El Malmö de su Suecia natal fue el primer club en el que militó Zlatan Ibrahimovic, quien debutó justo durante la temporada en la que perdería la categoría (1999). Fue el goleador del equipo en segunda división y siguió mostrando su potencial antes de dar el salto al Ajax holandés, que puso casi 8 millones de euros para llevárselo, con solamente 20 años.
Fueron cuatro campañas las que realizó el sueco en la entidad de Ámsterdam, con la que ganó dos ligas locales, una copa nacional y otra supercopa local. Su primer quiebre dentro de un club con cierto renombre a nivel continental fue en 2004. Y probablemente también haya sido el punto de inflexión de su carrera profesional.
Zlatan no sólo se lucía con la camiseta rojiblanca en ese entonces, ya que era normalmente convocado para su selección. El destino quiso que en agosto de ese año disputaran un amistoso Suecia y Holanda, en el que fue protagonista.
El reloj marcaba apenas tres minutos de partido cuando tomó la pelota en tres cuartos de cancha tras un saque largo de su arquero. Soportó varios segundos la molesta marca de uno de los defensores neerlandeses y enganchó para su mejor perfil. Rafael Van der Vaart doblegó la marca y recibió un tremendo planchazo por parte de Ibrahimovic, que se las ingenió para servirle el 1-0 a Jonson. ¿La particularidad? Van der Vaart era su compañero y también capitán en el Ajax.
El volante tuvo que ser reemplazado por lesión y Zlatan fue blanco del abucheo generalizado de todos los holandeses, a los que todavía no se había ganado pese a haber sumado un par de años jugando en su fútbol. El encuentro terminó 2-2, con el empate definitivo convertido por él. Cuando la bola ingresó al arco, les gritó el gol a los holandeses y echó más leña al fuego.
"A pesar de ser un partido amistoso, jugó con una dosis extra de ambición", recuerda David Endt, team manager del Ajax en ese tiempo. Sus palabras fueron emitidas en el documental que retrata la carrera de Ibra: Becoming Zlatan.
Durante el film también está registrada la entrevista al propio Van der Vaart tras su lesión: "No sé si lo hace a propósito pero fue una entrada terrible. No sé qué le sucede, no había ningún problema. Quizás sintió la necesidad de mostrarse pero lo hizo en la forma incorrecta". El capitán de su equipo fue terminante respecto a su relación: "Será difícil reencontrarme en el Ajax porque estoy decepcionado con él".
A los pocos días el equipo dirigido por Ronald Koeman enfrentaría al NAC Breda de local por la liga y el entrenador tenía que aflojar las tensiones en la previa. Convocó a una reunión de la que participó todo el plantel, pero el conflicto y las diferencias entre ambos futbolistas se agravaron.
Endt remarcó el silencio que se generó después de lo que Zlatan le dijo a Van der Vaart delante de todos. "No me agradas, no me agradas como capitán de equipo. No te lesioné a propósito y lo sabes. Si vuelves a acusarme otra vez te romperé las dos piernas y, esta vez, sí será a propósito". Crudo, temperamental, al límite en lo dialéctico como en la cancha.
Ibrahimovic estaba enfadado con Van der Vaart porque entendió que había hablado a sus espaldas. Ante sus allegados fue contundente: "Si lo vuelve a hacer, cortaré su cabeza".
Tras ese episodio, Koeman lo puso de titular ante el Breda en un Ámsterdam Arena que se volcó entero en contra suyo, con Van der Vaart en un palco -lesionado- siguiendo las acciones. Hubo abucheos, insultos y silbidos cada vez que le llegaba la pelota al sueco. Hasta que tras un tiro de esquina encontró un rebote en la boca del arco y marcó. Enseguida, fue responsable del segundo tanto y de la reprobación pasó al aplauso.
"Fue uno de los mejores goles hechos por un centrodelantero del Ajax en su historia". Así definió Endt a la obra de arte que firmó Zlatan Ibrahimovic en el segundo tiempo. Una mezcla de bravura, potencia, habilidad y capacidad de engaño para ridiculizar a cuatro rivales y convencer a los fanáticos del Ajax que estaban en presencia de uno de los jugadores más destacados y con más futuro en el mundo.
El cuadro de Koeman ganó 6-2 esa tarde. Van der Vaart vitoreó y aplaudió en los tres tantos en los que no participó Zlatan. Cuando él acaparó la escena, ni se inmutó. A los pocos meses, Ibrahimovic fue transferido a la Juventus por casi 20 millones de euros.