Estimado Director Técnico Jefe de las Selecciones Nacionales:
Resulta ocioso señalarle apriorísticamente que esta misiva tiene una intención solidaria. Deseamos su éxito, pues de tal circunstancia disfrutaremos todos los argentinos. No es que usted sea el sujeto personal de tal deseo, si no todo aquello que está bajo su liderazgo.
Usted sabe, estimado Sampaoli, que su designación al frente de la Selección Nacional formó parte de un pacto político en procura de la reinstitucionalización de la AFA. En el paquete del nuevo estatuto, las modificaciones reglamentarias, la Liga, el contrato por derechos televisivos, la aceptación a la candidatura de Claudio Tapia como presidente en lista única, la renovada estructura administrativa y el nuevo orden funcional, se aprobó su contratación toda vez que quien lo recomendó e impuso representa el poder bilateral por entonces requerido: Estado y AFA.
Permítame señalarle que tal vínculo es contracultural a la historia de la AFA pues desde la época de Guillermo Stábile hasta Edgardo Bauza, con la sóla excepción de Diego Maradona (2008-2010), los presidentes de AFA siempre recurrieron para entregarles la Selección Nacional a técnicos que hubieran alcanzado el éxito dirigiendo primero equipos locales: Menotti, Bilardo, Passarella, Bielsa, Pekerman –por su incuestionable trayectoria en Juveniles tras la inesperada renuncia de Bielsa- Basile, Sabella, Martino. Créame que jamás se le hubiera ocurrido a nadie contratar a un técnico sin trayectoria con equipos de AFA, aun cuando como en su caso lograra un titulo con Chile. Por lo general, la historia siempre fue al revés: éxito con equipos de AFA, luego Selección Nacional y mas tarde el exterior como nuevo objetivo, tal los casos de Passarella, Bielsa, Pekerman, Menotti, Basile, Bilardo, Martino…
Una bendición lo ha privilegiado: sedujo al hombre justo, en un momento oportuno, en circunstancias políticas de la AFA en las cuales había que borrar toda huella de una nefasta intervención y el pobre Edgardo Bauza resultó ser una víctima de tal disputa interna. Antes de ello, Gerardo Martino prefirió irse voluntariamente después de la Copa América de los Estados Unidos que también le ganara Chile a la Argentina, tras la ejecución de los penales bajo la dirección de Juan Antonio Pizzi. O sea que usted es el tercer técnico en estas traumáticas Eliminatorias, un hecho sin precedentes en la historia de la Selección Nacional.
Seguramente, y después del partido ante Venezuela, se habrá sentido abrumado. Está bien, ese es el mundo que habrá de transitar mientras dirija a la Selección Nacional. Pero repase bien los valores a cautelar. ¿Es usted sobre sus dirigidos?, ¿permitirá que sean sus dirigidos sobre usted? ¿o logrará el delicado equilibrio de ser usted y sus dirigidos juntos? Le anticipo que no es fácil tarea.
Los duendes del predio ya le habrán contado historias. Téngalas en cuenta. Y confíe en esos empleados y funcionarios de Ezeiza que se las contaron o acaso se las contaran en un futuro pues ellos son confiables y siempre estuvieron comprometidos con la causa de la Selección Nacional. Sabrá entonces que a Bielsa lo marcó el acuerdo tácito entre los jugadores que pergeñaron el 1 a 1 contra Uruguay para el Mundial del 2002. Y esperó los Juegos Olimpicos de Atenas en el 2004 para dejar un titulo en la AFA, la Medalla Dorada y marcharse. Tal vez entienda por que después del Mundial de Alemania en el 2006, José Pekerman, el más exitoso y brillante líder en la historia de las selecciones juveniles argentinas huyó de Ezeiza y más tarde aceptó trabajar en el exterior a pesar de la insistencia de la AFA para que continuara o regresara a los juveniles.
Ya sabe usted, estimado Jorge, que Alejandro Sabella, un caballero en todo el sentido de la palabra, anunció su renuncia como Director Técnico de la Selección Nacional antes de que se disputara la final contra Alemania en Río de Janeiro. O sea que, aún con la posibilidad de ser el técnico Campeón del Mundo, prefería irse. Tome nota: Bielsa, Pekerman, Sabella, Martino… ¿Analizó usted por qué? Hay más…
El caso de Alfio Basile fue distinto. Según mi percepción como testigo, el Coco advirtió en la derrota por 1-0 contra Chile (Octubre de 2008) en Santiago por las Eliminatorias para Sudáfrica 2010 que la actitud del equipo en el campo le daba peligrosas señales de "sumisión" ante la adversidad. No se equivocó pues quedó demostrado después que
un grupo de jóvenes jugadores quería ser dirigido por Diego Armando Maradona, con quien habían compartido arengas de vestuario y horas de alternancia en Beijing sin oposición del Checho Batista. Los iniciadores del "golpe interno" a Basile fueron nóveles estrellas que insinuaban su apogeo en los mejores clubes de Europa. Tenían nueve años menos que hoy y probablemente el proponente fuere quien más afectivamente estuviese ligado a Diego en aquella época. Pero no estuvo solo, otros dos enormes campeones de ligas europeas de élite y de Champions lo acompañaron. Y los tres estuvieron respaldados por dos jugadores más grandes en edad y con predicamento en el grupo. Uno de ellos, el que tomó el control de la representatividad, ya se retiró y se insinúa como un brillante técnico a juzgar por un rotundo éxito en la pasada temporada. El otro está atravesando un momento fenomenal y parte de la prensa lo pide para retornar a la Selección que usted dirige. Fue por estos hechos que Juan Román Riquelme prefirió excusarse de formar parte del plantel convocado por Diego Armando Maradona en el 2008. Riquelme fue duro con aquellos compañeros aunque ni él, ni Basile habrán de referirse jamás a este tema.
Como advierte, el plantel que lidera tiene una larga historia. Son actores de todas las sensaciones que el fútbol puede ofrecer. Muchos han llegado a la gloria y afortunadamente las vidas de sus próximas tres generaciones de descendientes estarán aseguradas bajo cualquier fideicomiso que asegure salud, educación y alimentos. Y otros van en procura de ello. Dirige usted súper estrellas millonarias y algunos otros "hambrientos" de futuro. Su éxito será hacerlos converger. Y no estaría mal que elija algún paradigma. Tome el ejemplo de Brasil. Cuando Tite llegó a la dirección técnica se habían jugado seis partidos en los que Dunga dirigió al equipo. Tite consiguió en 10 partidos 28 puntos. Quiere decir que si Brasil hubiese regalado esos primeros seis partidos y solo se contabilizaran los 10 de Tite, Brasil tendría 28 puntos y sería igualmente el líder en las posiciones. ¿Cuál fue su fórmula?, ¿echar a todos?.¿fusilarlos en pública ceremonia? No. Ante la presión de un sector de la prensa y del público, se apoyó en Neymar y fue reemplazando de a poco. Ejemplos: Marquinhos por Gil, Marcelo por Felipe Luiz, Casemiro por Lucas Lima. Y en la medida en que los resultados le fueron favorables y regresó la calma de a uno fueron volviendo los mismos a los que "querían matar", menos David Luiz. El tema era lograr el estado de distensión y hacer que Neymar esté feliz. Ellos no son felices porque ganan, ganan porque son felices. Lo que usted mismo dijo respecto de Messi: rodearlo, darle confortabilidad de competencia, dejarlo tranquilo para que corra menos y que el contacto con el balón sea para filtrar pases, dejar mano a mano a sus compañeros, hacer todas las genialidades que pueda hasta el gol. Y acceder a sus insinuaciones. Messi jamás le dirá una preferencia contundente, es su trabajo detectarlo. Y si usted sabe que Messi es gran amigo de Agüero y va a sacar a Icardi, haga entrar al Kun, no a Pastore. Y si le dicen que termine con "el club de amigos", podría usted responder que "el club de amigos es el generador de la mística, del involucramiento grupal, del compromiso de todos y que en toda actividad humanística lo mejor que puede pasar es alternar la vida y sus objetivos como miembro de un "club de amigos". No hubo campeón del Mundo de ningún deporte colectivo que en un punto de su desarrollo no le haya dado identidad a la amistad. Sus jugadores saben por que no llamó a Higuain y sí a Icardi. Y el marketing no marca goles…
Finalmente, estimado Jorge, me permito pedirle una mínima dosis de practicidad. No hay tiempo para privilegiar convicciones sobre necesidades. No quiera cambiar mucho. Haga la lógica. Haga descender su "súper yo". No le cuente a otras personas por más importantes que sean cuestiones de sus dirigidos. Ellos terminan sabiéndolo. Y recuerde que serán sus jugadores quienes lo llevaran al Mundial y no al revés. No les hable mucho, especialmente a Messi, ni se fotografíe con ellos cuando va en misión de trabajo por diferentes ciudades. Interprete la foto que subió la esposa de Messi con su familia cuando Lio regresó a Barcelona: es todo un mensaje. Por ejemplo: "La felicidad está aquí, en Barcelona, en familia, juntos…". Busque un refugio en el infierno. Le quedan dos partidos y hay que sumar cuanto menos cuatro puntos de diferente valor. Pues aunque en matemáticas cuatro es siempre cuatro –la suma de tres mas uno o dos mas dos- en fútbol no resultan lo mismo. Sabemos que los tres puntos en disputa frente a Perú más uno en Quito ante Ecuador son diferentes en valor necesario que a la inversa ya que un empate le daría a Perú el punto más valioso por el cuarto puesto por el cual competimos.
Concéntrese en eso maestro: terrenalidad y no gasten energías en otras cuestiones que no importa dónde se jugará ni quién cantará el Himno, ayude mas bien a que lo cantemos todos…
Sinceramente,
ERNESTO CHERQUIS BIALO