Si hay una cualidad que caracteriza a Lionel Messi tanto dentro como fuera de la cancha es su respeto y humildad. Ser el centro de atención en cada partido que juega no es fácil, como tampoco lo es ser el blanco de las patadas de los rivales. En la mayoría de los casos, la Pulga se banca todo sin chistar, aunque a veces su límite de tolerancia es superado.
En lo que va de la temporada con el Barcelona, el rosarino se enfrentó a varios árbitros por no compartir diversos fallos. Estas reacciones se acentuaron en el último tiempo, quizás por las mañas y experiencia adquiridas con el paso del tiempo (en junio cumplirá 30 años).
Aunque lo cierto es que también registra algunas actitudes de este estilo en el pasado lejano. Por ejemplo, en una derrota argentina como visitante de Venezuela, camino a Brasil 2014.
En España siempre se habló de un trato preferencial para el capitán albiceleste, aunque en esta oportunidad la FIFA fue rigurosa y lo sancionó con cuatro encuentros: recién podrá reaparecer en la última jornada ante Ecuador en Quito.
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