Tras la humillante goleada que le propinó el Valencia al Málaga por 5 a 0, el Barcelona se presentó en el Camp Nou con la misión de extender su liderazgo en la Liga de las Estrellas. Su rival: el Eibar, un equipo que arribó a su compromiso con la cosecha del 50% de los puntos disputados y se ilusionaba con dar el golpe en Cataluña.
La prematura acción interpretada Sergi Enrich impuso el suspenso en el escenario Blaugrana, dado que el delantero con pasado en el Numancia desperdició un claro mano a mano frente a Marc-André ter Stegen. La fría y débil definición favoreció al arquero, quien se quedó con la pelota sin inconvenientes. En la escena siguiente Takashi Inui volvió a probar al alemán, pero en este caso el rubio de Mönchengladbach desvió al córner son seguridad.
Sin embargo, las esperanzas del equipo de Mendilibar se esfumaron cuando Alejandro Hernández sancionó un polémico penal a favor del dueño de casa por una supuesta infracción de Alejandro Gálvez sobre Nélson Semedo. Desde los 12 pasos Lionel Messi dejó sin posibilidades a Dmitrovic y el conjunto de Ernesto Valverde comenzó a sonreír por la colaboración arbitral.
Antes de que termine la primera etapa el Culé estiró la diferencia a través de un balón detenido. El tiro de esquina ejecutado por Denis Suárez encontró la cabeza de Paulinho y el brasileño festejó ante su gente. Con el 2 a 0 ya estaba todo liquidado por más que faltara el complemento por disputarse.
El show que improvisó el Barcelona en el segundo tiempo dejó conformidad a todos los presentes. Incluso a Jorge Sampaoli, quien estuvo en el estadio observando la magia de Messi. El rosarino se lució con un hattrick para transformar el triunfo en goleada. Un toque sutil al primer palo y una definición notable ante Dmitrovic conformaron parte de su obra maestra.
Además, el rosarino fue un factor determinante en el grito de Denis Suárez, ya que el ex Sevilla capturó un rebote que dio el arquero luego de un remate del mejor jugador del mundo. Naturalmente, el descuento transitorio de Sergi Enrich sólo sirvió para decorar un resultado que ya estaba definido con mucha antelación.
Incluso en el desenlace del espectáculo, el rosarino cerró el set para que el dueño de casa selle el 6 a 1 a su favor. En el Camp Nou sólo se escuchó la ovación en agradecimiento al mejor jugador del planeta.
Con los tres puntos garantizados los de Valverde mantuvieron su coeficiente ideal gracias a sus 15 unidades. En un torneo donde los equipos de Madrid aspiran a dar pelea, los catalanes no quieren ceder ni un centímetro en la ventaja adquirida en las primeras fechas. Si bien la historia recién empieza, el Culé quiere volver a teñir el título de Blaugrana.
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