Enviado especial a Washington.- No se trata exclusivamente del clásico efecto electoral, que como ocurre habitualmente en la Argentina, se incentiva desde el Gobierno el gasto público y el consumo privado. Hay otros ingredientes inéditos que darán mayor impacto a la economía argentina en 2017, y ese factor diferente entusiasma en Estados Unidos.
Una semana en la capital de la primera economía del mundo, en contacto con referentes de diversos sectores, fue suficiente para advertir un contraste con el habitual escepticismo que se percibe en amplios sectores de la oposición y también entre economistas independientes. Hay siete factores de impacto positivo en el corto plazo:
1. Mini Davos. En marzo de 2017, se cumplirá un año de la visita del presidente Barack Obama, que provocó un antes y un antes y después en las relaciones entre los dos estados. "Desde el Foro de Inversiones en la Argentina, no han dejado de sonar los teléfonos de exportadores interesados en obtener líneas de financiamiento", dijo el vicepresidente del Eximbank de los EEUU, Robert Morín, en la Cámara de Comercio de los EEUU. Junto a él estaban el ministro de Producción, Francisco Cabrera, el embajador Martín Lousteau y el secretario de Comercio de la Argentina, Miguel Brown, en su tercer viaje a este país en 10 meses. El "mini Davos" finalmente da sus frutos.
2. Fin del cepo. La liberación del mercado de cambios, junto al proceso de normalización de las estadísticas, la salida del default, y la política gradual, aunque firme de bajar el déficit fiscal y la inflación, se espera que deriven en la decisión del gobierno de los EEUU de sacar al país de la condición de país de frontera y lo reincorpore como emergente.
Ese escenario se daría con un partido demócrata en el Ejecutivo de EEUU, porque en un posible gobierno de Donald Trump, "nadie sabe qué puede pasar". Si la Argentina vuelve, probablemente a partir de marzo, a la condición de "emergente", eso por sí solo generaría una sustancial baja del riesgo país. En concreto, será más barato salir a pedir crédito para el gobierno nacional, provincial, y las empresas.
3. Lluvia de dólares. El esperado regreso a la condición de país emergente se cree que no sólo consolidará los anuncios de inversiones de empresas americanas, sino también catapultará al país al primer lugar que perdió en los últimos 20 años en el ranking de inversiones extranjeras directas provenientes de los EEUU, las cuales en poco más de 10 meses ya suma anuncios por USD 13.000 millones entre 2016 y 2019.
En los últimos años, el flujo de inversión extranjera neta de reinversión de utilidades por parte de las empresas radicadas en la Argentina cayó a unos USD 3.000 millones, cuando para crecer de modo sostenido a un ritmo de 4% al año economistas argentinos coinciden en estimar que se requieren que salte a un piso de 20.000 millones de dólares.
4. De limones y carne. Las autoridades sanitarias del Gobierno de los EEUU terminarán de descodificar las trabas que históricamente imponían a la entrada de limones argentinos, un negocio inicial por unos USD 40 millones, y también a la carne.
Aquí se advierte más entusiasmo en las autoridades argentinas que en las americanas, por el peso que tienen estados con alto caudal de electores, como es el de California, donde los productores de limones y naranjas no quieren saber nada con que se le abra el mercado a la competencia argentina. Algo similar ocurren con otras frutas y el azúcar argentino. De ahí que el mayor potencial se advierte para las exportaciones de servicios, como los informáticos (software), que ya le genera al país mas de USD 8.000 millones.
5. Hay plan económico. A diferencia de lo que se observa a menudo en Buenos Aires, influyentes estudiosos de la economía argentina destacan que "el presidente Macri está cumpliendo con lo que había dicho en campaña: levantó el cepo cambiario; unificó el mercado de cambios; eliminó la mayor parte de las retenciones; comenzó a reducir los subsidios económicos, como al transporte, agua, gas y energía eléctrica; normalizó el Indec; avanza con la promesa de bajar el déficit fiscal y la inflación; y también en la apertura comercial al mundo y a la inversión extranjera. Además, se destaca que el gobierno de Cambiemos "se acercó a todos los sectores y logró amplios consensos".
6. Deuda y más deuda. Por ahora, el proceso de endeudamiento no inquieta en Washington, porque se lo asume como un proceso de transición para normalizar la economía y poder iniciar el camino hacia el crecimiento con importantes inversiones en infraestructura.
7. Acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales. El Gobierno argentino se muestra entusiasmado en la posibilidad de alcanzar una rápida aceptación para reforzar las relaciones con el 90% del PBI mundial como ha alcanzado Chile, en lugar del minúsculo 10% actual.
Para eso avanza por dos caminos: el contacto "mano a mano" y las negociaciones en bloque, a través del Mercosur. Si bien en Washington aplauden la iniciativa, observan que el proceso será lento y se necesitarán al menos tres año. Con todo, el inicio de las negociaciones se considera otro de los activos a tener en cuenta que alimentan la confianza en un nuevo escenario de crecimiento para la Argentina.
Las asignaturas pendientes
No todo es halago hacua gobierno de Mauricio Macri, aunque el balance por estos lares es claramente positivo. Importantes referentes de diversos sectores del amplio empresario, político y consultores de opinión destacan que la Argentina debe avanzar más en diversas áreas, todas asociadas a la libre competencia:
1. Importaciones. Se reconoce el proceso de desarmado del fracasado proceso de presentación de Declaraciones Juradas de Necesidades de Importación (DJAI), y su reemplazo por el Sistema de Información de Importaciones (SIM), pero se observa que no ha sido completo y eso genera "ruidos" a la hora de decidir encarar inversiones productivas.
2. Patentes. Es otra materia pendiente en donde se considera que el Gobierno se muestra "lento" en tomar una postura acorde con los estándares internacionales, porque se lo ve más concentrado en el análisis producto por producto, que en la cadena de valor.
3. Semillas. En este punto se resalta la preocupación por la reglamentación de la ley con criterios contrarios a la norma madre, y en particular con la intención de poner a la Ley de Semillas por sobre la Ley de Patentes, en un escenario donde se advierten claras diferencias de criterio entre los Ministerios de Producción y de Agroindustria. "Uno está abocado a abrir a la Argentina al mundo, y otro se muestra inclinado a proteger a productores de cultivos extensivos".
4. Marcos regulatorios: tanto en lo que respecta a los servicios públicos de energía y gas, como de comunicaciones -Ley de Medios- se advierte que el Gobierno "se muestra lento" en establecer nuevas normas que aseguren la libre competencia entre los actores presentes y los que tiene intenciones de incursionar en áreas del mercado.