Con 13 años, Ethan LaCroix por fin pudo cumplir uno de sus grandes anhelos: volver a ver con normalidad. Su extraña enfermedad congénita, llamada amaurosis congénita de Leber, le redujo poco a poco su capacidad visual hasta dejarle un escaso 25%. Sin embargo, la tecnología se puso a su servicio. La realidad aumentada, tan vanagloriada en los últimos años, le permite hoy tener una perspectiva de su entorno.
Hace poco tiempo que las gafas se volvieron un gadget requerido. En general, destinado a videojuegos por su potencial de sentirse parte del mismo, de vivir una experiencia más completa a través de la realidad virtual. Más allá del contenido lúdico, su aplicación trasciende. Desde 2013, la compañía canadiense eSight se encuentra a la vanguardia en la tecnología de asistencia.
En febrero lanzaron su último modelo, las eSight 3. Las gafas permiten a una persona considerada "legalmente ciega" -es decir por debajo de los estándares mínimos de visión, como Ethan- o con baja visión recuperar su capacidad hasta el 20/20 (la denominada visión "normal"). Entre sus funciones, el gadget se adapta a las necesidades de cada momento del usuario con su enfoque automático, tanto para ver de corta, como de mediana y larga distancia.
"Pude ver cómo escribía en un pedazo de papel de la habitación", dijo LaCroix cuando describió el primer momento en que se puso las gafas. "Miré por la ventana y pude ver las señales de la calle y todas los carteles en los edificios"
Gracias al dispositivo, a sus dos pantallas OLED, una cámara y un software que procesa video al instante, Ethan, apasionado por el básquet, pudo ver un partido de los Toronto Raptors, a su hermano jugando al hockey y un show de AC/DC.
Además, logró establecer un contacto con sus ídolos de los Harlem Globetrotters, el equipo de fantasía norteamericano. Aprendió algunos de sus trucos, lanzó algunos tiros y se divirtió con dos de los jugadores.
El nuevo modelo de gafas incluye wi-fi y HDMI que permiten transmitir contenido y enviar fotos y videos. El gadget viene a ocupar un vacío en el mercado, pero su precio lo convierte en un bien de lujo, de muy difícil acceso. El precio del último par alcanza los 13.500 dólares, aunque la compañía tiene un departamento de recaudación de fondos que ayuda a las personas a comprar las gafas a través de crowdfunding.
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