El avión que conduce Josep Maria Bartomeu no logra salir de la zona de turbulencia. El término de la era Luis Enrique dejó campeón de la Copa del Rey al equipo que no pasó de los cuartos de final en la Champions League y quedó segundo detrás del Real Madrid en La Liga. Pero lo peor para el presidente del Barcelona iba a pasar en el actual mercado de pases.
Los rumores sobre la transferencia de Neymar al Paris Saint Germain dejaron de ser tales. Los galos hicieron uso de su cláusula de rescisión y el brasileño ni siquiera estuvo presente en las formaciones que paró Ernesto Valverde en las finales de la Supercopa española. Para colmo, el conjunto blaugrana se vio superado claramente por los merengues y dejó escapar otro título en el inicio de la 2016/2017.
Si bien las autoridades de la institución catalana habían anticipado la firma de la renovación de Lionel Messi, todavía existen interrogantes respecto a su futuro. La Pulga jamás tomó el bolígrafo y se mantiene expectante, a la espera de incorporaciones que estén a la altura de lo que pretende pelear el Barça: Champions, liga local y Copa del Rey.
Y con Neymar en Francia y Luis Suárez lesionado, el argentino se sintió más solo que nunca en el estreno del equipo frente al Betis: las imágenes fueron elocuentes. Un puñado de horas más tarde del 3-0 en el Camp Nou, Messi organizó una reunión con el brasileño, Dani Alves y varios integrantes del actual plantel del Barcelona. El mensaje para Bartomeu fue claro. Y la grieta divide los bandos entre el plantel y la directiva.
El mandatario no cuenta con el respaldo del plantel y los medios españoles hablan de un motín por parte del clan de Messi, que tiene como aliados a dos hombres de peso: Gerard Piqué y Luis Suárez. En las redes sociales explotó el hashtag #BartomeuDimiteYa, Agustí Benedito (ex candidato a presidente) afirmó que el rosarino podría irse en enero y Joan Laporta, de estrecha relación con el futbolista, adelantó que "si queremos que siga, debemos echar a Bartomeu".
Pasan los días y los refuerzos no llegan: Marco Verrati, Ousmane Dembélé, Philippe Coutinho y Jean Mickael Seri son los nombres que más se escucharon en los pasillos del club, pero ninguno pasó ni cerca del Camp Nou. La gota que rebalsó el vaso fue el hackeo de la cuenta de de Twitter, que le dio la bienvenida a Ángel Di María sin que hubiera acuerdo.
¿Se está gestando un golpe de estado? Los capitanes del Barça son cuatro: Andrés Iniesta, Lionel Messi, Sergio Busquets y Javier Mascherano. El primero también tiene la renovación de vínculo en suspenso y tiene una gran amistad con Messi y su compañero de selección española. No hace falta aclarar la relación de hermandad entre los argentinos y además los otros con más ascendencia en el grupo (Suárez y Piqué) también eligieron un bando.
El solo hecho de que exista la posibilidad de ver a Messi con la camiseta de otro equipo europeo genera una molestia evidente en los fanáticos del Barcelona. Sería un antes y un después en la historia del club. Sería el fin del ciclo Bartomeu.
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