Comienza el juicio por la muerte de Adrián De Vicente tras seis años de una lucha que no debió ser

El ex futbolista murió en 2011 tras ser embestido su auto por otro que era conducido por Felipe Divito, integrante de una familia que, irónicamente, trabaja en la Justicia. Lucas de Vicente, hijo de la víctima, habló con Infobae del suplicio de todos estos años

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Comenzará hoy en los Tribunales de San Isidro (Moreno 623) el juicio oral por la muerte de Néstor Adrián De Vicente, ex futbolista de River, Platense y Racing, entre otros, luego de que en marzo de 2011 su auto fuera embestido por otro que era conducido por Felipe Divito, único acusado, en la localidad de Rincón de Milberg, partido de Tigre. Pasaron más de seis años del incidente, tiempo en el que la familia de la víctima debió sobreponerse al desprecio por la Justicia de parte de quienes deben ejercerla, tal como explicó Lucas De Vicente, uno de los hijos del entonces mediocampista, en diálogo con Infobae.

"Estamos ansiosos porque a este juicio lo esperamos durante seis años de lucha e irregularidades", explicó y añadió: "Ahora queremos que se logre la mayor pena posible".

La trágica muerte de Adrián De Vicente ocurrió el 20 de marzo de 2011 cuando el ex jugador, entonces de 46 años, transitaba cerca de las 8 de la mañana por el Camino de los Remeros y con destino a la Capital Federal para cumplir con compromisos laborales (ndr: entonces trabajaba junto al recientemente fallecido representante de futbolistas Jorge Citerszpyler).
En ese momento el vehículo de De Vicente fue embestido por otro de marca Volkswagen Fox conducido por Felipe Divito, vecino del country Nordelta, quien según testigos transitaba a una velocidad cercana a los 150 kms por hora en una curva y bajo los efectos del alcohol. El auto del acusado quedó encima del de su víctima según se confirmó tras las pericias, lo que dio cuenta que además se cruzó de carril.

Sobre aquella mañana, Lucas De Vicente recordó: "Ese día volvía de una fiesta con mi hermano y 15 minutos antes de lo ocurrido nos cruzamos con mi viejo porque nos dejó plata ya que hasta la tarde no lo veíamos. Yo venía durmiendo y fue mi hermano el que habló con él porque era el que manejaba. Hasta ahí todo bien y después llegamos a casa, dormimos y cerca del mediodía nos levantamos con el timbre, que no paraba de sonar, y cuando abrí la puerta me encontré con una amiga de mi mamá que ya cuando le vi la cara supe que algo terrible había pasado".

En este sentido, agregó: "Cuando miré alrededor había más gente y no entendía nada. Ahí se acercó un conocido de mi papá que se hizo cargo del a situación y me dijo que había fallecido. Fue un momento en el que no entendía nada… Mi mamá estaba al lado de un auto, arrodillada, no podía ni pararse y yo me desmayé. Recién cuando me levanté empecé a caer en la realidad".

Lucas tenía entonces 21 años y se hizo cargo junto a su hermano y su madre de ir en busca de Justicia. Claro que esa exploración no fue nada fácil. "Pasaron seis años y es increíble porque con todas las pruebas que hay y los agravantes, rápidamente debería haber habido una resolución coherente y ejemplar pero no la hubo porque la gente que tenemos enfrente es de poder y todo el tiempo buscó alargar los tiempos para lograr que la causa prescribiera. Estábamos a un año de que eso pasara pero gracias a Dios, a algunos jueces, a Casación y a la Corte Suprema de La Plata esto se terminó, les rechazó todas las apelaciones y los mandaron a juicio oral, pero fue muy lento todo".

¿Quién es Felipe Divito?

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El acusado por la muerte de Adrián De Vicente es hijo de José Luis Divito, vice decano del cuerpo médico forense de la Corte Suprema de Justicia de la Argentina, y sobrino de Mauro Divito, camarista de la Sala VII. Felipe, por su parte, tiene un cargo en el Palacio de Justicia de la Nación, ubicado sobre la calle Talcahuano de la Capital Federal. Toda una ironía…

Las primeras versiones del caso indicaban que Divito se había ido del lugar tras causar el incidente pero esto no fue así. Lucas De Vicente explicó los hechos: "No se fue del lugar porque su auto estaba roto pero llamó a su padre, que asistió rápido al lugar, y él sabe muy bien cómo actuar en esos casos. Se trató de borrar cualquier tipo de evidencia y por eso se contaminó la primera muestra de sangre que se le tomó".

Es que pasado un tiempo de ese primer test trascendió que la sangre de Divito había sido contaminada con Pervinox, aunque esa fue la primera de una serie de irregularidades: "A las siete horas de haber causado la muerte de mi viejo la policía quiso ingresaron al country donde vive el acusado para hacerle un nuevo control de alcoholemia y el padre no lo permitió. Todo eso está en el expediente", apuntó Lucas De Vicente, quien jamás tuvo contacto directo con el imputado ni con su familia pese a que "los conocía del barrio, porque vivimos cerca".

En estos seis años, Divito se ausentó de la primera audiencia a la que fue citado, en la segunda se llamó a silencio y, cabe recordar, luego le fue concedido un pedido para ausentarse de las citas de la Justicia ya que la situación le causaba estrés. La familia De Vicente temió por la posible suspensión del juicio y que a Divito lo castigaran con acciones comunitarias, algo que le había sido otorgado por un juzgado de primera instancia y luego por la Sala VI del Tribunal de Casación Penal.

Allí emergió la figura del fiscal Carlos Altuve, quien apeló la decisión argumentando en declaraciones al diario Clarín que "es una determinación que fija jurisprudencia y alcanza a todos los procesos por delito de homicidio culposo agravado, que es la figura que se aplica a los accidentes viales en los que está muy clara la responsabilidad de los conductores".

"Divito no tuvo un solo gesto de arrepentimiento sino todo lo contrario, él, su familia y sus allegados se mostraron prepotentes y soberbios. Eso nos fue llenando de indignación y bronca", reconoció el hijo del ex futbolista.

Un testigo clave

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La investigación del incidente tuvo un testigo clave, que fue un hombre que aquel domingo 20 de marzo de 2011 se encontraba muy cerca de la zona del impacto y, si bien no pudo verlo, sí escuchó lo que describió como una terrible explosión que lo hizo girarse y allí pudo ver una actitud despreocupada del acusado, quien nunca se acercó a ver cómo se encontraban la o las personas que estaban dentro del auto al que había impactado.

"Primero no podíamos creer lo que nos estaba pasando. Mi viejo era la persona más sana del mundo y tenía un montón de proyectos. Después, con el correr de los días, nos fuimos enterando de cómo había pasado todo, hubo un testigo clave que dio que vio pasar el auto de Divito a muy alta velocidad y posteriormente la escena del incidente con el auto del imputado subido al capot del de mi viejo y en su carril, lo que comprobó que se cruzó, tal como dicen las pericias", subrayó Lucas.

El hijo de Adrián De Vicente contó que jamás se cruzó con Felipe Divito tras lo ocurrido, que supo de él que nunca se le retiró el registro y que siguió manejando y trabajando, con su vida normal, como si nada hubiese ocurrido. Hoy lo verá por primera vez en el juicio que durará varios días por la presencia de más de 30 testigos: "No sé cómo voy a reaccionar en ese ámbito. Si fuese en la calle preferiría no cruzármelo, sería un momento muy difícil. Creo que primero le pediría que me mire a los ojos y después le preguntaría por qué dejó a mi viejo tirado…"

La familia De Vicente cree que, por cómo actuó y procedió desde el día de los hechos, Felipe Divito no siente remordimiento. La causa está caratulada como Homicidio culposo agravado y tanto el abogado de la querella como el fiscal pedirán prisión de cumplimiento efectivo, lo que sólo podrá ocurrir si hay sentencia superior a tres años. Ellos sólo piden Justicia.

Qué dice el Código Penal (Art. 84):
Será reprimido con prisión de dos a cinco años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco a diez años el que por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo con motor causare a otro la muerte. La pena será de tres a seis años, si se diera alguna de las circunstancias previstas en el párrafo anterior y el conductor se diere a la fuga o no intente socorrer a la víctima siempre y cuando no incurriere en la conducta prevista en el artículo 106, o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de alcoholemia igual o superior a quinientos (500) miligramos por litro de sangre en el caso de conductores de transporte público o un (1) gramo por litro de sangre en los demás casos, o estuviese conduciendo en exceso de velocidad de más de treinta (30) kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar el hecho, o si condujese estando inhabilitado para hacerlo por autoridad competente, o violare a señalización del semáforo o las señales de tránsito que indican el sentido de circulación vehicular o cuando se dieren las circunstancias previstas en el art. 193 bis, o con culpa temeraria, o cuando fueren más de una las víctimas fatales (texto según Ley 27.347).

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