suficientes para saber que eso iba a ser así, como por ejemplo la reactivación en el segundo semestre, que fueron mensajes de esperanza que quedaron sin cumplir. Sí fue muy importante el reordenamiento de la política monetaria, y se va a una reducción de la tasa de inflación, aunque se podría haber ido un poco más rápido, y se debería separar más claramente la política monetaria de los asuntos fiscales, principalmente con un estado argentino que ha recuperado el acceso al crédito. Creo que hay muchas dudas en con respecto a la situación fiscal y si el gradualismo es realmente una política o el reconocimiento de que realmente no se puede hacer nada, pese a que los niveles de deuda y déficit fiscal son muy altos y el mercado de capitales no va a estar dispuesto a financiar indefinidamente.
Los límites al endeudamiento del estado
-¿Le inquieta la política de endeudamiento del Gobierno?
– No creo en la historia de que la deuda es baja en la Argentina, incluso la neta que sumando la del Banco Central está por arriba del 30% del PBI. Es muy baja respecto de la relación que registran los EEUU y Japón, pero hay mucha literatura económica que muestra para países que no tienen credibilidad perfecta, y con niveles de riesgo como los que las calificadoras le asignan a la Argentina, los niveles de deuda de sustentabilidad son relativamente bajos. Por ejemplo, todos los trabajos de Carmen Reinhart, de Harvard Kennedy School de los EEUU, que participa de la segunda jornada anual que organizó el Banco Ciudad, con la Fundación de la entidad, la Universidad Torcuato Di Tella y CLAAF, muestra que en gran parte de las crisis en países emergentes aparecen con niveles de deuda por debajo de 40% del PBI. Por eso la Argentina no se puede dar el lujo de aumentar el endeudamiento en 10 puntos porcentuales del PBI hasta 2019, porque ese sendero los mercados no lo van a convalidar.