El indicador general de actividad del estudio Orlando Ferreres acusó en junio una contracción de 3,1% anual en junio, acumulando de esta manera un descenso de 1,1% anual al cierre del primer semestre, tras registrar cuatro meses de receso en comparación con igual período del año anterior.
La buena noticia fue que en valores corregidos por estacionalidad, el tamaño de la economía se estancó por segundo mes consecutivo, aunque en un valor similar al de cinco años atrás.
Corregido por estacionalidad la actividad agregada se estancó por segundo mes consecutivo
Sobre 11 grandes ramas de actividad, el relevamiento estadístico de la consultora privada arrojó nueve con bajas muy dispares, desde 15,4% en la construcción y 9,1% en el agro, hasta poco menos de 2% en el sector público, la industria extractiva, el transporte y comunicaciones y la actividad inmobiliaria y servicios de alquiler.
Los dos restantes registraron estancamiento en el caso de los servicios sociales y para la salud y aumento de 4,5% en la generación de electricidad, gas y agua.
Los economistas del estudio Ferreres explicaron el receso del PBI del 1,1% en el primer semestre por "la brusca contracción por la que atraviesa el sector de la construcción (10,3% anual), en un escenario en donde la política fiscal ha empleado la reducción de los niveles de inversión real como variable de ajuste para moderar el rojo presupuestario. Este resultado se ha combinado con una cosecha gruesa significativamente menor a la del año pasado, condicionando el desempeño del sector agropecuario (8,7%), mientras que la industria manufacturera (0,8%) padeció la caída del salario real y la recesión de Brasil".
Expectativas de rebote para el segundo semestre
De todas formas, los economistas de OJF comparten las expectativas del mercado y proyectan un segundo semestre en donde podría observarse una recuperación parcial (sobre todo en el último cuarto del año), aunque la misma está condicionada por diversas contingencias.
En principio, los analistas se manifiestan optimistas en lo referido a la cosecha fina, más allá del impacto negativo que suponen las malas condiciones climáticas, mientras que la obra pública y privada servirán de impulso para aquellos sectores vinculados a la construcción.
Además, consideran que "el blanqueo de capitales podría tener un impacto positivo al ofrecer mayores opciones de financiación, pero la tendencia actual no se verá modificada sustancialmente, finalizando 2016 en terreno negativo".