Otra vez la polémica se hizo presente en un partido entre Rosario Central y Boca por Copa Argentina. Los fantasmas de los malos arbitrajes del pasado reaparecieron en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza con una acción que debió haber sido sancionada a favor de los rosarinos en el duelo de octavos de final, pero que el árbitro Fernando Rapallini omitió.
A la salida de un córner para el Canalla, la pelota quedó flotando en la puerta del área sin dueño. Gustavo Colman apareció a toda velocidad para sacar un disparo potente que tenía como destino el arco que resguardaba Guillermo Sara.
Pablo Pérez estaba en el medio del área y se tiró con los pies para adelante, con el brazo derecho extendido. Esa parte de su cuerpo fue la que terminó impidiendo que la pelota continúe con su recorrido y se desvíe rumbo a un nuevo tiro de esquina.
Todo el plantel de Central protestó, pero Rapallini les advirtió que el mediocampista del Xeneize se había dado vuelta para cubrirse del impacto del balón.
Rápidamente se hizo presente un antecedente que marcó un antes y un después en los partidos entre Boca y Central. En la final del 2015 de este torneo federal, el juez Diego Ceballos cobró un penal en favor del Xeneize que había sido varios metros afuera del área.
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