Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy en el mundo existen aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas -persona que no pueden usar su resto visual para planificar y/o ejecutar algún tipo de tarea – y 246 millones presentan baja visión -personas que después de cualquier tratamiento, con su verdadera visión máxima, tienen en su mejor ojo una agudeza visual de aproximadamente 3/10 hasta menos de 1/10 y un campo visual menor o igual a 20º, que los hace capaces de usar su vista para algún tipo de tarea-. Muchos de los diagnósticos de ceguera total generalmente son considerados irreversibles, pero con el tratamiento adecuado es posible observar grandes avances.
El 80% del total mundial de casos de discapacidad visual se puede evitar. Sólo en Argentina se estima que alrededor de 1 millón de personas la padecen y, al menos la mitad aún no tiene diagnóstico ni tratamiento adecuado. Cuando un medico afirma que "ya no hay nada más que hacer", algunas instituciones no se dan por vencidas y, en caso de existir un mínimo de porcentaje de vista, se encargan de desarrollar y maximizar esta capacidad aún presente.
La profesora de educación especial y rehabilitadora visual Perla Catherine Mayo hace años que dedica su vida a poder maximizar la visión de cientos de pacientes que llegan al "Centro de Mayo de Baja Visión" con un diagnóstico de ceguera total. Su interés en estas patologías inició cuando daba clases a chicos en una escuela de provincia para niños ciegos y disminuidos visuales. Aquí todos fueron diagnosticado bajo el mismo cuadro de ceguera, pero un niño llamó poderosamente su atención al advertirle que sus cordones estaban desatados. Fue en ese instante que comprendió que muchos de estos chicos podían ver, y que debería hacer algo para poder desarrollar su potencial aún presente.
"Existen diferentes causas que pueden causar problemas de visión, entre ellas están: presencia de cataratas, glaucoma, diferentes patologías a través de la córnea, el albinismo, y la enfermedad conocida con Stargarth de tipo genética", aseguró a Infobae el doctor Alejandro Lomabardi (M.N 90639), oftalmólogo especialista en retina y cataratas.
"En el caso de la reducción de visión, los objetos aparecen totalmente deformados, o se pueden curvar o pueden no ser vistos, como pueden ser ciertas letras. Otra causa puede manifestarse bajo la "visión en túnel", en la cual no se pueden ver los objetos que aparecen en nuestro campo visual. Cada uno de estos problemas visuales se encuentran relacionados con una enfermedad diferente oftalmológica", agregó el doctor.
Pero Perla Catherine Mayo afirmó en diálogo con Infobae que poder saber si se tiene visión reducida o ceguera total es realmente sencillo, basta con realizar un simple test en casa que, si da positivo, es factible poder iniciar el tratamiento adecuado para potenciar y desarrollar ese bajo grado de vista. Basta con tan solo 4 o 5 sesiones, tiempo estimado que dura el tratamiento total del paciente que brinda el "Centro de Mayo", para después continuar solamente con los ejercicios necesarios en el hogar.
Esta prueba consiste en tomar tres hojas en blanco y escribir con un marcador grueso un número de 30 de 20 y de 5 cm en casa. Con solo colocar cada uno de estos bosquejos a diferente distancia, se podrá determinar si la persona tiene al menos algún grado de visualización y si es capaz de distinguir una figura o forma mínima. Una vez pasada esta prueba, un intenso trabajo en equipo confeccionado por rehabilitadores oculares, psicopedagogos y psicólogos sociales, ofrecen la asistencia y materiales necesario para poder auxiliar y ayudar a quienes se encuentran afectado por esta patología.
"Nosotros trabajamos a partir de que una imagen, sea cual sea, tiene posibilidades de llegar al cerebro. Nuestro trabajo generalmente entra en juego luego de la derivación de un profesional de medicina. Tenemos casos que llegan directamente al centro, los cuales evaluamos, pero siempre derivamos a un profesional en oftalmológicas ya que creemos que el trabajo coparticipativo es fundamental para la salud de quienes sufren visión reducida", subrayó Mayo a Infobae.
Poder determinar si un paciente padece de ceguera total o visión reducida puede significar la diferencia en la calidad de vida del afectado. Muchos chicos son diagnosticados erróneamente, lo que conlleva a una vida como no vidente; en muchos de estos casos incluye el aprendizaje del sistema de braille como lenguaje, cuando en realidad existe la posibilidad de aprender lectoescritura convencional en tinta. Este tipo de tratamientos ayuda a poder recobrar la confianza, el entusiasmo y las capacidades de movilidad y/o de actividades de manera normal y cotidiana. El trabajo en conjunto de la ciencia junto a estos proceso pueden ser la clave para el bienestar de quienes sufren de esta enfermedad.
"Este tipo de tratamientos no es una cura pero sí se trata de una rehabilitación para optimizar y maximizar su resto visual y asegurar así, una mejor calidad de vida como también desarrollar su capacidad psicoemocional. El fin es no depender de otras personas como también poder lograr una interacción con el grupo familiar y social en general. Lo mismo ocurre con la incorporación del bastón verde, el cual cumple un rol fundamental de distinción e identidad. Todos estos procesos pueden ser un cambio significativo en la vida del paciente", agregó el especialista en oftalmología Lomabardi.
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