La selección argentina aterrizó este sábado en Singapur, donde el martes enfrentará al combinado local en el segundo partido de Jorge Sampaoli como entrenador del equipo nacional. El conjunto "Albiceleste" llegó a tierras asiáticas en un vuelo chárter que había partido de la ciudad de Melbourne, Australia, donde el viernes derrotó por 1-0 a Brasil.
A pesar de que no estará en el partido a Singapur, Lionel Messi integró la delegación. "La Pulga" viajó junto a sus compañeros pero no jugará el segundo amistoso: dejará la concentración y se irá a Barcelona, donde se espera que selle la renovación del contrato con su club. Además, se reunirá con su familia para luego trasladarse hacia la Argentina ya que a fin de mes se casará en Rosario con su mujer, Antonella Roccuzzo.
Sampaoli no quiso perder el tiempo y ya empezó a trabajar de cara al encuentro ante el seleccionado asiático. En las primeras horas en Singapur, los jugadores pasaron por el gimnasio y luego hicieron una práctica de fútbol. El domingo será el segundo entrenamiento y se espera que allí el DT comience a delinear el equipo para el segundo partido de su ciclo.
La selección argentina enfrentará a Singapur el martes a las 9 de la mañana en el estadio Nacional, que tiene capacidad para 55 mil espectadores. Además de Messi, tampoco estarán Nicolás Otamendi y Gonzalo Higuaín, quienes fueron desafectados.
LEA MÁS:
La agenda de la selección argentina tras la victoria ante Brasil
El gol de Argentina que desató el eufórico festejo de Sampaoli
La Selección inició el ciclo de Sampaoli con un triunfo ante Brasil en Australia
Últimas Noticias
Así fue el choque de Franco Colapinto en la qualy del GP de Las Vegas que pone en riesgo su presencia en la carrera del domingo
Qué se le viene a la Argentina en Copa Davis tras la derrota frente a Italia en el Final 8
Francisco Comesaña y Thiago Tirante van por la final del Challenger de San Pablo
El Parlamento Europeo apoyó el envío de misiles de largo alcance a Ucrania para reforzar su defensa contra Rusia
Donald Trump contra el “deep state”: ¿batalla con final abierto?
