Ayer no fue un día más para Guillermo Barros Schelotto, debido a que cambió su rutina una vez finalizada la práctica en Boca. El director técnico se subió a su auto, pero en esta ocasión no perfiló para el Sur, rumbo a las afueras de La Plata. Él giró su volante rumbo a Balcarce 50.
A horas para una nueva edición del Superclásico (será el domingo, desde las 17, en La Bombonera), el Mellizo mantuvo una reunión con Mauricio Macri, el presidente de la Nación, en la Casa Rosada. Aunque la visita levantó cierta suspicacia, vale remarcar que estos encuentros se dan con cierta cotidianidad.
Ambos se conocen de sus pasos por el Xeneize. Durante el tiempo compartido en el club, forjaron una amistad que se mantuvo a lo largo de los años. Por ejemplo, Guillermo estuvo presente en la asunción de Macri como jefe de Gobierno. O más cercano en el tiempo, cuando el líder de Cambiemos invitó al DT a la cena de honor a Barack Obama.
El mandatario tiene devoción y debilidad por el entrenador: fue quien lo llevó al club (después de 10 años, levantaron 16 títulos en la entidad azul y oro) y, desde las sombras, siempre impulsó su nombre para comandar el equipo tras su retiro.
Según Olé, Macri hizo un hueco en su agenda, en la que tenía apuntada reuniones con Graciela Ocaña y Lino Barañao, para almorzar y dialogar sobre fútbol con Barros Schelotto. Durante la mesa, ambos palpitaron el encuentro clave ante River.
Boca lidera el campeonato con 49 unidades, siete más que el Millonario, quien aún debe disputar el partido que postergó con Atlético Tucumán. Lo que suceda en La Bombonera será vital para el desenlace del torneo y tanto Mauricio como Guillermo prometieron hablar telefónicamente cuando finalice el pleito.
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