Por cuarto mes consecutivo el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción del Indec registró en julio una contracción a ritmo de dos dígitos porcentuales en la comparación interanual, aunque desde que el organismo levantó el "apagón estadístico" la serie reveló un claro receso.
Comenzó con un ritmo de 5% en el primer trimestre, se intensificó a un rango de 19% en el segundo y ahora el tercero se inició con un derrumbe a una tasa de 23,1%, acumulando 14,1% en los siete meses, en comparación en todos los casos con los niveles del año anterior.
En los primeros siete meses de 2016 la construcción se contrajo 14,1 por ciento
Entre los factores relevantes que explican semejante desplome de la construcción se destacan la parálisis de la obra pública ya en los últimos meses del año anterior, cuando según denunció el nuevo Gobierno se habían paralizado los pagos a proveedores del estado; y la comparación con siete primeros meses de 2015 en los que el gasto electoral había contribuido a "inflar" la actividad.
Semejante retracción de 23,1% en julio y 14,1% en los siete meses, tuvo como consecuencia inmediata la destrucción de unos 72.000 puestos formales en los últimos doce meses, de los cuales 50.000 tuvieron lugar en enero del corriente año. Desde entonces, la baja de la nómina fue de 22.000 personas.
Las bajas más apreciables en la demanda de materiales para la construcción se registraron en julio en hierro para hormigón 31,4%; asfalto 25,9%; cemento portland 20,7%; ladrillos huecos 20,6%; pinturas 19,9% y artículos de cerámica 19,8 por ciento.
En menor medida se contrajeron las ventas de pisos y revestimientos cerámicos: 9,6%, vinculados con finales de obra.
Pese a semejante receso, las expectativas de los desarrolladores se mantienen positivas, aunque los pedidos de permisos para construir cayeron por segundo mes consecutivo respecto de 30 días antes y 18% en comparación con el pico que habían alcanzado en julio del año anterior.