Promediaba el encuentro entre Treze y Campinense, por las semifinales del campeonato paraibano en Brasil, cuando las protestas de Celso Teixeira, director técnico del equipo local, cansaron al árbitro, que decidió expulsarlo.
Como para no perderse ni un minuto de lo que restaba en el partido, el entrenador se dirigió hacia donde estaban apostados los hinchas de su club, saltó una reja y se ubicó como si fuera uno más, originando la algarabía generalizada de los torcedores, que festejaron junto a él.
Más tarde, los efectivos policiales apostados en la zona lo cercaron hasta el pitazo final. La fiesta fue total: sus dirigidos se impusieron 2-1 y quedaron a un paso de la final del certamen.
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