No existe ninguna posibilidad de que este ranking resulte indiscutible. El boxeo como ninguna otra actividad humana siempre quedó librado al arbitrio de terceros. Terminado que fuera el duelo entre los púgiles se requirió siempre de la decisión final de los jurados. O sea que de no producirse un nocaut o una contingencia de manifiesta inferioridad física en cualquiera de los protagonistas, ningún resultado escapó a la apreciación de otros para saber cuál de ambos sería el ganador. Se calcula que el 74% de los fallos se correspondieron con criterios de justicia, el 14% resultaron controversiales o discutidos y el 12% restante se inscribió en la historia bajo sospecha de dolo. Por cierto que los mayores "robos" favorecieron a boxeadores locales y vienen desde las épocas previas a la televisión.
Ningún otro deporte individual o colectivo transformado en espectáculo de alta competencia deja de tener un resultado, una marca o una medición que legitima al ganador y por lo tanto habrá de convertirlo en aquello que mereciere a lo largo de su campaña. Por cierto que en la mayoría de esos deportes se produjeron modificaciones sustanciales de reglas, de superficies, de conceptos tácticos, técnicos, alimenticios y hasta de indumentarias que maximizaron los rendimientos tanto en los deportes individuales cuanto en los colectivos. Se han transformado hasta los biotipos atléticos y cualquier comparación en líneas de tiempo resultaría imposible.
Este no es el caso del boxeo. Han sido muy pocos los cambios en el objeto final de su disputa: uno contra uno, mismas reglas del siglo pasado, el ring mide 6×6, su piso es de lona y está sobre un filtro amortizante, mismo volumen de los guantes según las categorías, tres minutos por round con uno de descanso. Las bajas de 15 a 12 asaltos en la disputa de los títulos mundiales, la inserción de más categorías intermedias y el anticipo en 24 horas de los pesajes fueron cambios positivos para los boxeadores. Pero aunque hayan cambiado los métodos de entrenamiento y el concepto alimenticio, los boxeadores, a diferencia de otros deportistas, son comparables.
Tras 55 años de escribir, narrar, comentar, interpretar y opinar sobre boxeo el autor de esta nota también logró dialogar, entrevistar y compartir con ocho de los diez grandes campeones aquí mencionados. Salvo Joe Louis y Ray Sugar Robinson, los demás en diferentes momentos fueron actores de notas o reportajes generosamente otorgados al cronista.
Antes de encolumnar el Top 10, digamos que el boxeador no es solo la expresión de su arte sobre el ring. También lo es su significante. Y veremos en el transcurso de la nota ciertos atisbos en cada uno que lo marcaron como grande. Probablemente y por la subjetividad que toda opinión conlleva podrá discutirse que alguien de su misma generación pegaba más fuerte que Fulano o aguantaba más que Mengano. También se admitirán finos matices de equilibrio que bien podrían haberse inclinado por B o C, en lugar de A. Todo eso resulta valedero. Pero lo que tuvimos en cuenta fue la suma de los factores que terminan haciendo el todo de un grande. Y esto incluye también saber alcanzar la gloria, afrontar el crepúsculo y cuando parecía que la decrepitud lo conducía a la inevitable agonía, reinventarse, resurgir y volver a ser campeón.
Los números que para su pormenorización están al alcance de cualquier clic hacia fuentes consultivas confiables, son la parte indiscutible de la historia, pero no son la historia. Y eso es lo que iremos transitando
1- MUHAMMAD ALI
Fue el más grande porque impuso un estilo de armoniosa dinámica. Sus piernas no hubieran podido ofrecer el prodigio de tanta velocidad sin una orden cerebral resuelta. Cassius sabía anticipadamente la reacción de sus adversarios y elegía los momentos y las zonas por donde habría de intentar su ofensiva. Sus golpes eran precisos y sus descargas austeras. No tiraba azarosamente y distinguía la fisonomía de su rival evitando gastar energías en golpes de prueba o aproximación. Era más fuerte cerebralmente que sus rivales y por eso los dominaba sobre el ring.
Tenía un jab izquierdo de enorme precisión y después de dispararlo solía sorprender a sus rivales al retroceder. Esto le permitía disponer siempre de la distancia. Salía hacia cualquiera de los laterales con una zancada de ballet y regresaba con un nuevo jab zurdo. Sonny Liston, a quien le ganó el titulo mundial por K.O.T (25-2-1964), confió en que siempre tras un jab vendría otro. Pero Clay lo sorprendió y salió hacia su lateral para la segunda mano, un cross de derecha. En la revancha (25-5-1965) se advirtió más claramente pues Muhammad lo puso nocaut en el la primera vuelta.
Siempre dio todo sobre el ring. Las tres peleas contra Joe Frazier fueron dramáticas y devastadoras. Se pegaron hasta la extenuación y ambos pagaron un alto costo de salud. En cambio, cuando recuperó la corona mundial ante George Foreman en el Zaire, dio una lección haciendo todo lo opuesto a lo que el mundo imaginaba: propuso el ataque, la pelea friccionada, la acción en contacto de piel hasta disminuir a George Foreman física y mentalmente. Fue un impresionante e inolvidable nocaut en el octavo asalto.
Muhammad fue un paradigma en la historia del boxeo mundial. Su personalidad deportiva y civil excedió al humilde chico de Lousville, Kentucky, a quien le robaban la bicicleta y aprendió a boxear para defenderla. Fue el primer deportista en negarse al alistamiento militar para ir a la Guerra de Vietnam, se convirtió al Muslim y nunca dejó de expresar lo que sentía.
Pero al margen de estos hechos conocidos, se puede afirmar que vimos a tres Muhammad Ali. Uno clásico que resolvía frente a rivales clásicos como Floyd Patterson, Jimmy Ellis o Ringo Bonavena. Otro que se fajaba golpe por golpe eligiendo más al peleador que al boxeador como en los tres combates contra Joe Frazier y un tercero que ponía inteligencia, valor táctico y entrega física como cuando recuperó la corona mundial frente a George Foreman.
2- SUGAR RAY ROBINSON
Se trata del hombre que inventó un estilo. En realidad se llamaba Walker Smith y había nacido en Ailey, Georgia, el 3 de Mayo de 1921.
Puesto que era menor y no podía iniciarse como boxeador, tomó la cédula de un compañero mayor que se llamaba Robinson y a quien llamaban Ray. Y quedó así para siempre.
La enorme virtud de este fenómeno fue haber modificado la postura y los movimientos del boxeador. Hasta su advenimiento –debutó en 1940– el estilo pugilístico era de la escuela inglesa. Consistía en una línea vertical de ataque y retroceso similar al de la esgrima. Ray a quien habrían de agregar Sugar precisamente por lo "dulce" de sus movimientos, soltó los brazos. Demostró que se pueden cubrir las zonas vulnerables sin una guardia rígida. Solo se requiere concentración, velocidad y golpe de vista para cubrir la zona alta. Sugar Ray incorporó además la cintura a los movimientos de defensa, lo que evitaba ingresos y retrocesos verticales que muchas veces dejaban a ambos pies en una misma línea sin ángulo de sustento y con la consecuente pérdida del equilibrio.
Robinson fue campeón mundial de los medio medianos y de los medianos. En 1399 rounds realizados durante los 25 años que abarcan de 1940 a 1965, enfrentó a los mejores y peleó en todo el mundo. Fue tan inmensa su propuesta de cambio técnico que lo contrataron desde países que buscaban en él un modelo de reformulación formativa.
Fue contratado para pelear en Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Austria y Canadá; que eran países que querían modificar la formación británica de sus púgiles. Sugar Ray también inauguró a Las Vegas como plaza experimental del boxeo en el hotel Hacienda tras el desembarco de la mafia para la explotación del juego al comienzo de la década del cincuenta.
Su figura era tan inmensa que la prensa no tenía más remedio que hablar y escribir mucho también sobre sus rivales. Y es así que se descubrían historias humanas de enorme valor cinematográfico. Dos de sus derrotados fueron tratados por el cine de manera trascendente. La primera película fue protagonizada por Paul Newman y Pier Angeli y se tituló "El estigma del arroyo". Ese film, dirigido por Robert Wise en 1956 mostró la vida y los sueños de Rocky Graciano, un temible peleador a quien Robinson noqueó en el quinto round. Otro de los ilustres rivales de Sugar Ray que fuera llevado al cine fue Jack La Motta con quien Robinson se enfrentó en seis oportunidades realizando combates memorables. La película se llama "Toro Salvaje" fue dirigida por Martin Scorsese (1980) y le valió un Premio Oscar de la Academia a Robert De Niro, quien interpretó a Jack La Motta.
Este hombre provocó la revolución técnica del boxeo. Especialmente en los desplazamientos de traslado semicircular en retroceso y las partidas de golpes de manera ascendente veloz y precisa. Sus piernas –media 1.80– eran largas y finas, y Sugar Ray las utilizaba como ingreso a la media distancia. Pero su estilo habría de convertirse en espejo de muchas generaciones, especialmente en gimnasios y clubes de Latinoamérica donde a partir de él se revalorizó el manejo de la mano izquierda.
Peleó hasta los 44 años. Ganó 173 peleas, empató 6 y perdió 19, de las cuales 10 fueron consecutivas. Se había retirado en 1952 y regresó en 1954. Ganó unos cuatro millones de dólares pero murió el 12 de abril a los 68 años en Culver City, California, con lo puesto.
Si los aficionados al boxeo pudieron disfrutar de boxeadores como Cassius Clay, Sugar Ray Leonard y tantos otros cientos de estilistas en todo el mundo, es porque hubo un creador de esa escuela y se llamó Ray Sugar Robinson.
3- JOE LOUIS
Fue un campeón de peso pesado prodigioso por la velocidad de sus descargas al cuerpo. Su ataque lucía lento en los desplazamientos hasta que lograba acercarse para descargar y ofrecerse al cambio de golpes. Lo llamaban "El Bombardero de Detroit" y logró ganar 52 peleas por nocaut de las 70 realizadas. Fue el primer peso pesado de la época –de 1937 hasta 1950– que se propuso realizar peleas a largo plazo sin desesperarse por buscar el nocaut. Y aunque medía 1.88, su peso no sobrepasaba los 91 kilos contra los más de 100 de la mayoría de sus rivales. Defendió su corona 28 veces. Ganó 27 y perdió solo una contra quien sería su sucesor, Ezzard Charles. Este tercer lugar en el Top 10 de todos los tiempos admite debate solo contra Rocky Marciano (Rocco Francis Marchegiano) que sin las condiciones técnicas de Joe Louis hizo 49 peleas, logró 43 kot's , se retiro invicto y defendió 12 veces su corona. Pero claramente Joe fue mejor boxeador.
4- JULIO CÉSAR CHÁVEZ
Un verdadero fenómeno del boxeo. Realizó 37 peleas por campeonatos del mundo, un hecho sin precedentes en la historia universal del pugilismo. Fue campeón de tres categorías: Super Pluma, Liviano y Welter. Un "monstruo" en la pelea a media distancia. Nadie pegó como él al cuerpo de sus adversarios. Realizó 115 peleas y recién perdió el invicto en la número 91 ante el "Cirujano" Randall. Poseía un estilo avasallante, muchísimo coraje y un enorme poder de asimilación, pues en la mayoría de los combates propuso y obtuvo cambios de golpes permanentes. Chávez fue el campeón que más riesgos tomó en cada una de sus peleas.
5- ARCHIE MOORE
Fue campeón mundial de los medio pesados. Pero no tuvo más remedio que enfrentarse casi siempre con los pesos pesados, pues los 79.178 kilos, resultaban demasiado para los medianos y muy poco para los completos. Boxeador recio y visible. Tuvo una vigencia de 28 años y sostiene el récord de nocauts logrados: 145 en 219 peleas. Por cierto que "probó" a un Cassius Clay jovencito que le ganó y se "mató" contra Rocky Marciano a quien derribó hasta que le deformó la cabeza con sus golpes, sin evitar la derrota por K.O en el round 9 de una pelea memorable realizada en 1955. Podría afirmarse que no hubo un medio pesado como "La Vieja Mangosta" quien fue campeón mundial desde 1952 hasta 1961.
6- SUGAR RAY LEONARD
Un exponente de formación olímpica, como su paradigma Cassius Clay, quien como él obtuvo la medalla de oro (Montreal ´76). En esos Juegos tan pronto lo vi pelear tuve la sensación de que estábamos frente a un enorme proyecto que venía a reivindicar el pugilismo de estilo. El boxeo olímpico del equipo de los Estados Unidos en realidad estimuló la "vuelta a las fuentes" del boxeo ortodoxo para enfrentar a los tanques de la formación mecánica que ofrecía la Unión Soviética y sus demás representantes de la Europa Oriental y Cuba.
En esos Juegos el integrante más notable fue Leonard. Quien después, ya como profesional, nos ofreció el arte de sus desplazamientos, su defensa en movimiento, sus descargas ascendentes y aquella determinación para plantarse a cambiar golpes si fuera necesario. Sus peleas contra "Mano de Piedra" Duran, Tommy Hearns y Marvin Hagler forman parte de los clásicos que no pueden dejar de verse cuando se desee disfrutar de maestros del boxeo inteligentes, guapos, estéticos, de diferentes estilos y con un alto nivel atlético. El mejor de ellos fue Leonard. Lo que lo convierte en uno de los diez mejores de la historia.
7- CARLOS MONZÓN
Claramente se trató de un campeón extraordinario. Su boxeo no resultaba fácilmente visible. No peleaba para los espectadores pero hacía sentir el rigor de tres elementos determinantes en su actitud: a) concentración y paciencia; b) dominio de la distancia y c) degradación de la resistencia de sus rivales hasta generar las oportunidades de remate. En seis años –1970 a 1976– obtuvo el título mundial (KO a Nino Benvenuti) y lo defendió 14 veces contra los mejores de la época, entre quienes figuraban Emile Griffith, Jean Claude Bouttier, Benny Briscoe, Mantequilla Nápoles ó Rodrigo Valdez.
Fue el mejor campeón mundial que tuvo Argentina y el único que le hubiera ganado a cualquiera de los ilustres medianos de Ray Sugar Robinson hacia abajo. Más aún, hubieran sido extraordinarias peleas de Monzón contra Leonard, Hagler, Hearns, Durán o Mayweather. En la hipótesis cualquiera de ellos hubiese podido ganarle. Bajo la misma proyección, cualquiera de ellos bien podría haber perdido, especialmente los más sanguíneos, Hagler, Hearns y Mano de Piedra Duran. Hubiese sido muy dura con Leonard y muy intrincada y repetida contra Mayweather.
8- ALEXIS ARGUELLO
Nicaragüense. Fue campeón mundial de tres categorías: Pluma (1974 a 1977); Superpluma (1978 a 1980) y Liviano (1981 a 1983). Realizó 90 peleas. De ellas, 82 fueron triunfos (65 por nocaut) y sufrió 8 derrotas. Medía 1.78 –altísimo para su categoría– y su campaña abarcó desde 1974 hasta 1983. Pocos boxeadores hacían partir sus golpes rectos con tanta precisión y velocidad. Alexis además sabía tomar riesgos en zonas de definición y provocaba tales circunstancias. Era de movimientos claros y pendulares. Tenía un enorme dominio para rematar. Fue de lo mejor que dio Latinoamérica y se recuerdan sus memorables combates como cuando le ganó a Alfredo "El Salsero" Escalera por K.O en el 13°, a Ruben "Chucho" Castillo en el 11°, a Royal Kobayashi en el 5° y a Rigoberto Riasco en el 2°. Este gran campeón, conocido también como "El Caballero del Ring" o "El Flaco Explosivo" fue alcalde de Managua en el 2008 como representante del Frente Sandinista de Liberación Nacional y apareció muerto en su casa en circunstancias poco claras. La versión oficial indicó suicidio. La familia lo duda…
9- FLOYD MAYWEATHER
Un boxeador de clase indiscutida. Poco generoso. Gran atleta. Probablemente el más próximo al conocimiento del lector pues su retiro se produjo el año pasado. Y aunque volverá para un show con el "Rey de UFC", Conor Mc Gregor, el próximo 26 de agosto se sabe que eso estará alejado de su verdadero arte. Floyd fue un enorme campeón y le tocó una época de fácil accesibilidad ante unos rivales claramente inferiores. A diferencia de otros campeones mundiales, a los retadores de Floyd había que buscarlos y ofrecerles mucho dinero, pues él resultaba ser el contratante de sus rivales en su doble condición de campeón y promotor con obligaciones ya firmadas con el MGM y el Pay per View. Esto no quita el reconocimiento a sus excepcionales condiciones técnicas. Se trató de un defensivo cuasi inexpugnable que dosificó sus contraataques tomando el menor riesgo posible. Al concluir sus últimas doce peleas, siempre nos quedó la sensación de que Mayweather podía haber ofrecido algo más. En ese aspecto quedó detrás de los otros grandes.
10- ROBERTO "MANO DE PIEDRA" DURÁN
No se trata de un boxeador simplemente. Roberto "Mano de Piedra" Duran es un mundo. Peleó 33 años, entre 1968 y 2001. Fue campeón mundial de las siguientes categorías: Liviano (frente a Ken Buchanan en 1972), Medio Mediano (ante Sugar Ray Leonard en 1980), Mediano Junior (ante Davey Moore en 1983) y Mediano (ante Iron Barkley en 1989). Todos los títulos que ganó, los perdió. Y pasó de ser "Heroe Nacional de Panamá" (después de imponerse en Montreal ante Leonard por puntos) a "Vergüenza Nacional" (tras desistir de seguir peleando frente al mismo Sugar en 1980, después del octavo asalto, momento en que se retiró voluntariamente del ring).
Peleó por la gloria y por la subsistencia. Fue estrella y partenaire. Mientras tuvo motivación, entrenamiento y sueños, fue una verdadera fiera sobre el ring. Ningún ranking dejará de reconocerlo como el peleador que se fue reinventando a sí mismo. El que transformó la agonía en apoteosis.