Leonardo Mayer volvió a sentir el sabor del buen tenis, de los aplausos del público, de la sensación de hacer contacto con un trofeo, el mismo que ganó en 2014 pero tres años después, al consagrarse en el ATP 500 de Hamburgo 2017, luego de vencer en la final al alemán Florian Mayer por 6-4, 4-6 y 6-3.
Mayer, nacido en Corrientes el 15 de mayo de 1987, reapareció en la escena principal del tenis luego de un pronunciado bajón. Hace dos años llegó a ser el 21° mejor tenista del mundo y hoy amaneció en el puesto 138° tras un periodo de lesiones, de desencuentro con su tenis y, fundamentalmente, de haber puesto su energía en la llegada de su primer hijo, Valentino, en febrero pasado. Desde mañana, sin embargo, aparecerá entre los 50 mejores del planeta…
El correntino ganó el segundo título de su carrera casi por casualidad ya que había perdido su chance para estar en el cuadro principal de Hamburgo luego de haber sido derrotado en la qualy por el juvenil Rudolf Molleker pero la sorpresiva baja del eslovaco Martin Klizan le dio esa segunda oportunidad que no se le presenta a muchos.
La primera vez en una definición para el Yacaré había sido, curiosamente, en la edición 2014 de Hamburgo al vencer en la final al español David Ferrer por 6-7 (3-7), 6-1 y 7-6 (7-4).
El historial contaba hasta antes de la final de hoy con un triunfo por lado en el circuito profesional: en 2010 el argentino se impuso en Delray Beach, mientras que en 2013 el europeo venció en el cruce que mantuvieron en Halle, Alemania. Hoy, el Yacaré volvió a gritar campeón. Un triunfo que, por el cariño que despierta el argentino, se celebra en Corrientes, en Buenos Aires y, claro está, en Hamburgo.
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