La obsesión de Boca se llama Ramón Ábila. El delantero que desvela a los dirigentes del club porque creen que está hecho a la medida del Xeneize. La intención de contratarlo está más firme que nunca, aunque la ingeniería para destrabar su salida del Cruzeiro no es fácil de llevar a cabo.
El Xeneize está dispuesto a desembolsar cerca de 1 millón 500 mil dólares por el 50% del pase que pertenece a la entidad brasileña y además le entregaría dos futbolistas como parte de pago. Los nombres que pusieron sobre la mesa desde Argentina serían los de Nicolás Colazo –viene del Melbourne City de Australia– y Alexis Messidoro –jugó la última temporada en Sport Boys de Bolivia–.
Sin embargo, desde el club de Belo Horizonte no estarían conformes con esos apellidos y pretenderían el arribo de Marcelo Torres, el goleador juvenil de la reserva que viene de destacarse con la selección argentina Sub 20.
Wanchope llegó hace un año a Cruzeiro a cambio de una suma cercana a los 4 millones de dólares y enfrentó un litigio con Huracán por falta de pago. Ahora Boca aparecería en escena, se haría cargo de la deuda y se convertiría en socio del Globo, que mantendrá la otra mitad del pase.
El goleador de 27 años es uno de los apellidos que pidió Carlos Tevez en el pasado –comparten representante– y se interpreta su arribo como un guiño para conseguir el retorno del Apache desde China en diciembre. Actualmente, suma 60 partidos en Brasil y 25 goles.
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