Luego del triunfo ante Brasil en Melbourne, Australia, Argentina disputará el segundo amistoso de la gira que marcó el debut de Jorge Sampaoli como entrenador. Será en Singapur, frente a la selección local, este martes desde las 9.
Infobae se comunicó con Ricardo Sendra, el único futbolista argentino que juega en la Primera División de ese país asiático, quien nos contó sus vivencias y qué fue lo que lo motivó a pegar el salto desde el ascenso argentino para probar suerte en la República de Singapur.
Sus inicios en Mar del Plata y el salto del Federal A y B al fin del mundo
Ex jugador de Alvarado y Kimberley, entre otros, Ricardo es un marplatense de 29 años que representa los colores del Geylang International de la S-League desde hace cinco meses. Su pasión y ganas por jugar al fútbol en el exterior pudieron más que las dudas lógicas cuando se le presentó la oportunidad real de hacerlo en la exótica República de Singapur.
"Me encuentro muy bien y súper adaptado, aunque al principio me costó bastante porque es una cultura totalmente distinta. Son otras costumbres, otra forma de vida. Acá por suerte se habla inglés y eso me ayudó", describe, quien además de defender las camisetas de los dos clubes de su Mar del Plata natal, también jugó en Sarmiento de Ayacucho y América de General Pirán.
"En lo futbolístico me costó también. Es distinto. Se juega muy bien, similar a Europa y sin tanta presión como en Argentina. Acá tenés más tiempo y espacios", continúa el delantero devenido en volante central. Es que pese a sus habilidades y características como hombre de área, tuvo que aprender a hacerlo en el mediocampo cuando al momento de su contratación el club fichó a otro delantero de Costa Rica. Con solo un cupo de extranjero, Sendra aceptó hacerlo en un lugar inédito para él. No quería dejar pasar su oportunidad.
"Estoy totalmente adaptado y no solo al fútbol sino también a esta nueva posición. Actualmente lo hago como doble cinco porque luego de algunos amistosos en Malasia y Australia al DT le encantó verme en esa posición. También juego por las bandas o incluso de enganche, por eso en el medio soy el que más se suelta. Me pongo el overol, ahora tengo que raspar", bromea.
La ansiada llegada y adaptación al fútbol extranjero
La gran pregunta es cómo fue que Ricardo Sendra llegó al Geylang International Football, club de la ciudad de Bedok, fundado en 1974 y que cuenta con 11 títulos locales y 9 Copas en su vitrina. De qué manera fue que se dio su arribo a la S-League, la liga de Primera División de Singapur que nació en 1996 y que compite seriamente contra los gigantes asiáticos.
Como él mismo lo describe, casi por casualidad: "Hace tiempo que buscaba jugar en otro fútbol. Estaba todo acordado para ir a un equipo de Primera de República Dominicana pero no avanzábamos y llegaba diciembre (de 2016). Como yo justo tenía un viaje para pasar las vacaciones con amigos acá, mi representante me avisa que hay un contacto para probarme. Me fueron a buscar al aeropuerto, estuve dos semanas entrenando y luego de algunos amistosos me contrataron".
Su representante es Ignacio Nacho Ramos, ex futbolista de Claypole y con paso por clubes del ascenso de Ecuador y España, mientras que la persona que funcionó como nexo en Asia es el DT argentino Nazareno Vélez. "Fue todo muy rápido. Que te digan tres días antes sobre esta posibilidad cuando tenés la cabeza en otro lado, las vacaciones con amigos… Por supuesto que cambié el chip rápido porque era algo que buscaba hace tiempo. Llegué súper mentalizado y a meterle con todo", agrega.
Esa personalidad, esas ganas acumuladas y sobre todo su confianza fueron lo que lo llevaron a no dejar pasar esta oportunidad. El sueño de todo futbolista seguía más vivo que nunca. "Tenía que pasar. No creo mucho en la suerte, pero sí en la ley de atracción. Son cosas que se fueron dando, sucesos. Primero lo de República Dominicana que no se cerraba, luego las vacaciones con mis amigos y al final esto. Se tenía que dar. Yo sabía y estaba convencido que cuando pisara Singapur me iba a quedar. Quedarme acá, del otro lado del mundo, era lo que más quería", asegura.
Sus vivencias en la exótica Singapur: la increíble anécdota del subte, la insólita historia en una escalera mecánica y lo complicado de las comidas
Ricki continúa con su relato y pasa a contar sus vivencias en un país de "primer mundo". "Vivo con un compañero de Costa Rica que me ayuda mucho con el inglés y además habla malayo. Él está acá desde los 13 años. La cultura, las comidas, es todo totalmente distinto, incluso sus formas de pensar. Si bien extraño mucho a mi familia y amigos, no pasa por mi cabeza volverme. Singapur es un lugar increíble, con una calidad de vida espectacular. Es un país de primer mundo".
La República de Singapur (ciudad de los leones) fue una colonia del Reino Unido y parte de Malasia que se independizó el 9 de agosto de 1965. Nació como una pequeña isla con pocos recursos naturales, pero tras varias décadas, pasó a ser la ciudad-estado modelo en Asia y el mundo en materia financiera y económica. Actualmente posee una población de 5 millones y medio de habitantes y se destaca por el nivel de alfabetismo que supera el 90%. También porque este "milagro económico", como se lo conoce, es un modelo global de éxito e innovación.
"Singapur es una burbuja en el sudeste asiático. Acá funciona todo perfecto y son muy estructurados. Desde lo más pequeño de ver, como un botón para cruzar el semáforo, hasta un rascacielos de más de 100 pisos, sin dejar de lado todo lo verde que hay. Esas cosas te hacen pensar qué lejos estamos", agrega.
Con una cultura totalmente diferente, Ricardo cuenta la increíble anécdota en el metro: "Son bastantes estructurados en todos los sentidos. Acá te ponen multa por cualquier cosa. Una vez entré al metro con un jugo. Me frenaron todos, me hablaban a los gritos y mal. Que no podía pasar con eso y yo no entendía nada. Estoy pasando con un juguito, pensaba. Pero no se puede entrar con nada, es uno de los países más seguros del mundo. De hecho, muchas empresas de Europa y Estados Unidos funcionan acá por la seguridad que tiene el país. Por eso no hay cestos de basura en los metros".
El otro hecho insólito que vivió fue en una escalera mecánica: "Yo no sabía que en las escaleras mecánicas si estás apurado vas por la derecha. Yo estaba parado, tranquilo, esperando y me tocan la espalda. Me doy vuelta y veo una larga cola detrás. Luego entendí que por la izquierda vas tranquilo, mientras que por la derecha es para la gente que está más apurada. Acá respetan todo y lo tienen muy asimilado. Casi no hay accidentes viales".
La comida fue otra de las pruebas que debió superar. Con platos muy picantes, hasta cuando le aseguran que no lo son, no le quedó otra que aprender: "Trato de cocinar todo en casa y comer como en Argentina. Me gusta hacerlo. Igualmente, ahora no me molesta tanto el picante. Acá en Singapur es una mezcla de sudamericanos, malayos, chinos, indios… Es un país joven y multicultural y en la comida eso también lo ves".
El otro sueño: conocer a los jugadores de la Selección y que Boca se corone campeón
Se viene el final de la charla y por supuesto que se habla del partido que Argentina disputará en pocas horas ante Singapur. Mientras reconoce que "no se imaginaba tamaña repercusión", ya que en los últimos días fue muy requerido por la prensa, cuenta su sueño pendiente y que es conocer a los jugadores de la Selección.
Ex compañero en las inferiores de Newell's del arquero de la Selección Patón Guzmán, Sendra reconoce lo complicado que es llegar a verlos al hotel o al entrenamiento por la distancia que tomó el plantel con la prensa. "Me encantaría poder estar cerca de los jugadores, charlar o lo que fuera. Estar jugando acá y que justo vengan, lo que es la vida ¿no? Quisiera aprovechar esta posibilidad y sino vamos a estar alentándolos, ya que tengo mi entrada", confiesa orgulloso.
Hasta diciembre cuenta con contrato. Su idea es seguir progresando, pasar al fútbol de Malasia o el de Japón que son más competitivos y jugar una Champions de Asia. Obviamente que no descarta volver algún día al país y jugar en Primera División.
"No sé lo que me deparará el destino. Veremos en su momento, pero por supuesto que me gustaría jugar en Argentina. Siempre veo fútbol, soy bostero y no pierdo ningún partido de Boca. Aunque son siempre de madrugada, me pongo el despertador y me levanto. Estamos ahí, ojalá que logren coronarlo", se ilusiona.
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