El milagro del primer tetrapléjico que pudo moverse con el pensamiento

Bill Kochevar fue beneficiado con una tecnología que conecta su cerebro con una computadora y le permite movilizar sus piernas y brazos. Cómo funciona la matriz

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Bill Kochevar volvió a utilizar
Bill Kochevar volvió a utilizar sus manos gracias a una matriz científica

La imperiosa necesidad de volver a ser. De darle vida a sus músculos paralizados, inconexos con el cerebro, incapaces de ejercer algún tipo de movimiento. Un mango improvisado es atravesado por una esponja seca, sostenido por sus manos, en un hecho que en pocos segundos será histórico. El mismo objeto logra calmar la picazón al costado de su nariz. Más tarde, una cuchara es el elemento que lleva cada porción de puré de papas a su boca. Vuelve a saborear las comidas, vuelve a sentirse vivo.

Bill Kochevar no podía moverse, era incapaz de realizar aunque sea ese mínimo movimiento para alimentarse por su cuenta o calmar una picazón en su rostro. Tiene 56 años y vive en Cleveland, Estados Unidos. "Es mejor de lo que pensé que sería. Mover solo ese poco es muy importante para mí", cuenta el hombre, que dejó de ser un inmortal más para convertirse en el primer tetrapléjico que pudo realizar movimientos a través del pensamiento.

Todo gracias a una interfaz entre su cerebro y la computadora, con electrodos de grabación bajo su cráneo y un sistema de estimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés). Kochevar fue el primero, sirviendo como fuente de investigación en el Centro de Estímulo Eléctrico Funcional de Cleveland, acompañada por Case Western Reserve University (CWR), el Centro Médico del Hospital Universitario de su ciudad y el Centro Médico Louis Stokes, cuyos resultados se publicaron en The Lancet.

Kochevar estuvo ocho años sin
Kochevar estuvo ocho años sin poder mover ninguna parte del cuerpo

Bob Kirsch, presidente del Departamento de Ingeniería Biomédica del CWR, director ejecutivo del Centro FES y autor principal de la investigación, subrayó: "Realmente se está abriendo camino para la comunidad que investiga las lesiones de la médula espinal. Es un paso importante hacia la restauración de una cierta independencia".

"Al tomar las señales cerebrales generadas cuando Bill intenta moverse y usarlas para controlar la estimulación de su brazo y mano, fue capaz de realizar funciones personales que eran importantes para él", sostuvo el autor del estudio Bolu Ajiboye, profesor asistente de Ingeniería Biomédica.

"La última esperanza de cualquiera de estas personas es restaurar esta función. Al restaurar la comunicación de la voluntad de moverse desde el cerebro directamente al cuerpo, este trabajo comenzará a devolver la esperanza a millones de individuos paralizados de que algún día podrían volver a moverse libremente", afirmó Benjamin Walter, neurólogo asociado a la investigación.

El esquema que explica cómo
El esquema que explica cómo funciona la matriz que ayudó a Bill Kochevar

Jonathan Miller, director del Centro de Neurocirugía Funcional y Restauradora de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, lideró un equipo de cirujanos que implantaron dos matrices de 96 electrodos -cada uno del tamaño de una aspirina infantil- en la corteza motora de Kochevar, en la superficie del cerebro.

Las matrices registran las señales cerebrales creadas cuando Kochevar imagina el movimiento de su propio brazo y mano. La interfaz cerebro-ordenador extrae información de las señales cerebrales sobre los movimientos que pretende hacer y luego pasa la información para ordenar al sistema de estimulación eléctrica.

A medida que la habilidad de Kochevar para mover el brazo virtual mejoró a lo largo de cuatro meses de entrenamiento, los investigadores creyeron que sería capaz de controlar su propio brazo y la mano. Miller entonces dirigió un equipo que implantó los 96 electrodos del sistema FES que animan a los músculos en el brazo superior e inferior.

Los pulsos enviados a través de los electrodos FES activan los músculos que controlan la mano de Kochevar, la muñeca, el brazo, el codo y el hombro. Para superar la gravedad que de otro modo le impediría levantar el brazo y llegar a los objetos, Kochevar utiliza un brazo móvil de apoyo, que también está bajo el control de su cerebro. "Estoy haciendo que se mueva sin tener realmente que concentrarme duro en ello. Sólo pienso 'fuera' y funciona", concluyó.

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