El 23 de septiembre de 2016 Mario Alberto Miranda, arquitecto de 29 años, pidió un Uber. Solía hacerlo seguido, pero ese día fue diferente: su conductor José Guadalupe Vargas, un hombre de 58 años, tenía debilidad auditiva. Uber le daba la opción de cancelar el viaje por la naturaleza del chofer seleccionado pero no quiso. Tres días después narró su experiencia en Facebook. Dos días después, cuando ya habían pasado cinco lunas desde aquel viaje inspirador, la publicación había superado los cien mil "compartidos".
Reducir las desigualdades, multiplicar las oportunidades, expandir la red de beneficios, integrar a las personas con capacidades diferentes y empoderarlas. El sistema laboral suele desembarazarse de sus necesidades, desatender sus reclamos, dejarlos a merced de la intemperie económica. Uber es una de las empresas multinacionales que interpretó la naturaleza de esta exclusión sistémica, como en México con el caso José Guadalupe Vargas. Desarrolló programas, tareas e iniciativas que los incorporen en la dinámica diaria, como trabajadores o como clientes.
"Gracias por esperarme y ser tan paciente", le dijo Vargas a Miranda luego de haberse demorado diez minutos en recogerlo de lugar de origen. El arquitecto comentó que su educado conductor se encontraba plenamente presentable, con corbata y camisa, y que en su auto llevaba caramelos y agua. Hay cerca de 110 conductores de Uber en México con debilidad auditiva. "No hay otros trabajos para personas como yo. Uber me salvó literalmente de ser un paria y me convirtió en alguien que puede ser tratado con respeto y que puede comer, pero solo para eso alcanza. Esa es la realidad", agradeció el conductor en diálogo con Verne.
Uber está activo en 562 ciudades alrededor de todo el mundo
A Vargas le cancelan por día entre 15 y 20 viajes. "Es necesaria una mayor inclusión para compañeros con discapacidad, no solo de sordera, sino de cualquier clase. Que terminen las burlas sobre nuestra condición, somos tan iguales como usted, aquel o cualquier otro. No por ser sordos vamos a poner en riesgo la vida de nuestros pasajeros. Nuestros cuatro sentidos están tan alerta que parecen ocho", aseguró.
La consigna de Uber con estas prácticas inclusivas es empoderar a las personas con discapacidad creando oportunidades económicas accesibles. Sordos o personas con movilidad reducida pueden manejar sus propios autos para percibir un ingreso. Y paralelamente, también expande el acceso a alternativas de transporte confiable para pasajeros con capacidades diferentes. Mediante una solución de movilidad denominada Uber Access, habilita los servicios Uber Assist, una flota de conductores especialmente entrenados para asistir a personas con discapacidad, y Uber Wav, autos diseñados específicamente para transportar pasajeros en sillas de ruedas.
Uber amplía los recursos para que cualquier persona pueda trasladarse al lugar que desee. Asume un compromiso con la accesibilidad al servicio y coopera proactivamente con la sociedad, desafiando los prejuicios y la discriminación. Para contrarrestar la desigualdad, para mejorar la calidad de vida de personas excluidas del sistema de trabajo, la compañía de movilidad alternativa se vale de la tecnología y la innovación. Uber Assist está actualmente disponible en más de 30 ciudades alrededor del mundo, incluyendo Montevideo, Santiago de Chile, Londres, Chicago, San Francisco, Los Ángeles, San Diego y Portland. En Argentina, las pruebas piloto de experiencia exitosa prometen incorporar más trabajadores y más clientes al servicio diario. Para que en el mundo hayan más Mario Alberto Miranda, arquitecto de 29 años, y más José Guadalupe Vargas, conductor sordo de 58 años.
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