La industria terminal automotriz, considerada en su conjunto, no logró sostener la desaceleración de la caída de la actividad productiva que había mostrado en los meses de julio y agosto y cerró septiembre con una disminución de 19,6%, similar a la que había anotado en junio del corriente año, al descender a 42.599 unidades.
Una de las razones que se esgrimen como factor de interrupción del camino al estancamiento, para encarar el proceso de reactivación hacia diciembre, es que en septiembre del 2015 se asistió a un repunte puntual de la actividad de algo más de 5.000 unidades, que lo catapultó al mayor registro del año con 52.977 máquinas, justo antes de las elecciones nacionales.
El balance comercial de las terminales en septiembre fue deficitario en 16.288 unidades, en contraste con apenas 858 de un año antes
Sin embargo, del lado de la demanda, en el mercado volvió a repetirse la contracción de las exportaciones en más de 19%, principalmente a Brasil donde en nueve meses se derrumbaron 32%; como de las entregas de unidades producidas internamente en 13,5%. Por el contrario, se mantuvieron firmes las colocaciones de importados, que avanzaron 37,2% y representaron casi dos tercios del total de las ventas a concesionarios.
SINGULAR DÉFICIT COMERCIAL EN 9 MESES
La característica que tiene el mercado automotriz argentino, salvo muy pocas excepciones de una empresa japonesa y otra alemana, de producir para el mercado de Brasil y consumir lo que produce el mayor socio del Mercosur explica gran parte del balance crecientemente desequilibrado.
La serie de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) dio cuenta de que "entre enero y septiembre el sector produjo 347.895 unidades, 14% menos respecto de las 404.454 que se fabricaron en igual período del año anterior".
En el acumulado el mercado para las unidades nacionales repuntó 1,5%, mientras que para las importadas creció más de 32 por ciento
Esa baja se originó exclusivamente en la depresión de las exportaciones en 29,2%, a 135.716 vehículos, poco menos de la oferta salida de las líneas de montaje de las terminales. Aunque las entregas al mercado interno apenas repuntaron 1,5% a 209.897 máquinas.
Por el contrario, las ventas de importados, incentivadas por la liberación del cepo cambiario, las restricciones que había en Aduana hasta el 9 de diciembre de 2015 para nacionalizar las máquinas procedentes del exterior, y políticas de descuentos amparadas en la virtual estabilidad cambiaria desde el pico de marzo, se elevaron 32,3%, y con 320.753 unidades captaron poco más del 60% de todo el mercado interno.
De ahí que el balance comercial en términos de unidades se multiplicó en más de 3,6 veces en comparación con similar período del año anterior, al ascender a 185.037 máquinas.