Sostener la moral en tiempos contrariados es uno de los desafíos más complejos en todos los ámbitos y los deportistas no están exentos de esta situación. Diego Simeone fue un ejemplo cabal de esta afirmación en la difícil caída de Atlético de Madrid ante Real Madrid por la semifinal de ida de la Champions League.
El Cholo comenzó eufórico, exponiendo su temperamental personalidad. Luego de saludar a Zinedine Zidane a segundos de comenzar el cotejo en el Santiago Bernabéu, el técnico argentino empezó a seguir el trámite de juego al lado de la línea de cal. Corrió, gritó, arengó y protestó cada jugada como si fuese la última.
Así vivió casi todo el partido. Aunque después del tercer gol de Cristiano Ronaldo que sentenció el marcador 3-0 a favor del Merengue, el entrenador dejó entrever la caída de su ánimo.
Fiel a su estilo, Simeone intentó volver a la línea de pensamiento positivo en la conferencia de prensa posterior al juego: "No creo que sea imposible revertir el marcador. Tenemos el partido de vuelta. Le digo a mis jugadores y a la gente que se puede".
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