Se llama Garrett Holeve, pero es conocido bajo el seudónimo G-Money. Así lo llaman sus amigos en el gimnasio, un lugar donde habita con frecuencia para entrenar y practicar crossfit. Y así también se lo conoce en el ambiente que incurre, en el de la MMA. Tiene 27 años y su nombre, o su apodo, tomó relevancia en los últimos años, ya que posee la actitud y las condiciones tan grandes para ser peleador como las ambiciones que lo llevaron a destacarse.
Holeve es un joven con síndrome de Down que no dejó que ello fuese un impedimento para lograr lo que más anhelaba: convertirse en un luchador amateur de las hoy tan populares artes marciales mixtas (MMA). Su gran espíritu sumado a sus destrezas en el octágono llevaron a que su gesta tome relevancia mundial, traspasando los límites de localidad Copper City, en Florida, lugar donde reside.
En una corta trayectoria que comenzó hace dos años, el joven ganó recientemente la segunda pelea de su carrera ante David Steffan, otro atleta con síndrome de Down. Con él fue con quien se enfrentó en las tres oportunidades que se subió a la jaula. El historial marca dos victorias a uno para Hovele. El escaso número de peleas se debe a que el principal problema por el que debe afrontar es la búsqueda de rivales.
En aquella ocasión se presentó vestido con una remera y una máscara de Punisher (el Castigador), un personaje de Marvel Comics a quien idolatra. Tanto que incluso tiene un tatuaje. El combate lo ganó en poco más de un minuto con una guillotina.
Su lucha no fue siempre en el octágono. Antes de competir tuvo que superar una larga batalla en tribunales para conseguir la autorización. Y durante el transcurso previo a la decisión clave, contó con el impulso de cerca de 125 mil firmas en una petición en la plataforma change.org.
Las ganas y motivación con las que lleva adelante la actividad resulta un ejemplo inspirador para los demás. Y trasmite la esencia de su fundación, llamada Garrett's Fight (La Lucha de Garrett, según la traducción), una iniciativa en la que se esfuerza por convertir la discapacidad en habilidades al hacer las modificaciones necesarias para la formación y la búsqueda de maneras de conquistar las propias limitaciones.
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