Rosario, 2006. Daniel, a bordo de su auto, vio cómo una chica era asaltada en la calle. Decidió intervenir, cargado de valentía y determinación. Nunca más supo de esa chica, ni del delincuente. La mediación de Daniel en el robo fue efectiva. La chica escapó. Él no: un disparo lo dejó paralítico. Pasaron once años desde los comienzos de su nueva vida. Soñaba con volver a pararse. Había ahorrado para comprarse una silla bipedestadora que le permitiera ver el mundo nuevamente de pie. La burocracia lo detuvo.
La Aduana le retuvo el sueño que había comprado en Chile por 1.300 dólares, un precio sensiblemente inferior al que había encontrado en el país: le pedían no menos de 4.000 dólares. El drama empezó el 26 de octubre de 2016, el día en el que los organismos nacionales prohibieron la entrega del instrumento porque no cumplía con la normativa vigente: las compras en el exterior tenían mil dólares como límite. La entidad no contempló que la compra era por discapacidad y hasta la consideraron peligrosa por la composición de la batería.
Aunque desde la AFIP le respondieron que el caso comprendía una condición de excepcionalidad, desde la Aduana recrudecieron la postura exigiéndole el pago de diez dólares diarios por los días en que estuvo retenida la silla. Desde el 26 de octubre hasta abril de 2017 pasaron más de 150 días: la multa superaría en dólares el costo total de la silla bipedestadora comprada en Chile.
Daniel es jubilado por invalidez. No puede pagar semejante multa y espera que le entreguen el instrumento de movilidad por el que había ahorrado. "Hace meses venimos luchando con esto. Idas y vueltas, burocracia. Daniel espera su silla de ruedas, no es un producto de lujo, la necesita. La Aduana tiene que responder", rogó su familia. El pedido fue manifestado a través de Change.org, una plataforma de cambio social con más de 176 millones de usuarios.
La solicitud va dirigida al Director General de Aduanas de la Nación Argentina Juan José Gómez Centurión, bajo el título "Devuelvan la silla de ruedas para Daniel retenida por Aduana". Deben juntar 150 mil firmas para elevar el reclamo formal y por el momento cuenta con el apoyo de 77 mil inscriptos. En los medios rosarinos, apuntan que un funcionario ya se comunicó con Daniel con la promesa de que en los próximos días la silla emigrará de la aduana argentina. Daniel, por ahora, sueña con volver a pararse, guiado por una silla bipedestadora.
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