El Indec volvió a medir los umbrales de pobreza e indigencia: $416 por día para vivir y $173 por día para comer

Después de tres años de apagón de esta estadística clave para determinar la realidad social que estigmatizaba al gobierno anterior

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Los técnicos del Indec dieron otro paso hacia la normalización de las estadísticas públicas (Télam)
Los técnicos del Indec dieron otro paso hacia la normalización de las estadísticas públicas (Télam)

La conducción del Indec, encabezada por Jorge Todesca, cumplió con la promesa de reconstruir en ocho meses los umbrales de pobreza e indigencia, y difundió los datos desde abril hasta agosto de 2016.

La información circunscripta al área de la Ciudad y el Gran Buenos Aires, que es clave para fijar las líneas de indigencia y pobreza de la población del AMBA, determinó para agosto niveles de $5.175,92 y $12.489,37, respectivamente, para una familia tipo compuesta por dos adultos y dos menores de 6 y 8 años.

Una familia tipo necesitó un mínimo de $12.489 para no ser calificada de pobre y $5.176 para no ser ubicada como indigente

De ahí surgió que una familia que no fue capaz de generar o recibir ingresos monetarios por todo concepto, incluidos los provenientes de programas asistenciales, mayores de $172 por día para poder comer, cayó en estado de indigencia, mientras que la que pudo superar ese umbral, pero no llegó a $416 diarios, que es lo que se necesitó para comprar la Canasta Básica Alimentaria y pagar servicios públicos y privados esenciales, se ubicó en estado de pobreza.

Esos valores que resultaron levemente inferiores a los que calculó la Dirección de Estadística de la Ciudad de Buenos Aires, implicaron sendos aumentos de 10,6% y 10,3%, desde que se volvió a reconstruir la serie con datos a abril último.

ESTADÍSTICAS EN REVISIÓN

La polémica en torno a las diferencias con las cifras elaboradas por el sector privado era constante. Por ejemplo, el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) había advertido a fines de 2015 que la pobreza alcanzaba al 29% de los argentinos, y entre ellos el 5,3% eran indigentes. Luego esa misma medición alertó de que el número saltó a 32,6% en abril.

Ante esas diferencias sustanciales, el director del Observatorio de la UCA, Agustín Salvia, remarcó: "La falta de estadísticas oficiales confiables desde 2007 en adelante privó al Estado de la posibilidad de buscar soluciones estratégicas".

El mes pasado, el Indec también volvió a difundir sus mediciones sobre el desempleo, luego del 5,9% indicado en el tercer trimestre de 2015, durante la intervención de Guillermo Moreno. Bajo la dirección de Jorge Todesca, el organismo dio a conocer que la tasa de desocupación llegó al 9,3% durante el segundo trimestre del año.

Pero sobre esos datos también se generaron dudas, ya que la actual gestión del Indec encontró irregularidades en la medición del desempleo relacionadas a los planes de empleo. Cynthia Pok, directora a cargo de la Encuesta Permanente de Hogares, había explicado que se subestimó la tasa de desempleo al impulsar la interpretación de los encuestadores a entender que una persona con un plan de empleo está ocupada.

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