El 5 de julio de 2017 el Fútbol Club Barcelona anunció oficialmente la octava renovación de Lionel Messi. Decenas de notas se escribieron luego respecto de su crecimiento salarial, su vida como jugador blaugrana, los récords por los que iría. Desde entonces pasó más de un mes, precisamente 43 días y, sin embargo, el mejor jugador en la historia del club español aún no firmó el documento que garantiza su continuidad. Este detalle toma relevancia por estas horas en las que, claro está, Leo no es feliz en su casa deportiva.
La debacle en la Supercopa de España ante Real Madrid evidenció las sensaciones del argentino por estas horas. Decepción, frustración, abatimiento…
Sabe él, mejor que nadie, que para revertir esta historia que ahora, además, no tiene a Neymar, no alcanza con nombres. Que se trata de un proyecto, como les enseñó Josep Guardiola, de una idea, de un todo.
Y si con lo que los gestos de Messi, si con la ausencia de la chispa de su fútbol que, se sabe, se enciende si hay sintonía, no fuese suficiente para ratificar que el Barça debe preocuparse por su estrella, el vice del club lanzó hoy una frase que intentó llevar calma a los catalanes pero que, sin embargo, provocó todo lo contrario: "La renovación de Messi es un tema que tenemos clarísimo. Me sorprendería mucho que no firmara su renovación", expresó.
Ese directivo del Barcelona fue el mismo que, días antes de que PSG confirmara la contratación de Neymar, aseguró en conferencia de prensa que el brasileño "continuará en Barcelona en un 200%", frase que hoy retumba en los oídos de los hinchas, que llenaron las redes con comentarios alusivos a la falta de confianza que les generaba toda expresión de Mestre.
Los catalanes suelen destacar, pase lo que pase deportivamente con el Barcelona, que siempre les quedará Lionel Messi. Estas horas esa frase ha entrado en un escenario de dudas. El argentino ha dejado claro a lo largo de su carrera como futbolista que para desplegar todo su talento necesita de un contexto, de un equipo que lo secunde y esto no ocurre desde hace largo tiempo ya en el Barça.
Los gestos de La Pulga son contundentes. No le gusta estar donde está. No le gusta estar como está, ni jugar como juega. Necesita ya un golpe de efecto.
El domingo será tiempo de comenzar la Liga y Barcelona (recibirá al Betis desde las 15:15) necesita ganarla como sea pero para eso necesitará de mucho más que el deseo. Para empezar, habrá de encontrar la fórmula para que Messi vuelva a ser feliz. Tiempo no le sobra…
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